ANTROPOLOGÍA HISTÓRICA DE LA FAMILIA por Martine Segalen
INTRODUCCIÓN
1 EL DISCURSO SOBRE LA FAMILIA : PARADOJA
Y CONTRADICCIONES
Resumamos aquí las
principales discusiones sobre el tema :
1) La familia
contemporánea se ha encogido, replegado sobre la pareja. Habiendo dejado de ser
un lugar de producción, ya no es más que un motivo para el consumo. La familia
ya no asegura las funciones de asistencia de la que en potros tiempos se
encargaba . Las funciones que conserva como la socialización de los hijos , son
compartidas con otras instituciones. En esta representación, la celular
familiar parece débil.
2) Otro discurso, por el
contrario, la reconoce una fuerza formidable, en la medida que ella se ha hecho
refugio, lugar privilegiado de la afectividad. La pareja, y en segundo lugar
los hijos, capitalizarían todos los sentimientos que no pueden expresarse en
una sociedad deshumanizada.
Una forma de desmitificar
el discurso de la crisis de la familia es reconociendo que este no es una
novedad, pues a lo largo del siglo XIX este tema es recurrente.
En lugar de analizarla en
términos de crisis, hay que preguntarse como ha vivido la familia las
transformaciones económicas, sociales y culturales de los últimos 150 años,
como ha resistido y como ha contribuido.
2 LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA. PUNTO DE
ENCUENTRO ENTRE LA HISTORIA Y LA ETNOLOGÍA
La historia es doblemente
esclarecedora para la perspectiva sociológica:
1) en primer lugar
denuncia la ingenuidad de antiguas simplificaciones, las teorías que se
apoyaban en una visión errónea de la vida pasada, o de las suposiciones
carentes de fundamento a propósito de la permanencia de la conducta.
2) En segundo lugar, la
historia proporciona una lección de modestia. Las relaciones entre la
transformación de la familia y las transformaciones de la sociedad, los cambios
técnicos, económicos y sociales, ya no podrán ser explicados en términos de
modelos simples y únicos. Cada estudio consagrado a la familia en un contexto
social y económico particular muestra la variedad de situaciones.
La reflexión histórica
sobre la familia permite poner de manifiesto que no hay uno, sino dos tipos de
familia y de organizaciones familiares muy diferentes en el tiempo y el
espacio.
El hecho familiar es
universal, pero con arreglos muy diversos según las sociedades. Entre las sociedades tradicionalmente estudiadas por
loa antropólogos y las sociedades contemporáneas existe una diferencia de
grado, sino de naturaleza . en las primeras, el parentesco proporciona lo esencial
de las categorías sociales, el marco de las relaciones de producción, de
consumo, de poder, etc.; en las segundas, el parentesco tiene la concurrencia de otras instituciones
sociales, y sobretodo el Estado. La antropología insiste en la necesidad de estudiar
el hecho familiar en el seno de una cultura bien definida , y en sus relaciones
con esa cultura.
3 DESARROLLOS RECIENTES
Los tiempos ya no estan
`para una teoría global como era la ilusión o la esperanza de los sociólogos de
los años sesenta. El abandono de las teorías evolucionistas, lineales o
funcionalistas constituye un logro importante. Sin embargo pueden intentarse
teoría de medio alcance.
4 PROYECTOS Y LÍMITES DE ESTA OBRA
Esta sociología de la
familia se organiza en tres partes :
1) La centrada en las relaciones
estructurales entre familia, grupo doméstico y parentesco, apoyándose en
conceptos antropológicos.
2) La centrada en la constitución de la familia,
matrimonio y posterior nacimiento de los hijos.
3) La que trata sobre los roles
y las actividades de los cónyuges y finaliza con una discusión de las
relaciones entre familia y sociedad.
Cada tema será
introducido en una perspectiva histórica y etnológica.
I SOCIOLOGÍA E IDEAS DE LA FAMILIA
I.1 SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA
I.1.1 ANTES DE
DURKHEIM
a) Comte.
Si su filosofía
positivista se propone sustituir las creencia erróneas por el conocimiento
cientifíco de la naturaleza humana, su visión científica permanece enviscada en
el moralismo de mediados de siglo XIX. Comte desarrolla un principio de
subordinación, el de los sexos primero, y el de las edades después. La familia
como organismo jerarquizado, es el lugar de la disciplina doméstica y social.
La principal crítica que
se le puede hacer en este tema a Comte es la de no apoyares en ninguna encuesta
concreta y de depender de una perspectiva psicologizante cuya
seudocientificidad consiste en reemplazar a Dios por la naturaleza humana.
b) Fréderc Le
Play.
Revistió sus
proposiciones de una envoltura teórica, apoyada en encuestas extensivas. Sus
monografía familiares conocieron un gran éxito en el siglo XIX. A partir de
ellas, organizó un cuadro clasificatorio de las familias distinguiendo : 1) la
familia patriarcal, 2) la familia inestable y 3) la familia troncal..
Bajo esta clasificación
se esconde un proyecto político de reforma del derecho de sucesión que los
acontecimientos de 1870 hicieron fracasar. El modelo de familia troncal es
presentado como el mejor, el más apto para luchar contra la desintegración
social.
I.1.2 LA SOCIOLOGÍA
DE LA FAMILIA EN DURKHEIM
Las premisas de su
análisis aparecen hoy superadas, en la medida en que están impregnadas del
evolucionismo característico de finales del siglo XIX. Durkheim ve en la
familia contemporánea como el resultado de formas antiguas, es como el
desenlace limitado.
En su obra "La
familia conyugal" la tesis es simplificadora. Estima que ha habido una
contracción de la familia que históricamente ha pasado de un clan exógamo
amorfo al clan diferenciado a la familia diferenciada , y luego a la familia
indivisa de ahnados del tipo zadruga. La contracción de la familia es
correlativa a la extensión del medio social, de la aldea a la ciudad, de esta
al Estado; se manifiesta por el quebrantamiento progresivo del comunismo
familiar.
Pero, este evolucionismo
no significa una escala de valores, la familia de hoy no es ni más ni menos
perfecta que la de antaño : es distinta porque las circunstancias son
distintas.
I.1.2 LA INFLUENCIA
DE LA SOCIOLOGÍA AMERICANA
La sociología francesa de
la familia se decantó por el lado de la escuela americana para tomar conceptos
y métodos, desde el final de la II guerra mundial hasta los años sesenta..
Los análisis
estructural-funcionalistas consideran la familia como un sistema de posiciones
sociales y de roles relacionados por procesos funcionales con las demás
instituciones sociales. La familia aparece como una construcción ideológica,
una abstracción reificada, que supone una ausencia total de variedad de modelos
de familia.
La falta de interés por
la dimensión histórica es absoluta.
En los años treinta, la
sociología americana de la familia tiende a confundirse con un tratamiento
técnico de los problemas sociales ligados al desempleo, la crisis, etc.
En los años de la
posguerra, la reorientación de las investigaciones dieron ligar a una serie de
trabajos según tres direcciones :
1) una orientación estructural que se
interesa por las relaciones entre familia y sociedad,
2) una orientación
comportamental centrada en las interacciones en el seno de la familia,
3) un
examen de la acción familiar en situaciones determinadas.
Los conceptos de
instrumentalidad y de expresividad desarrollados por Parsons y Bales marcan el
punto más extremo de esos análisis descarnados. Smelser hizo la demostración de
la imposibilidad de teoría generales del cambio. Goode exploró un conjunto de
conceptos con la ayuda de materiales históricos y antropológicos y contribuyó a
orientar la so americana hacia el redescubrimiento de una dimensión dinámica :
la de las generaciones, la de la edad, que relaciona en una perspectiva
diacrónica los cambios individuales y sociales.
En los años 60 y 70
aparece como una ciencia vulnerable, confundiéndose con los problemas sociales
y la necesidad de aportar respuestas limitadas. La inmigración, la crisis, la
libertad de los jóvenes constituyen centro de interés.
I.2 LAS IDEAS SOBRE LA FAMILIA
El discurso sobre la
familia , que generalmente puede asimilarse a un discurso sobre su crisis, no
es nuevo. Se organiza alrededor de dos polos
:tan pronto la sociedad esta enferma de su fa a la que conviene ayudar a
reformarse como la crisis es interna a la fa y amenaza a sus miembros.
I.2.1 EN EL SIGLO XIX
. INTERVENIR O NO INTERVENIR SOBRE LA FAMILIA
Este siglo ve
desarrollarse los discursos de los teólogos católicos, próximos a la monarquía,
que observan la destrucción de la familia por los efectos del individualismo
revolucionario. Louis de Bonald inventa una nueva palabra , la desconstitucion
de la fa.
Comte también se adhería
a esta ideología de la crisis familiar, el peligro procedía del debilitamiento
de la autoridad del padre y del debilitamiento del espíritu de obediencia.
Ya no se trata de
intervenir en nombre de un discurso puramente moral, sino de combatir la
pobreza que es la fuente de desuniones familiares. El patrocinio, la
filantropía y el catolicismo reformador social serán reemplazados por los
principios higienistas de comienzos del siglo XIX en su labor de regeneración
de la fa.
Por parte del pensamiento
marxista, sabemos que una reflexión original articula la evolución de la
sociedad familiar y las relaciones de producción. Engels planteaba la hipótesis
de que la aparición de la familia conyugal estaba relacionada con un modo de
apropiación privada, con el deseo del cabeza de fa de trasmitir la herencia.
I.2.2 DEL PELIGRO
VENÉREO A LA EXTINCIÓN DE LA FAMILIA.
A principios de este
siglo se considera una amenaza para la fa el peligro venéreo extendido por la
prostitución. El discurso médico y moral propaga el terror y fustiga la
inmoralidad de la juventud.
Entre las dos guerras,
las ideas sobre la fa así como las batallas sobre las políticas familiares se
sitúan en un contexto demográfico maltusiano cuya apuesta es nacional y
militar. Movimientos natalistas y familiares luchan para que se pongan en
práctica ayudas a la fa y la restauración del sentido moral
La fa y la ideología de
una fa numerosa se sitúan, entonces, netamente a la derecha, mientras que los
socialistas reivindican la libertad del individuo.
El peligro familiar toma
la figura nueva de un peligro interno que surge de las relaciones neuróticas :
el ahogo familiar, la destrucción de sus miembros por la presión intolerable
que les hacen sufrir las prohibiciones familiares. La influencia de Freud y de
los descubrimientos del psicoanálisis contribuyó a la radicalización de las
tomas de posturas contra la fa. las obras de Simone de Beauvoir influenciará
fuertemente la crítica familiar producida por las feministas de los años
setenta.
Las posiciones de Wilhelm
Reich son más radicales todavía, estigmatizando la familia como la correa de
transmisión de las alienaciones sociales.
A traves de todos estos
discursos la fa aparece como el lugar de una fascinación incansable que cada
uno tiene a bien defender o combatir según sus propias ideologías.
I.2.3 LA INFLUENCIA
DEL ESTADO PROVIDENCIA
Hasta los años setenta
coexistieron, pues, dos discursos : 1) El que ponía de manifiesto las
opresiones familiares , 2) El que deplora el excesivo individualismo y la
pérdida de funciones que se supone que la política del Estado providencia ha
arrancado a la fa.
Sin embargo, contemplada
desde el ángulo de sus comportamientos demográficos esta fa ofrece todos los
signos de salud: nunca ha habido tantos matrimonios, nunca se han casado tan
jóvenes la tasa de divorcios es baja, etc. A partir de 1975, el discurso sobre
la crisis de la familia afecta, ahora sí, a estas estructuras: el desarrollo
del nuevo modelo conyugal frágil, la caída de la tasa de fecundidad.
Acabadas las castraciones
familiares: la fa es descrita como el lugar de expansión individual, de sostén
psicológico y social. Estos nuevos discursos se inscriben en el contexto de la
crisis que sacude al estado providencia. El redescubrimiento de las redes
familiares con usos múltiples y la celebración de la fa compensan, en cierto
modo, la retirada del estado.
En cuanto a los miedos
provocados por los discursos médicos en estos años 80 han sido finalmente
sustituidos por los discursos sobre el sida y por los fantasmas que engendran
el campo abierto por los progresos biológicos en el campo de la fecundidad
asistida.
II EL ESPACIO DEL PARENTESCO . EL GRUPO
DOMESTICO
El grupo doméstico es un
conjunto de personas que comparten un mismo espacio de existencia; la noción de
cohabitación es aquí esencial.
La noción complementaria
de fa, más restringida que la del grupo doméstico, se refiere esencialmente al
lazo conyugal. La fa está constituida por el padre la madre, asociación fundada
en alianza, y los hijos. Algunos grupos domésticos están constituidos únicamente
por una fa. Otros pueden comprender varias, ya sea varias parejas casadas que
entre sí tienen lazos de filiación o de colateralidad. El grupo doméstico,
además de las fa puede incluir también personas sin relación de parentesco, que
comparten las actividades de producción (domésticos, etc) o que no las
comparten (inquilinos, etc.).
II.1 LAS GRANDES FAMILIAS CAMPESINAS
Las investigaciones
históricas han mostrado que no hay un solo tipo de gran fa, sino varios:
comunidad tácita, zadruga, fa troncal.
II. 1. 1 COMUNIDADES
TÁCITAS
El movimiento de las
comunidades data, quizá, de la misma época (alta edad media) que el de las
hermandades piadosas. Se agrupaban para roturar las tierras incultas y cultivar
colectivamente. Las comunidades fa podían reagrupar a extranjeros que se
asociaban como si fueran hermanos. Las comunidades fa eran también
reagrupamiento de parientes, formando una asociación sin acto legal, de ahí su
nombre de comunidad tácita. Éstas, tenían claramente la característica esencial
que es la corresidencia. La distribución del trabajo y de los bienes no era
suficiente para definirlas; era
necesario sobre todo preparar y tomar conjuntamente la comida.
En la edad media, el
respeto a la regla de las comunidades permitió, así, a los siervos trasmitir
una herencia a su descendencia, lo que fijaba el grupo en el lugar. Su
dislocación sobrevino en épocas diferentes según las regiones: subsistieron
durante mucho tiempo en el centro de Francia.
De treinta a cuarenta
personas vivían en común. Los parsonniers
elegían entre ellos amo, frecuentemente la persona de más edad, esta elección
ha merecido para las comunidades tácitas el nombre de repúblicas de parientes.
El amo dirigía la comunidad, asignaba las tareas. Una mujer dirigía a las
mujeres e hijas y repartía las tareas entre las mujeres.
Los bienes de la
comunidad eran indivisos. Cada parsonnier era alimentado y vestido según sus
necesidades. La estrategia del amo era la de conservara a sus hijos con él,
dotando a las hijas que se casaban fuera de la comunidad. Esta dote las excluía
de todo derecho sobre los bienes comunes. El tipo preferido de matrimonio que
reforzaba la estabilidad de la comunidad, era el matrimonio endógamo. Otra
forma corriente de matrimonio era por intercambio. De este modo solo se
desplazaban las personas, los bienes permanecían dentro de la comunidad.
El término de comunidad
tácita designa un tipo de grupo doméstico en particular y, al mismo tiempo un
territorio agrícola común. En todo momento este tipo de grupo familiar está amenazado
de fisión por las disensiones internas. Vasta que un miembro reclame su parte
para que la comunidad se venta abajo. Muchas de ellas desaparecieron en el
siglo XVII, cuando un impuesto muy pesado obligó a los campesinos a vender su
propiedad.
Estas comunidades se
disolvieron por las razones económicas, demográficas. sociales y culturales
propias de la evolución de la sociedad y también por razones internas. Poco a
poco, la ideología individualista, el ascenso del sentimiento familiar centrado
alrededor de la pareja conyugal y del hijo provocan el rechazo de la pesadez de
esta vida comunitaria.
La comunidad tácita es
pues, un grupo doméstico compuesto de varios matrimonio, fundado sobre una
organización económica y de trabajo específica, inscrita en un período
histórico definido, y en regiones bien delimitadas, en las que además era
minoritario.
II.1.2 LA ZADRUGA
YUGOSLAVA
También la comunidad de
residencia y de comida era fundamental. Si embargo pequeñas construcciones
anexas a la casa principal eran atribuidas a las jóvenes parejas. Los bienes
eran propiedad indivisa de los hombres. El lugar de la mujer era secundario. Un
jefe elegido dirigía y organizaba el trabajo de los hombres, este jefe
detentaba una fuerte autoridad. El matrimonio era exógamo.
Los motivos de ruptura
son diversos, la rivalidad femenina constituye una causa estructural de
dislocación.
II.1.3 LA FAMILIA
TRONCAL
Sus características son,
constituye un grupo doméstico que reúne bajo el mismo techo a tres
generaciones, la del padre y la madre, uno de los hijos casados y su mujer y
sus hijos.
El grupo doméstico está
estrechamente identificado con la casa. Esta es una institución que engloba
además de la residencia-granja y sus dependencias, construcciones y tierras,
derechos sobre los bienes colectivos. Es a cada casa a quién se atribuyen los
derechos de usos sobre las aguas, los bosques, los pastos comunales. De
generación en generación, esta casa debe ser transmitida en su integridad. De
ello se derivan dos consecuencias: 1) la casa impone a todos sus miembros su
renombre y su prestigio, 2) la casa no puede ser dividida y uno solo de los
hijos será el herederos.
La residencia del
herederos es también patrilocal, puesto que es necesario que resida en la casa
de su padre. Los otros hijos que no son herederos son dotados y por ello,
excluidos de la herencia.
Los hijos que quedan
solteros continúan en la casa y abandonan tácitamente su parte al heredero. Su
estatus está a medio camino entre el del criado y el del pariente.
El más anciano de los
parientes es que detenta la autoridad.
El discurso ideológico de
hoy se basa en la oposición esquemática de dos tipos de familia idealizados:
por una parte, el basto reagupamiento de parientes de antaño y el reducido
tamaño del núcleo contemporáneo, por otra. Contrasto maniqueo entre lo que era
bueno y lo que es malo. Esta oposición simplificadora no resiste un examen en
profundidad.
II.2 EL GRUPO DOMESTICO DE ANTAÑO: TAMAÑO
Y ESTRUCTURA
II. 2.1. EL TAMAÑO
DEL GRUPO DOMESTICO
Indagar cuantas personas
vivían conjuntamente en los grupos domésticos de tiempos pasados es abordar el
problema de la fecundidad antigua. También aquí abundan las ideas falsas. No
hay nada más falso que la idea de familias con quince hijos. Todo ha conspirado
durante mucho tiempo contra estas retahílas de hijos. Retengamos aquí solamente
que el grupo doméstico antiguo solo excepcionalmente daba hijos muy numerosos.
El número elevado de
individuos que componían el grupo doméstico lo formaban los parientes,
ascendentes, colaterales, y también no parientes, criados que vivían en la
explotación agrícola, obreros que trabajaban como artesanos. Tamaño de las fa y
tamaño de las explotaciones iban a la par el tamaño del grupo doméstico en el
antiguo régimen tenía un promedio de 4,75 personas, desde el período más
antiguo hasta las cifras de 1901.
La industrialización,
pues, no pudo tener por efecto la reducción del tamaño y la simplificación de
la estructura de las fa.
II.2.2 LA ESTRUCTURA
DEL GRUPO DOMESTICO
Los historiadores del
Grupo de Cambridge proponen una tipología:
1) Los grupos domésticos
llamados "sin estructura familiar", de los que no se ve muy bien a
qué corresponde si no es a viejos amigos que comparten el mismo hogar. En esta
categoría se cuentan, lo más a menudo, las personas solas;
2) los grupos
domésticos "simples" que corresponden a la fa, a nuestra célula
familiar contemporánea: están compuestos del padre, de la madre y de los hijos.
3) los grupos domésticos "extensos" compuestos, además de los miembros
de la familia simple, por parientes ascendentes, descendientes o colaterales.
3) Los grupos domésticos "múltiples" en los que cohabitan varias
emparentadas; "polinucleares". en el interior de esta categoría se
introduce una distinción complementaria según la atribución de la dirección del
grupo doméstico. Si quien dirige es la pareja de padres de más edad, nos
encontramos en el caso de la familia troncal. Si sólo hay fa de hermanos y
hermanos casados, de la misma generación, se observa una configuración de
"hermandad".
El grupo doméstico en la
vieja Europa tiene, pues, un tamaño que no es muy superior al correspondiente a
la época contemporánea hasta una fecha reciente, y su estructura es, lo más
frecuentemente, simple.
Los acontecimientos
demográficos que se producen con el tiempo afectaban a la estructura de la
familia. Las posibilidades de un grupo doméstico para asociar varias
generaciones estén ligadas a la posibilidad de tener padres que todavía vivan,
es decir, a constreñimientos que son de orden demográfico. La mortalidad en el
Antiguo Régimen podría impedir la presencia de abuelos.
La organización de la
producción es igualmente importante para el tamaño y la estructura del grupo
doméstico, en la medida en que éste es una unidad de producción. Algunas formas
de grupos domésticos múltiples pueden ser el resultado de adaptaciones
económicas. La importancia del patrimonio también es un factor de
diferenciación. Los grupos domésticos complejos de los labradores acomodados y
los grupos domésticos conyugales de los jornaleros que viven únicamente de su
fuerza de trabajo.
Finalmente, podemos
considerar la influencia del sistema de herencia. Un modelo cercano a la
familia troncal aparece en la región en la que la costumbre es de hacer un solo
heredero.
La relación entre todas
estas variables no son, por otra parte, simples. Bajo la misma etiqueta de
grupo doméstico extendido o grupo doméstico múltiple se observan
configuraciones familiares cuyo significado puede ser muy diferente según las
épocas.
Hoy día, la fa compleja
es más bien un signo de disfuncionalidad; es percibida como
"anormal". La pobreza obliga a los padres viejos a ir llevando
adelante su explotación con la ayuda de su hija. El mantenimiento de grupos
domésticos complejos es un signo de crisis social y económica.
II. 2.3. LA
INESTABILIDAD DEL GRUPO DOMESTICO
El grupo doméstico
antiguo es tan inestable como la célula conyugal contemporánea. Nuestra
sociedad no ha inventado ni la movilidad geográfica ni la inestabilidad de los
matrimonio sometidos.
II. 2. 4. VIUDEDAD Y
SEGUNDAS NUPCIAS.
En la demografía antigua,
la mortalidad golpeaba las células conyugales mucho más a menudo que en la
actualidad, y las segundas nupcias eran numerosas. Las segundas nupcias se celebraban muy
rápidamente después de la muerte del esposo: lo exigía la sobrevivencia de la
familia.
Así, se observan grupos
domésticos, a lo largo de los años, en los cuales un hombre puede,
sucesivamente, tener varias esposas, en los que cohabitan los hijos de
diferentes madres, en los que los primogénitos huérfanos son desparramados
entre otros miembros de la parentela. El grupo doméstico contemporáneo es
relativamente menos inestable de lo que lo era el grupo doméstico de antaño.
En los primeros años de
amtrimonio son las mujeres sobre todos las que mueren, como consecuencia de los
accidentes ligados al embarazo y al parto.
Estos hombres jóvenes que
se encuentran viudos con niños pequeños a su cargo deben volver a casarse muy
pronto. Sin esposa, nada de cuidados a los hijos, nada de cocina, nada de
huerto, de ayuda en los campos: así se explica que las segundas nupcias de
viudos sean mucho más numerosas que las de las viudas.
Las segundas nupcias
numerosas, sobre todo masculinas, venían a crear una situación de poligamia
sucesiva: el límite al número de segundas nupcias es la tolerancia de la sociedad frente a
uniones que, a menudo, conllevan desorden social.
Estos recasamientos
afirmaban la primacía de una organización económica sobre la organización
familiar. El grupo doméstico aparecía constantemente amenazado en su existencia
por los peligros de la mortalidad, y su inestabilidad afectaba esencialmente a
los hijos que eran mantenidos o bien eran confiados a una red de parentesco.
MOVILIDAD
La movilidad geográfica
constituye un segundo factor de inestabilidad del grupo doméstico. En algunas
regiones en las que los campesinos eran propietarios de sus bienes, las
generaciones podían sucederse de padre en hijo, o de padre en yerno, pero esto
no siempre era posible para todos. Sólo uno de los hijos se quedaba, los demás
estaban condenados a emigrar.
en las regiones de
arrendamiento, de aparcería, la movilidad podía venir impuesta si la situación
económica daba una posición de fuerza a un propietario, que buscaba mejor
renta. No se trataba de un desarraigo en la medida en la que el campesino se
quedaba en su región de origen, pero este cambio de residencia implicaba una
ruptura o bien unas relaciones débiles con la comunidad aldeana.
En las regiones de
montaña, la migración estacional significaba cada año que el padre abandonara
el grupo doméstico para encontrar un trabajo temporal en alguna parte.
Los movimientos de
migración temporal que conocieron en su apogeo a lo largo del segundo imperio
provocaron una desorganización familiar.
EVOLUCIONES RECIENTES
El tamaño de los hogares
continúa decreciendo suavemente desde el censo de 1968. Se contaba una media de
3,10 personas por hogar en 1962 y 2,70 en 1982. correlativamente, el número de
hogares compuestos por una sola persona aumenta: 19,6 por 100 de los hogares en
1962 y 25 por 100 en 1982.
Las probabilidades de
viudedad al principio del matrimonio son extraordinariamente reducidas hoy en
día. La proporción de viudas aumenta mucho más rápidamente que la de los
viudos, como consecuencia de la sobremortalidad masculina.
Cuando un antropólogo
estudia la familia se interesa por el grupo doméstico dentro del sistema de
parentesco, reconocido como uno de los principios que estructuran la
organización social. Una antropología de la familia exige, pues, un análisis de
las relaciones entre los grupos domésticos y el parentesco en las sociedades
contemporáneas.
III PARENTESCOS Y PARENTELAS.
El dato biológico de base
es un hombre, una mujer, niños. Los lazos madre-hijo, hermana-hermano son biológicos,
pero la asociación hombre-mujer ya es social. Cada sociedad debe nombrar estos
lazos que entrañan en el seno de la díada y de la tríada un conjunto de relaciones, de sentimientos,
de obligaciones.
El parentesco designa a
la vez.
1) Las personas que son
nuestros parientes.
2) Una institución que regula en la medida variable el
funcionamiento de la vida social.
Los sociólogos de la
familia contemporánea añaden al presupuesto de la contracción del grupos
doméstico el de la desaparición casi absoluta de las relaciones de parentesco.
Esta proposición es la que queremos discutir y refutar. Se deslizan en esta
tesis algunos resabios de evolucionismo. El sistema de parentesco habría
evolucionado, a partir de una sociedad matriarcal en la cual reinaba la promiscuidad
sexual y en la que los hijos sólo reconocían a su madre, hacia una sociedad
patriarcal más refinada en la que cada pareja reconocía a sus hijos, para,
finalmente, alcanzar un modelo acabado, el de la sociedad europea de finales
del siglo XIX, en la cual se supone que las relaciones de parentesco sólo
tendrían una reducida importancia social.
Después, los antropólogos
han demostrado que no existe una correlación directa entre el tipo de economía
de la sociedad y su organización y que no cabe un juicio de valor en relación a
los diferentes sistemas de parentesco; ninguno superior a otro. El parentesco
representa una de las combinaciones posibles en el universo de los arreglos
conocidos.
III.1 LA TERMINOLOGÍA DEL PARENTESCO
El parentesco constituye
un sistema de "referencia social" que se efectúa mediante la
terminología. Esta última sirve para designar el universo de parientes que la
consanguinidad, la alianza nos dan. En nuestro sociedad, estos términos son
poco numerosos: padre, madre, tío, tía, primo, hermano, hermana, etc. La
terminología francesa del parentesco no distingue entre la consanguinidad y la
alianza, mientras que la inglesa sí lo hace.
La terminología del
parentesco se articulo con los modos de filiación y de alianza, que constituyen
los otros dos principios del parentesco. No categorías de la filiación y de la
alianza son complejas.
III.2 LA FILIACIÓN
La filiación es el
reconocimiento de lazos entre los individuos que descienden los unos de los
otros. El principio juega en los dos sentidos, ascendiendo o descendiendo a lo
largo de las generaciones sucesivas. Toda sociedad conoce la filiación, pero
algunas le otorgan mayor importancia que otras.
distinguimos la línea
directa: los padres y las madres de nuestros padres... de la línea colateral:
primos, primos salidos de hermanos, parientes con los cuales tenemos un
antepasado en común, pero de los que no somos descendientes.
La memoria genealógica en
nuestra sociedad no es muy profunda: se reduce a tres generaciones más o menos.
Nuestra sociedad reconoce
también que mediante la filiación se transmite un conjunto de características o
de bienes, el nombre, o incluso rasgos físicos.
En las sociedades
exóticas, el principio de filiación tiene una importancia mucho mayor.
Lo que distingue a nuestras
sociedades industrializadas de las sociedades exóticas no es la ausencia de
filiación, sino el hecho de que nuestros grupos sociales se reclutan menos
sobre la base del parentesco que sobre las clases de edad, la clase social, la
afinidad amical, el lugar de trabajo, el ejercicio del ocio, etc. en una
sociedad exótica, todas estas separaciones sociales estarían reagrupadas y
determinadas en función de la pertenencia al grupo de parentesco.
III.2.1 FILIACIÓN
UNILINEAL
En la filiación unilineal
sólo son reconocidos como parientes aquellos que descienden de una línea
paterna de una línea materna. el reconocimiento del individuo en su grupo de
parientes puede hacerse por relación a un antepasado común determinado con el
cual puede establecer un lazo genealógico: es el "linaje". El
"clan" reagrupa parientes sobre una profundidad genealógica mayor
hasta un ancestro común con el cual no puede establecerse exactamente un lazo y
que deviene mítico. El linaje podrá aparecer como subdivisión del clan. La
pertenencia a tal linaje o a tal clan determina enteramente la posición social
de un individuo, en el interior de su propio grupo de filiación. El linaje es
algo más que un conjunto de parientes unidos por lazos privilegiados; también
es una persona moral que posee bienes indivisibles, que cumple funciones
políticas, militares, religiosas, etc.
La filiación unilineal
adopta, pues, un principio de clasificación fundado sobre el sexo; asigna un
individuo a un grupo de parientes. Según algunos autores, el tipo de residencia
dependería del principio de filiación: se residiría donde su padre porque uno
es miembro de su patrilinaje. Por el contrario, Robin Fox, estima que el modo
de residencia gobierno el principio de filiación. Los primeros grupos humanos,
cazadores, lo que constituía la residencia matrilocal. La residencia matrilocal
era la regla.
Las madres y las hijas
constituyen el elemento estable de la casa. Los hijos y los maridos son los
elementos móviles. En estos sistemas
matrilineales, los hombres pertenecen al grupo social de su madre, lo que da
una cierta preeminencia a las mujeres. el rol de marido se reduce al de
genitor. Estos hombres del matrilinaje detentan la autoridad dentro de la casa.
La filiación patrilineal
no constituye la simetría exacta de la filiación matrilineal, puesto que este
último tipo comporta contradicciones con los principios de funcionamiento del
grupo, sobre todo con el de la detentación de la autoridad por parte de los
hombres.
Si, en algunas
sociedades, los bienes están entre las manos de las mujeres, la mayoría de las
veces son sus hermanos los que tienen la posesión.
En las sociedades que
conocen una filiación patrilineal, la residencial es patrilocal, es decir, la
joven pareja formada por el hijo y por su mujer se instala en la casa del padre
del esposo, o neolocal, en una casa independiente. En este tipo de filiación no
existe conflicto para la atribución de la autoridad.
en la filiación
patrililenal (llamada todavía agnática) se transmiten de padre en hijo
(agnados) el nombre, los bienes, los privilegios, los derechos, los deberes
políticos, religiosos, económicos etc. Las sociedades patrilineales atribuyen
mucha más importancia al matrimonio y a los derechos del marido sobre su mujer
y sus hijos.
El lugar de las mujeres
no es igual al de los hombres en un sistema matrilienal, que, ya lo hemos
visto, les atribuye el rol preponderante no en tanto que maridos y padres, sino
en tanto que hermanos y tíos. Sobre estos modos de organización social, que en
cierta forma no son más que el armazón exterior de la sociedad se injerta toda
una gama de variaciones culturales, todo el proyecto global de una sociedad que
explica la variedad del universo de las culturas.
Por ejemplo, las
comunidades tácitas, estas "grandes familias" de las que hemos hablado
anteriormente, presentan un variante de los modos posibles de organización de
una filiación patrilineal. Las comunidades tácitas son patrilinajes, en la
medida en que hay una referencia a un antepasado común identificable, pero no
se trata de clanes, pues no se da un reagrupamiento de varios de estos
patrilinajes.
III.2.2 FILIACIÓN
BILINEAL Y COMPLEMENTARIA
Existen sociedades en las
que funciona una filiación bilineal, en la cual cada grupo de filiación tiene
asignada una función diferente, el patrilinaje cumple unas funciones y el
matrilinaje otras. Un sistema bilineales frágil como consecuencia de la
competencia entre los dos linajes.
III.2.3 FILIACIÓN
INDIFERENCIADA O COGNATICA
En la filiación
indiferenciada o cognática, la pertenencia a un grupo de parentesco ya no está
fundada sobre el sexo. Todos los descendientes de un individuo forman parte de
su grupo de parentesco.
La sociedad francesa, con
la excepción del nombre, que es transmitido en filiación patrilineal, está en
un régimen de filiación indiferenciada. Se puede recibir en herencia bienes
procedentes de los cuatro abuelos y, más generalmente, se reconocen
emparentados con todos los ancestros sea en la línea que sea.
III.2.4 PARENTELA
Los grupos de parentesco
que acabamos de analizar, están constituidos por referencia a uno o más
antepasados comunes. A la inversa, la parentela toma como centro al individuo
que reconoce a sus parientes por la sangre y por la alianza hasta el
agotamiento de los lazos genealógicos. Estos grupos no constituyen personas
morales como los grupos de filiación; no poseen derechos en común ni bienes
indivisos.
La parentela no es sólo
característica de las sociedades contemporáneas, como ocurre con el grupo
doméstico restringido a los padres y a los hijos. Sistemas que considerábamos
fácilmente como necesariamente ligados a la evolución industrial de la sociedad
los encontramos también en sociedades primitivas.
III.3 LA ALIANZA
Exogamia. Se trata de un
tipo de matrimonio fuera del grupo social de origen y que permite entrar en
relaciones con otros grupos de filiación. Por esta regla de la exogamia
reencontramos la prohibición del incesto.
III.3.1 SISTEMAS
ELEMENTALES
Las sociedades conocen
diferentes sistemas de matrimonio que pueden clasificarse en dos tipos
principales: sistemas elementales y sistemas complejos.
Los sistemas elementales
se caracterizan por la existencia de reglas de alianza que prescriben al
individuo la categoría de mujeres que debe desposar y aquellas que le están
prohibidas.
La forma más simple de
matrimonio fuera del grupo es el intercambio de hermanas. En el sistema más
simple, el que se designa con el término de "intercambio
restringido", un hombre debe casase con su prima cruzada bilateral, es
decir, tomará esposa allí donde su padre tomó la suya, el sistema puede
complicarse, el sistema denominado aranda: un hombre busca esposa allá donde la
buscó su abuelo. Una variante más elaborada. La regla quiere que una hija tome
esposo en el grupo de donde salió su madre.
El segundo gran tipo de
sistema elemental de alianza es llamado "asimétrico" o de
"intercambio generalizado", pues pone en relación todas las secciones
de la tribu.
Los sistemas elementales
de parentesco comportan todos una doble especificidad, la categoría de
individuos que no su pueden desposar, y aquella en la que debe encontrarse al
cónyuge.
III.3.2 SISTEMAS
COMPLEJOS
Los sistemas complejos,
sólo comportan reglas negativas de matrimonio; no se definen por la categoría
de parientes con los que se debe contraer matrimonio, sino por la que está
prohibida. Las sociedades contemporáneas funcionan según el modelo complejo,
pero también numerosas sociedades exóticas. Los sistemas complejos distribuyen
a los individuos a través de todo el espacio social, nuestro sistema de
matrimonio participa de la regla universal de la prohibición del incesto, el
sistema de alianza de las sociedades contemporáneas. Es una de las variantes,
una de las concreciones posibles del sistema de matrimonio sobre un continuum
que va del intercambio restringido a la -supuesta- libre elección del cónyuge.
Existe una relación entre
el vocabulario del parentesco y los tipos de matrimonio.
III.4 SEGMENTOS DE LINAJE Y PARENTELAS
CAMPESINAS.
Como en las sociedades
exóticas, pero de otra manera, el lugar del parentesco en la sociedad campesina
se articula con los modos de apropiación del suelo. En las primeras, sabemos
que los derechos sobre un espacio son apropiados colectivamente por un linaje
que le da valor. en las segundas, la propiedad es individual y el territorio
generalmente limitado. La doble característica de las sociedades campesinas que
conocen una apropiación familiar del suelo y una identidad entre familia y
explotación agrícola.
III.4.1 SEGMENTOS DE
LINAJE CAMPESINOS
Contrariamente al linaje
que distingue a los individuos según el sexo, el segmento de linaje sigue un
camino que pasa por los hombre y por las mujeres según los meandros de la
memoria, las circunstancias económicas y sociales, las migraciones o los
accidentes personales. El grupo doméstico se encuentra insertado en el o los
segmentos del linaje de los que ha recibido un patrimonio.
El segmento de linaje se
impone a la vez al grupo doméstico y al grupo aldeano en su totalidad. La
articulación entre segmento de linaje y patrimonio se pone bien de manifiesto
por el estudio del poder político local.
Alrededor de los
segmentos de linaje de campesinos reagrupadores de tierras o de notables
locales se constituye una ideología de la aldea que se identifica con el
segmento de linaje que la representa en el plan político local.
En alguna ocasión, el
segmento de linaje no se constituye alrededor de la propiedad, sino del derecho
al arrendamiento, de la herencia de un estatuto.
La presencia del segmento
de linaje también puede ser atestiguada entre los artesanos. Grupo doméstico y
propiedad del instrumento de producción se confunden aquí. Podemos observar
segmentos de linaje de tejedores, herreros, sastres zapateros.
Para que halla segmento
de linaje es necesario, una cierta profundidad genealógica, la existencia de
bienes para transmitir y una ideología familiar.
III.4.2 PARENTELAS
CAMPESINAS
La parentela, esta
constelación ambigua de parientes con la cual podemos elegir tener o no tener
relaciones, determina redes que unen entre ellos los diversos grupos domésticos
emparentados. Podemos representarlos como mallas corriendo de una casa a la
otra y a lo largo de las cuales circulan informaciones, ayudas mutuas, bienes y
servicios.
Segmentos de linaje y
parentelas funcionan de manera complementaria, el principio vertical y
horizontal, latente en todo grupo humano, predominante aquí o allí, por razones
económicas de herencia etc.
Esta parentela asegura un
determinado número de funciones, y sobre todo ofrece en su seno una opción de
cónyuges posibles. Numerosos matrimonios se conciertan dentro de esta clase de
"extraños y poco parientes".
En estas parentelas,
lejanas a la vez en el espacio genealógico y en el espacio geográfico, se crean
clientelas en las que se forjan el honor y el poder reciproco de los grupos
familiares. Las parentelas articuladas a los segmentos de linaje tienen
funciones políticas: en determinadas familias se reclutan los alcaldes de
generación en generación.
III.5 MODOS DE EVOLUCIÓN DE LOS BIENES
Sociedades africanas y
sociedades eurasiáticas se distinguen por su modo de devolución de los bienes.
en las primeras, unilineales, el proceso de transformación está asociado al
sexo: los hombres heredan de las mujeres , las mujeres heredan de las mujeres.
en Europa y en Asia, las mujeres heredan de los hombres y viceversa, lo que
tiene como consecuencia diseminar la propiedad fuera del grupo de filiación
unilineal. Nombre de "devolución divergentes".
Las especificidades
europeas.
III.5.1 HEREDEROS Y
SUCESORES
Georges Augustins
investiga la lógica de la "perpetuación de los grupos domésticos"
construyendo un modelo comparativo clasificatorio que integra la herencia, la
sucesión y la residencia y sobre el cual se injertará el modelo matrimonial. En
el caso de la familia troncal, heredero y sucesor se confunden: en el caso del
sistema igualitario, todos los hijos acceden a la herencia, y varios de ellos
pueden ser sucesores, o uno solo. Hay posibilidad, pues, para manipulaciones
familiares en la elección del elegido llamado a sustituir a la generación
mayor.
La distinción entre
heredero y sucesor, Georges Augustins distingue tres tipos principales de
sistemas, el sistema de casa (o familia troncal), el sistema de parentela y el
sistema de linaje. El primer caso pone por delante la residencia alrededor de
la cual se organiza todo el sistema social, y los otros dos casos
ponen por delante el
parentesco, en su organización sea horizontal, sea vertical. Todo individuo
está, en efecto, inscrito a la vez en un grupo doméstico y en una constelación
de parientes, dos entidades portadoras de tensiones y de contradicciones; en el
sistema de casa es la residencia la que dominará, en el sistema de parentela o
de linaje era el principio parenteral. Esta tipología fija, elimina los casos
intermedios.
La diversidad de los
sistema de devolución de bienes en la Europa campesina se inscribe en un
continuum que va desde un podo estrictamente indiviso a un polo igualitario,
con tipos intermedios.
III.5.2 CAMPESINADOS
DE LA MEJORA, CAMPESINADOS IGUALITARIOS
El sistema indiviso que
establece un heredero es el más coherente a primera vista, puesto que concilia
armoniosamente la necesidad de transmitir un bien entre las generaciones y el
de mantener el patrimonio familiar intacto con el fin de asegurar la viabilidad
de las explotaciones. Unos solo de los hijos es designado como heredero; él
verá cómo recibe la totalidad del patrimonio familiar.
En este sistema "de
casta", los hijos no herederos están dotados y excluidos de la herencia.
Reciben una pequeña cantidad de dinero que les aparta de todo derecho sobre el
patrimonio colectivo. diferentes alternativas se les ofrecen: permanecer solteros
en el seno de la casa, exiliarse, convertirse en sacerdotes, casarse según el
dicho y construir una reserva de mano de obra para el artesanado local, o
emigrar definitivamente.
El heredero es siempre el
primer nacido y, preferentemente, un varón en la Francia meridional, el sistema
se flexibiliza y autoriza a las hijas a heredar. en algunas sociedades, el
heredero es elegido desde el nacimiento. La familia bretona, encarna el polo
igualitario. Los campesinos bretones, generalmente, no son propietarios de sus
explotaciones, y por esta razón conocen numerosos desplazamientos.
Los grupos de residencia
apenas tienen, pues, apego simbólico a un lugar. La regla de devolución de los
bienes coincide. Se trata de una regla igualitaria que se pone en práctica con
todos los hijos, tanto los varones como las hembras. En una región dominada por
el arriendo, la regla igualitaria sólo afecta a los bienes muebles.
Entre el modelo de la
familia pirenaica, profundamente indiviso, y el modelo de la familia bretona,
especialmente igualitario, existe espacio para toda una gama de situaciones
intermedias.
IV LAS RELACIONES DE PARENTESCO EN LA
SOCIEDAD URBANA
Si el parentesco esta
institución parece secundaria en las sociedades urbanas e industrializadas.
Dominadas por el modo de producción industrial, estructuradas en clases
sociales, en asociaciones de todo tipo.
IV.1.1 LA TESIS DE TALCOTT PARSONS
Según Talcott Parsons,
los procesos de industrialización segmentan la familia, primero en el aislante
de su red de parentesco, luego reduciendo en tamaño del grupo doméstico a una
familia conyugal, con un reducido número de hijos. Este grupo ya sólo es una
unidad de residencia y de consumo; ha perdido sus funciones de producción, sus
funciones políticas y religiosas: comparte sus responsabilidades financieras y
educativas con otras instituciones; la función principal que le resta es la de
socializar al niño, y sobre todo asegurar el equilibrio psicológico de los
adultos. Este grupo doméstico aislado de su parentesco está fundado sobre el
matrimonio que asocia compañeros que se han elegido libremente; está orientado
hacia valores de racionalidad y de eficacia; los toles masculinos y femeninos
especializados contribuyen al mantenimiento del subsistema familiar en el seno
del sistema social. El padre tiene un rol "instrumental", asegurando
la relación con la sociedad y como proveedor de los bienes materiales; la mujer
tiene el rol "expresivo" en el interior de la familia.
Esta tesis era
funcionalista en la medida en que afirmaba la adecuación de este modelo
familiar con las características de la sociedad contemporánea. Como señala Jonh
Mogey, la mayor parte de las proposiciones de Parsons han sido invalidadas.
El aislamiento social de
la familia nuclear de su parentesco, no se han producido. Por el contrario, la
interacción entre los miembros del grupo de parientes se mantiene en todas las
sociedades.
IV.1.2
INDUSTRIALIZACIÓN Y PARENTESCO
Abundantes estudios
subrayan el papel activo de la familia en los procesos migratorios, como facto
de continuidad y de estabilidad frente a las presiones del nuevo entorno. La
familia amortigua los choques con la sociedad industrial proporcionando un
marco de adaptación. El parentesco en la sociedad industrial no aparece, como
una transferencia arcaica de la sociedad rural, señala Tamara Hareven, sino
como el desarrollo de las nuevas respuestas a necesidades dictadas por las
nuevas condiciones. Sus redes, en el contexto de la industrialización, están
engarzadas en un doble espacio, el del origen y el de la llegada.
El rol del nepotismo
familiar todavía está por dilucidar. Tenemos la tendencia a asociarlo a las
clases dominantes, pero ha jugado también en la clase obrera, sobre todo en la
época en que las condiciones de trabajo eran particularmente penosas.
DESARROLLO
INDUSTRIAL
En el otro extremo de la
escala social, parentescos y parentelas también han conservado su poder.
IV.1.3 PODERES Y
PARENTESCO
Otro test de la capacidad
de los parentesco y de las parentelas a adaptarse a los cambios inducidos por
la industrialización es el mantenimiento de su poder, ya sea político,
profesional o social.
La dominación tradicional
de las familias de notables ha sido puesta en entredicho por la evolución
social y económica, sin embargo, las redes de parentesco oponen a los cambios
políticos una triple forma de resistencia. Algunas parentelas saben adaptarse a
las nuevas formas de poder económico. De la tierra a la industrial. En segundo
lugar, el poder político basado en una clientela tradicionalmente fiel se
mantiene a menudo entre las mismas manos. Finalmente, las redes antiguas se
refuerzan mediante la alianza que le aportan los advenedizos de la escena
política, sobre todo por la vía de las alianzas matrimoniales.
Las parentelas
aristocráticas, también, por un remarcable trabajo de renovación de sus
estrategias de alianza, han podido seguir asentando su poder.
IV.2 SEGMENTOS DE LINAJE Y PARENTELAS EN
LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
Los estudios recientes
que constatan la predominancia del grupo doméstico nuclear recuperan las
proposiciones de Parsons. Sin embargo, esta estructura familiar ya no se
presenta como perfectamente ajustada a la economía moderna sino como refugio,
lugar de repliegue contra las agresiones exteriores de la sociedad, lugar que
concentra sobre un reducido número de cabezas toda la afectividad necesaria
para luchar contra una sociedad humana. Contrariamente a la tesis americana, no
habrá una complementariedad funcional entre sociedad y familia, sino desarmonía
e incluso antagonismo. el grupo doméstico conyugal, se carga de afectividad y
se repliega sobre sí mismo para proteger a sus miembros contra la
deshumanización del modo de vida cotidiano. Esta tesis pesimista es sostenida
por Louis Roussel.
El autor, en la lógica
misma de su investigación, ha sido conducido a contradecir parcialmente sus
tesis reconociendo que el campo afectivo no se limita a los padres y a sus
hijos pequeños, sino que se abre más allá del núcleo conyugal hacia los grupos
domésticos de los ascendientes.
IV.2.1 LAS RELACIONES
ENTRE PADRES E HIJOS CASADOS.
Para ello se ha medido la
proximidad de las residencias, las frecuencias de las relaciones, la
importancia de los servicios, las modalidades de la transmisión de bienes.
La primera conclusión es
la proximidad entre la residencia de los padres y los hijos casados. Sobre una
muestra nacional más del 75 % de éstos habitan a menos de 20 Km. de sus padres.
Así, la sociedad industrial no induce necesariamente a la movilidad que hace estallar geográficamente
la fa.
A través del estudio de
la transmisión de bienes, ocasiones de encuentro y de servicios (ayuda
financiera, cuidado de los hijos en caso de dificultad temporal o de modo
regular, etc.) se desprende un modelo coherente: la proximidad residencial
permite la frecuencia de la interacción a condición de que sea preservada la
independencia de la joven fa. De una y otra parte, se desea el mantenimiento de
la libertad.
Las relaciones entre
hijos casados y sus padres se intensifican cuando éstos alcanzan la edad de la
jubilación.
La encuesta de Roussel
intentaba también discernir la continuidad cultural de una generación a otra.
Se trataba de ver si los mismos modelos familiares eran trasmitidos de padres a
hijos o si los padres adoptaban los modelos de los hijos. Se pudieron observan
tres situaciones: a) transmisión de un modelo familiar caracterizado por una
cierta jerarquía de los cónyuges, por una distinción acusada de roles, por una
reserva en relación a la sexualidad. b)
Convergencia de opiniones relativa, por una parte, a la transmisión de ciertas
ideas, y por otra, a la adhesión más o menos activa de los padres a posiciones
de los hijos. c) Distancia, si no oposición entre las ideas, pero sin
enfrentamiento con elusión sistemática de estos temas con el fin de evitar los
conflictos.
La fa aparece como un
refugio, sobre todo para las clases medias, que son las más sensibles al
cambio.
Una ascensión social
reciente, el acceso a un bienestar que no conoció la generación precedente
parecen frágiles, y su protección parece asegurada por el mantenimiento de
relaciones familiares densas entre las generaciones. Cuando el matrimonio
conoce un semifracaso se vuelven hacia sus padres.
La investigación clínica
confirma la importancia de la afectividad, que es asimétrica los padres son
cada vez más dependientes del afecto de los hijos. Sus múltiples regalos,
préstamos, servicios sería para ellos la manera de conseguir este afecto.
Aunque esta situación sea percibida así por ambas partes, no debe ser
manifestada.
Tomando en cuenta los
bienes y servicios que se intercambian dentro de las redes familiares, volvemos
a encontrar la articulación entre el grupo doméstico, los ascendientes y otros
miembros del parentesco.
Agnes Pitrou distingue dos
tipos de ayuda entre estos flujos que circulan dentro del parentesco urbano: la
ayuda de subsistencia, que sirve para hacer frente a las dificultades
imprevistas, y la ayuda de promoción que se oriente a la mejora del status.
Estas conclusiones tienen
un doble interés: 1) abordan el campo de las relaciones familiares no bajo el
ángulo de la afectividad sino de su funcionalidad en las estrategias sociales.
2) Las relaciones descritas ponen en evidencia el papel de la fratria en el
campo familiar extenso y respaldado por la red de amistad.
IV.2.2 LA RELACIÓN
MADRE E HIJA
Se observa una
preferencia por esta relación en la sociedad contemporánea que, de hecho,
recuperaría una cierta matrilateralidad. La inestabilidad contemporánea de las
uniones debería, por otra parte, contribuir a reforzarla.
Esta relación de
afectividad entre madre e hija casada mediante la cual se trasmiten técnicas y
valores se mantiene en la clase obrera del S. XX.
IV.2.3 GENEALOGIAS Y
RED DE PARENTESCO EN MEDIO URBANO
Como en el medio rural el
concepto de segmentos de linaje y parentelas es pertinente para analizar el
parentesco en la sociedad urbana.
Elizabeth Both distingue
entre el parentesco efectivo (parientes con los cuales se mantiene una relativa
intimidad), el parentesco no afectivo (parientes con los cuales no hay contacto
y de los cuales sólo se conocen un determinado número de informaciones) y los
parientes lejanos (de los cuales no se sabe nada sino que existen).
Igualmente Firth
distingue el parentesco reconocido del parentesco nombrado; el segundo era más
restringido que el primero, pues comprendía exclusivamente los parientes que
podían designarse por el nombre.
El principio de selectiva
parece ser característico del sistema de parentesco en las sociedades
occidentales; juega a la vez en el establecimiento y para el contenido de las
relaciones sociales; funcionan como un sistema de referencia social.
IV.2.4 FUNCIONES DEL
PARENTESCO
Se tiene una tendencia
excesiva a reducir la relaciones con el parentesco a funciones afectivas,
rituales o simbólicas. Es con motivo de los grandes ritos del pasaje de la vida
(sobre todo el entierro) cuando se invita a la mayor cantidad posible de
parientes. Más allá de los contactos, visitas, intercambios de servicios y de
reuniones familiares, el parentesco crea un conjunto de obligaciones morales
más o menos contingentes y proporciona un marco de referencia que tiene su
propia importancia en relación a otros marcos de referencia tales como la
profesión, el barrio de residencia, o la región de origen. Esta concurrencia
con otros subsistemas sociales es característica del sistema de parentesco en
las sociedades urbanas.
IDENTIFICACION
La existencia latente de
las redes de parentesco reviste gran importancia en una sociedad que aísla al
individuo: volvemos a encontrar la idea de la fa refugio. Ya no se trata aquí
de sumergirse en el grupo doméstico conyugal, sino de situarse en la red
familiar que permite identificarse en el tiempo y en el espacio. El por esta
historia familiar por lo que se sabe quién se es y de donde se viene.
Las redes proporcionan un
sentimiento de estabilidad, de pertenencia, funcionan como un sistema de
identificación.
Las relaciones de
parentesco constituyen un medio de acceso a la comunidad. Es cierto que no es
el único medio que existen agrupamientos formales, y cada vez más en la
actualidad, que proporcionan a los extraños los medios de integrarse. A pesar
de todo, el parentesco sigue siendo un medio privilegiado de acceso a los
otros, a la creación de relaciones sociales.
ACCESO AL
MERCADO DE TRABAJO
El parentesco sirve a
menudo para penetrar en el mercado de trabajo, sobre todo para un primer
empleo. En lo alto de la escala social, la referencia a tal miembro del
parentesco sirve de identificador y puede pesar tanto como el diploma en el
momento de la selección.
IV.2.5 PARENTESCO Y
MEDIO URBANO
Cuanto más estable es el
grupo más antigua es la residencia; cuanto más débil es la movilidad social y
residencial tanto más se multiplican y se superponen las relaciones de
parentesco hasta el punto de constituir una sociedad de interconocimiento, como
en la aldea o en los barrios antiguos de las ciudades. Debemos preguntarnos
acerca de los efectos de las renovaciones urbanas sobre la extensión de las
redes de parentesco. En este tipo de comunidad urbana en la que nadie se
conoce, el estatus sustituye a la red de conocimientos mutuos. Puesto que uno
ya no puede ser identificado por un miembro de su parentesco. el individuo se
encuentra identificado por los otros con la ayuda de criterios exteriores: el
modo como van vestidos los hijos para ir a la escuela, la marca del automóvil,
los cuidados dispensados al huerto. Red de parentesco y de sociabilidad
funcional, pues, sobre criterios diferentes y no son substituibles entre sí.
¿Puede sostenerse que
cuanto menos propicio es el medio urbano para las relaciones humanas menos
interacción tienen los individuos con los otros en el marco de la vida
cotidiana y el parentesco se encoge alrededor del grupo doméstico? Este
fenómeno parece efectivamente constatado en la aglomeración parisina.
Sin embargo, la
importancia de una red de parentesco no se mide solamente por las funciones
tangibles que puede cumplir; el parentesco remite a todo un imaginario en
acción, y su papel quizá es más importante por esta función latente.
El imaginario familiar
también es el confortable seguro que en un mundo en el que la familia va mal la
vuestra en particular va bien.
IV.2.6 PARENTESCO Y
CLASE SOCIAL
La hipótesis la movilidad social, que a menudo es una
movilidad geográfica, relajaría considerablemente las relaciones de parentesco
entre padre e hijos casados, y más todavía las propias de la parentela. En
relación a la interacción constatada dentro de la clase obrera, la clase media
tiene relaciones de parentesco menos densas. Un matrimonio que conoce un
ascenso social está dispuesto a sacrificar las ventajas de la proximidad
residencial por las que ofrecen un mejor empleo en una ciudad o una región
alejadas. Este matrimonio adquirirá nuevos comportamientos culturales, y la
sociabilidad de la amistad reemplazará a la sociabilidad familiar.
La clase media en ascenso
social, en efecto, adquiere toda una cultura de ocio desconocida por la clase
obrera. Esta sustituye quizá a todas las formas de sociabilidad familiar por
las que se desarrollan con la civilización del ocio. Con el trabajo, la familia
deja de ser el único polo de atracción de la vida social.
Resulta difícil, sin
embargo, mantener un discurso único sobre las redes de parentesco y de
sociabilidad de esta categoría social.
La clase media inglesa sus límites son imprecisos. Hemos señalado la
fuerte interacción en el seno del parentesco dentro de las clases medias
inglesas.
Para las clases
superiores, las opiniones parecen más coincidentes. Pueden dispensarse las
relaciones de parentesco en la medida en que los medios financiaron permiten
comprar los servicios proporcionados por el parentesco en otras clases
sociales. Al igual que en las clases medias, existe también una interacción
social importante fuera del parentesco. Por el contrario, en estas categorías
es donde observamos la ayuda financiera más importante es bienes y servicios, sobre todo en el
momento de instalación de los hijos casados. en las clases superiores, el
parentesco proporciona apoyo material y moral para mantenerlo.
Numerosos estudios
coinciden en considerar la clase social como una de las variables principales
de la existencia de las relaciones con el parentesco; sin embargo, ya no se
puede sostener que la industrialización ha cortado el grupo doméstico de su
grupo de parentesco.
IV.3 RED DE PARENTESCO CONTRA FAMILIA
NUCLEAR: UNA POSICIÓN IDEOLÓGICA.
El paso ideológico de la
familia nuclear. La ideología de la familia nuclear proclama el derecho del
individuo a elegir su cónyuge, al igual que el lugar donde quiere vivir y los
parientes que quiere tener. La familia nuclear, es portadora de un ideal de
democracia y de libertad.
Así pues, no nos
sorprenderemos de que una imagen y una ideología de la familia nuclear sean
vehiculados por la prensa y la televisión.
LA FORMACIÓN DEL GRUPO DOMESTICO
V SOCIOLOGÍA HISTÓRICA DEL MATRIMONIO
De entrada, podemos
considerar como falsa esta idea recibida: hoy día uno se casa por amor, antaño
de casaban por interés, hoy día se elige libremente, antaño uno era casado por
sus padres.
V.1 DE LA ALIANZA AL MATRIMONIO
En una sociedad de
religión y de moral cristiana, el matrimonio está fundado por un derecho que
reglamenta la sexualidad. Dentro de un cuadro jurídico-eclesiástico, la
institución se inscribe en contexto sociales, económicos y culturales muy
variados.
V.1.1 EL MARCO
RELIGIOSO
el derecho canónico
elaborado en el siglo XII define el matrimonio como un sacramento indisoluble
cuya materia está constituida por el consentimiento mutuo de los esposos.
Estos matrimonios que
prescindían del consentimiento de los padres siempre eran portadores de
desorden social.
Un cierto número de
fenómenos económicos y sociales ha conducido a los padres a reafirmar su
autoridad sobre los hijos, para la elección de su cónyuge, con el fin de que el
orden social no se apuesto en peligro. Las clases aristocráticas, las más
influyentes sobre el poder eclesiástico y laico, presionaron para obtener
nuevas reglamentaciones que afirman la autoridad paterna, e hicieron del
matrimonio no tanto la unión de dos individuos, sino la alianza de dos
parentelas y de dos patrimonios.
Los textos del concilio
de Trento y las ordenanzas reales de finales del S XVI y principios del XVII
van a establecer la doctrina oficial del matrimonio que permanece en vigor
hasta el S.XIX, teniendo en cuenta los arreglos que aportaron la Revolución y
el Código civil.
La mayoría de edad
requerida para el matrimonio entonces era de treinta años para los hombres y de
veinticinco para las mujeres. Hasta esta edad, los hijos debían solicitar el
consentimiento de sus padres; más allá, sólo tenían que pedir su opinión.
Hasta el concilio de
Trento, el sacerdote sólo era un testimonio del compromiso de los esposos;
luego se le dio una parte activa en el acto sacramental; debe unir los esposos
en matrimonio.
En los siglo XVII y
XVIII, la naturaleza del matrimonio evoluciona del sacramento al contrato, en
parte bajo la influencia de la Reforma que rechazaba el carácter sacramental
del matrimonio, y en el S XVIII bajo la influencia de los juristas de la
escuela llamada "de derecho natural".
Pero el sacramento y el
contrato son cosas bien diferentes: a uno están vinculados los efectos civiles,
al otro las gracias de la iglesia: Los dos aspectos se disociarán totalmente
con la Revolución que marca el desenlace final de las dos tendencias, exigiendo
una ceremonia civil para dar validez a la ceremonia religiosa.
DEMOGRAFÍA DEL
MATRIMONIO
A pesar de estas
restricciones, se descubren algunas evoluciones. En primer lugar, la
nupcialidad reacciona a los mismos factores demográficos. Bajo el Antiguo
Régimen, en los períodos de grandes mortalidades debidas a las epidemias, la
curva de los matrimonios tiende hacia cero. Esta curva es igualmente sensible a
las crisis económicas que constituyen otro freno.
Los acontecimientos
políticos (guerra, revolución,) tampoco son favorables a la nupcialidad.
Algunas medidas legislativas, por el contrario, han contribuido a favorecer la
nupcialidad, y sobre todo la disminución de la edad de matrimonio, que ha sudo
restablecida, bajo la Constituyente, a los veintiún años, edad a partir de la
cual el consentimiento de los padres ya no es necesario. Se observa entonces un
avance importante de la nupcialidad, pero es pasajero.
Desde 1740 hasta nuestro
días, el número absoluto de matrimonios, con excepción de épocas conflictivas a
causa de las guerras, no deja de crecer lentamente, mientras que la tasa bruta
de nupcialidad se mantiene más o menos
estacionario.
En revancha, el período
del año en el que tienen lugar los matrimonio ha cambiado mucho. Los
movimientos estacionales antiguos están caracterizados por alternancias de
intensa actividad y momentos vacíos. En los siglos XVII y XVII. En estas
épocas, los matrimonios se celebran sobre todo en febrero y en noviembre, julio
y agosto son meses huecos porque los grandes trabajos agrícolas de los campos.
También son preferidos
algunos días de la semana: no se casan los viernes. Tampoco se casan en jueves.
El domingo también estaba prohibido.
Hoy día, los matrimonios
se celebran a lo largo de todo el año, con una preferencia por los meses de
verano; cerca del 80 por 100 tienen lugar el sábado.
CELIBATO
En el siglo XVIII, la
proporción de solteros definitivos está comprendida entre el 10 y el 15 por 100
entre las mujeres; entre los hombres todavía es más débil, puesto que los
hombres eran menos numerosos en razón de una mortalidad y de una emigración más
fuertes.
En el siglo XX, el
celibato es más frecuente entre los hombres como consecuencia de la emigración
masculina, el descenso continuo de los nacimientos ha puesto en presencia
efectivos femeninos constantemente
inferiores a los efectivos masculinos.
En los períodos antiguos,
la escasez relativa de celibato se explica por la necesidad del matrimonio para
acceder al estatus social adulto. En un tiempo en el que el grupo doméstico y
explotación agrícola o artesanal se confunden. El soltero es un marginal. No
hay "elección" de una vida de soltero, sino el celibato religioso o
militar, estado abrazado a menudo como un mal menor. Para las ciudades, parece
que la proporción de solteros sea más elevada que en el campo.
EDAD DE
MATRIMONIO
Numerosos comportamientos
familiares dependen de la edad a la cual los jóvenes tienen costumbre de casarse,
la cual, a su vez, está en función de condiciones sociales, económicas,
culturales.
Contrariamente a una idea
comúnmente aceptada en nuestros días, antaño la gente no se casaba joven. La
Europa de los siglos XVII y XVIII ofrece incluso un modelo que parece único
dentro del abanico de culturas, caracterizado por una elevada edad del
matrimonio, ligado a la necesidad de un establecerse independientemente. La
conjugación de numerosos factores conduce a una edad tardía de matrimonio, con
la excepción de las familiar aristocráticas, cuyos hijos se casaban en promedio
a los veintiún años y las hijas a los dieciocho, la edad media en las clases
populares de las ciudades y medios rurales es de veintisiete-veintiocho años
para los hombres y veincinco-veintisesis para las mujeres.
La consecuencia
importante de este retraso en el matrimonio es el acortamiento del período de
fecundidad de la mujer.
La edad tardía en el matrimonio
constituye, según los términos célebres de Pierre Chunu, "la verdadera
arma contraceptiva de la Europa clásica". Respuesta consciente o
inconsciente a un mundo en crecimiento demográfico, en el cual los recursos se
mantenían estables.
La evolución de la edad
del matrimonio, bajó considerablemente a lo largo del siglo XIX.
La reducción de la edad
de matrimonio revela un cierto número de cambios dentro de la concepción del
matrimonio y de la elección de cónyuge.
LA REGLA HOMOGÉNICA
Hoy como ayer, se tiende
a casarse entre iguales, en el plano social o profesional. Una de las fuentes
del matrimonio concebido concebido como una alianza entre dos líneas de
descendencia es la de trasmitir patrimonios. El mejor medio de protegerlo es
asegurarse que el cónyuge elegido es verdaderamente su igual socialmente. Esta
regla de la homogamia se encuentra en todas las categorías sociales.
Para los campesinos, la
homogamia tiene como corolario la endogamia, es decir, el matrimonio dentro de
la localidad o con alguna persona de las aldeas más próximas. Casarse en su
tierra supone conocer la familia con la cual está proyectada la alianza.
Para cualificar estas
poblaciones que se casan en el seno de áreas geográficas circunscritas, los
demógrafos hablas de isolats, es decir, zonas dentro de las cuales se elige al
cónyuge. Los matrimonios endógamos llevan a matrimonios entre emparentados si
la población es suficientemente estable.
El nombre de la
prohibición del incesto, la Iglesia prohibió el matrimonio entre parientes demasiado
cercanos.
Aplicar estas reglas,
habría dificultado fuertemente la nupcialidad de los municipios rurales en los
que la superposición de redes sociales y familiares creaba las condiciones de
matrimonios entre parientes. Así pues, la Iglesia se veía obligada a conceder
dispensas para que se celebrara este tipo de uniones.
V.1.2 ESTRATEGIAS DE
ALIANZA
Está prohibido casar con
los parientes más próximos, pero más allá, la elección es teóricamente libre. A
pesar de ello, los matrimonios consanguíneos, matrimonios homógamos y endógamos
suponen reglas no expresadas en revelan políticas familiares de alianza.
En la sociedad antigua,
ya se de naturaleza campesina, aristocrática o burguesa, los cónyuges dependen
del patrimonio de sus padres para instalarse independientemente en la vida
activa: la estrategia patrimonial dirige los matrimonios.
Antes de 1914, el
matrimonio estaba regido por reglas muy estrictas. Que comprometía todo el
futuro de la explotación familiar, era la ocasión de una transacción económica
de la más alta importancia, contribuía a reafirmar la jerarquía social y la
posición de la familia, era asunto de todo el grupo más que del individuo. Era
la familia la que se casaba y uno se casaba con una familia..
La estrategia matrimonial
aparece como uno de los tipos de la más general "estrategia de
reproducción biológica , cultural, social que todo el grupo pone en acción para
transmitir a la generación siguiente, mantenido o aumentados, los poderes y los
privilegios que el mismo ha heredado"
Toda estrategia campesina
de matrimonio es endógama, pero algunas lo son más que otras.
¿puede hablarse también
de estrategias en sociedades en las que la costumbre de herencia es
igualitaria, y en las que el patrimonio está compartido entre todos los
herederos; en sociedades en las que los campesinos son arrendatarios o
aparceros, es decir, que sólo tienen poco patrimonio que transmitir.
Un determinado número de
trabajos muestran que, incluso sin capital rústico, puede observarse una
política familiar de los matrimonios. El capital de prestigio de la familia ,
su antigüedad, su reputación cuentan tanto y quizá todavía más en una sociedad
pobre. En un sistema económico en el que el enriquecimiento no es posible, el
mantenimiento del rango puede representar el objetivo último de las estrategias
matrimoniales.
Otro medio para detectar
la existencia de estrategias de matrimonio es el de analizar los ritos como,
por ejemplo, el uso del casamentero en algunas sociedades. el rol del
intermediario es el de soportar el fracaso eventual de las negociaciones;
también es garante de la continuidad de las relaciones sociales.
Estos rituales
constituyen un discurso simbólico cuyos gestos, palabras y manifestaciones
diversas, como los cortejos, traducen la importancia del matrimonio para la
comunidad.
Entonces podemos
preguntarnos, en un contexto tal de estrategias y de transacciones, ¿qué lugar
había para la elección personal de los dos jóvenes, qué peso podía tener una
inclinación amorosa, una atracción recíproca?.
V.1.3 LOS CAMPESINOS
Y EL AMOR
en lo que se refiere al
amor y a la sexualidad de los tiempos antiguos, sólo estamos en el terreno de
las hipótesis.
El hecho de que los
nacimientos ilegítimos -señal de una sexualidad fuera del matrimonio- y
concepciones prenupciales -señales de su matrimonio- hayan sido muy débiles
desde mediados del siglo XVII a mediados
del siglo XVIII, parece ser que en descenso en relación a épocas precedentes,
indicarían el éxito de la Iglesia en su lucha por la "moralización".
Dos tradiciones del amor
campesino han conocido un gran éxito cerca de los historiadores; la
frecuentación preconyugal y el kilgananb. El primer ritual; es colectivo y
permite a los jóvenes la frecuentación preconyugal bajo un paraguas o en la
habitación de un albergue; mientras que el segundo tienen lugar en la
habitación de la joven, con el acuerdo de los padres.
Que el amor existe y que
es reconocido en el medio rural lo prueban numerosos signos: proverbios, ritos,
regalos. El sentimiento amoroso, reconocido en el medio rural, es diferente de
lo que es hoy día erotizado y exhibicionista.
El amor campesino está
muy codificado. Los regalos, los gestos, los discursos relativos a los
enamorados, están frecuentemente, estereotipados. La hipótesis es la siguiente:
la elección sería tanto más "libre" cuanto más igualitaria fuera la
estructura social del grupo.
Es necesario distinguir
entre concepciones prenupciales y nacimientos ilegítimos. De las primeras puede
pensarse que son un medio de forzar la mano a las familias y arrancar su
consentimiento. Se puede suponer también, y es más verosímil, que estando ya
establecido el acuerdo entre las familias y los jóvenes, y teniendo éstos relaciones
conjuntamente, se consideraban como casi casados.
en lo que concierne al
aumento de los nacimientos ilegítimos, las interpretaciones son todavía más
diversas.
V.2 HACIA EL MATRIMONIO CONTEMPORÁNEO
V.2.1 ARTESANOS DE LA
SOCIEDAD PROTOINDUSTRIAL
Una distinción entre el
mundo rural y el urbano se impone desde el momento en que abordamos el final
del siglo XVIII y el principio del siglo XIX. Hasta ese memento, en Francia,
las ciudades funcionaban más o menos como los pueblos.
En el siglo XIX, la
composición social de los pueblos se vuelve más homogénea desde que la
despoblación se lleva con ella a los individuos más marginales, jornaleros
agrícolas y artesanos. Para los campesinos que permanecen en el pueblo, el
matrimonio, más que nunca, es el objetivo patrimonial. El matrimonio queda
controlado por el parentesco, la endogamia de clase es la regla. La evolución
moderna de la agricultura no hace caducos estos modelos.
Para los artesanos de los
pueblos. La organización doméstica artesanal en el medio rural está fundada en
la asociación de fuerzas de trabajo: la complementariedad estrecha del marido y
de la mujer. Una fuerte endogamia también resultaba aquí indispensable y
condicionaba la formación del matrimonio. Además, la fecundidad de estas
familias "protoindutriales" era elevada, pues esas familias tenían
necesidad de un máximo de fuerza de trabajo, por su apega a la comunidad
pueblerina, estas familias pertenecían al viejo sistema, pero por un
determinado número de rasgos, anunciaban una nueva forma de pareja y un nuevo
modelo de matrimonio. Es el primer paso hacia una unión del tipo
"asociación de individuos".
La familia
protoindustrial anuncia así la familia obrera; el salario permite a los jóvenes
constituirse rápidamente un peculio que les permite casarse sin esperar a una
dote dada por sus padres. Se casan más jóvenes, y de manera más independiente.
Las migraciones apenas
afectan a esta endogamia, pues se llevan a cabo a través de las solidaridades
entre oficios.
V.2.2 CONCUBINATO Y
MATRIMONIO OBRERO
La paradoja de las
concepciones prenunpciales y de la ilegitimidad. El aumento del número de
concepciones prenupciales regularizadas mediante el matrimonio reflejaba la
puesta en circulación de un nuevo orden sexual y de una nueva concepción del
matrimonio que descansa en la capacidad de trabajo de los cónyuges,
independientemente del patrimonio de sus familias respectivas. Por el
contrario, la ilegitimidad no marca la emergencia de una nueva moral sexual y
no es el signo de la inmoralidad de las clases populares, sino la del fracaso
de una política tradicional del matrimonio. La ilegitimidad no es el matrimonio
rechazado, sino el matrimonio frustrado. Convertirse en concubina no es más que
un medio para salir del paso, en la esperanza de un matrimonio..
Las condiciones
económicas ofrecidas a la obrera de las ciudades la empujan a buscar una
asociación hecha con un hombre. La muchachas, sin cualificación, se emplean, en
la industria textil. Las condiciones de trabajo son horrorosas. Entonces, la
obrera, es conducida hacia el "amancebamiento". Mientras no llega un
hijo, los dos trabajan, la vida es soportable. Al primer hijo, le pega; al
segundo, la abandona. Y el trabajo de zapa social la conduce a la prostitución.
Las condiciones económicas volvieron, pues, particularmente vulnerables a las
mujeres obreras que son las primeras víctimas del concubinato.
Durante el segundo
decenio del segundo imperio, el proletariado inmigrado se integra. "El
desequilibrio entre los sexos retrocede, el modelo de la familia conyugal y el
de la intimidad burguesa son progresivamente asimilados por el proletariado
urbano". Matrimonio más libre, en el que el sentimiento es lo que cuenta
el primer lugar, y que asocia dos capacidades de trabajo, dos salarios, ésta es
la modernidad de un modelo que surge de la clase obrera y cuya norma no ha
dejado de ser dictada por la imagen de un modelo burgués que todavía tardará
varios decenios en perder su asimilación a un establecimiento. La clase obrera,
instalándose y aburguesándose, reproduce el modelo de la intimidad familiar
burguesa con su estrechamiento alrededor del hijo, diferencias sensibles, sobre
todo en los roles dentro de la familia.
V.2.3 MATRIMONIO
BURGUÉS
El matrimonio burgués y
pequeño burgués todavía sigue siendo el objeto de estrategias clásicas en el
siglo XIX y principios del siglo XX. Este fenómeno permite explicar la aparente
paradoja de un concubinato burgués más extendido de lo habitualmente se piensa.
El modelo del matrimonio
burgués continúa siendo, en el más pleno sentido del término, una alianza entre
dos grupos familiares. "n el siglo XIX, en una sociedad caracterizada por
la movilidad social, el matrimonio ocupaba un lugar estratégico en la carrera
y, más que en épocas anteriores, era temido el matrimonio desigual. Los pequeño
burgueses hacían del matrimonio, un establecimiento, pues estas categorías
sociales eran las más frágiles y deseosas de proteger un estatus social
precario.
VI MATRIMONIO, DIVORCIO Y UNIÓN LIBRE EN
LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
Hasta los años setenta se
hablaba fácilmente de un "nuevo matrimonio", matrimonio de amor
romántico fundado en la libre elección del cónyuge, en la búsqueda de una
valoración amorosa de la pareja, por oposición al matrimonio
"tradicional" impuesto por los padres. Este matrimonio
"moderno", a su vez, se ha convertido en símbolo, a finales de la
década de los ochenta, de un modelo que, si no está en vías de desaparición, sí
tiene, al menos, la competencia de otras formas de unión, a veces estables, a
veces precarias, que rechazan la institucionalización. Los interrogantes
relativos al matrimonio contemporáneo deben tener en cuenta, como un dato
integrante, el aumento del divorcio y de la unión libre.
VI.1 LA NUEVA FISONOMÍA DE LA NUPCIALIDAD
(1930-1987)
VI.1.1 LA EDAD DE ORO
DE LA NUPCIALIDAD FRANCESA
Hasta 1972, la tasas
brutas de la nupcialidad francesa han aumentado, alcanzando el número de
matrimonios. El modelo matrimonio se caracteriza entonces: 1) por su
intensidad; 2) por la joven edad de los cónyuges; 3) por el escaso número de
divorcios; 4) por un tasa de fecundidad elevada, aunque en baja desde 1964.
Este matrimonio precoz,
constituye la edad de oro de la nupcialidad francesa. Este tipo de matrimonio
pertenece al pasado.
Teóricamente, cualquiera
puede casarse con cualquiera. Sin embargo, la elección del cónyuge no es libre.
Los medios sociales continúan reproduciéndose en el interior de ellos mismos.
Los matrimonios unes a cónyuges del mismo origen geográficos para la mayoría de
ellos.
Esta homogamia geográfica
se ha atenuado un poco en la década de los setenta. Esta homogamia geográfica
decrece a medida que se asciende en la escala social.
La homogamia social que
caracterizaba la uniones antiguas continúa marcando las uniones contemporáneas.
Más marcada todavía
resulta la homogamia religiosa: en un 92 por 100 de las familias, los cónyuges
pertenecen a la misma religión. La frecuencia de la homogamia socioprofesional
después de 1960 no ha disminuido lo más mínimo..
En cada medio social
existen lugares, instituciones, prácticas que permiten a los jóvenes
encontrarse, conocerse, elegir.
Alain Girard veía en la
homogamia el resultado de condicionamiento espaciales y sociales, el peso de
una norma que desaconsejaba la
heterogamia; en resumen, formulaba una hipótesis de naturaleza psicocultural.
Sin negarle valor, otras investigaciones tienden a superponerle una causalidad
de naturaleza seudoeconómica, tomando al pie de la letra la expresión
"mercado matrimonial". Desde esta óptica, los "agentes"
presentes en este mercado, en lugar de limitarse a ser los peones pasivos de
las reglas sociales sobre las que no tienen influencia alguna, ponen en acción
una estrategia para "maximizar" su "dote escolar".
La influencia del nivel
escolar sobre la movilidad matrimonial es muy clara. La homogamia social es
ensalzada sobre todo en las clases dominantes y en las clases populares,
mientras que en las clases medias lo es menos. Para las primeras, la homogamia
es el resultado de mecanismo de selección y de aptitudes para dominar el
futuro, mientras que para las segundas, refleja mecanismos de exclusión, dos
lógicas diferentes de elección de cónyuge que conducen a los mismos
comportamientos.
VI.1.2 LA RUPTURA DE
LOS AÑOS SETENTA.
Este modelo matrimonial ha sido doblemente puesto
en cuestión desde los años setenta por el aumento del número de uniones no
legitimadas por la ley el por el aumento de los divorcios. La caída de las
tasas de fecundidad se inscribe igualmente dentro de esta redefinición de los
lazos matrimoniales.
La desafección en relación
al matrimonio que pone de manifiesto el desarrollo de la unión libre se
inscribe igualmente en la cifra creciente de divorcios. 1972 es también el año
a partir del cual los divorcios aumentan fuertemente. El matrimonio de los años
1950-1970 reivindicaban como complementarios el amor y la unión legal. La gente
se casaba por amor, el amor exigía el matrimonio, y dentro del matrimonio se
encontraba la mejor realización del amor.
Hay día, las exigencias
del amor parecen incompatibles con el matrimonio. Este nuevo amor tiene dos
características: es absoluto y parece abocado a la efemeridad. el rechazo del
matrimonio es el rechazo a someter la relación de pareja a otras fuerzas que no
sean los sentimientos. Las esperas que pesan sobre esta pareja son múltiples:
afectivas, sexuales, materiales, y no dejan lugar a la transacción. Ello
explica tanto el número de divorcios como la ruptura de uniones libres.
A la noción de pareja
fusionada de los años sesenta, cuyo proyecto está inscrito en la duración, le
sustituye la elección de lo efímero.
Morfológicamente, el
final de los años ochenta está marcado por la desaparición del matrimonio
precoz, que, con el retroceso, aparece como un modelo transitorio de los años
1950-1970.
VI.2 EL DIVORCIO
Al igual que el matrimonio,
el divorcio ha cambiado. Hasta hace poco todavía un signo de inestabilidad
familiar, de una crisis del individuo y de la sociedad, sanción de una falta
contra el otro compañero, el matrimonio, los hijos, la familia y la sociedad,
se ha convertido en algo corriente y banal.
El divorcio no crea
verdaderamente una situación nueva. Ya hemos hablado de la m arcada
inestabilidad de los grupos domésticos antiguos como consecuencia de una fuerte
moralidad. La situación de antaño y la de hoy difieren en que la primera era
provocada y la segunda es voluntaria. Las consecuencias son relativamente
idénticas.
VI.2.1 POR UNA
HISTORIA DEL DIVORCIO
Cuando los hombres de la
Revolución transformaron el sacramente eclesiástico indisoluble en un contrato
acordado delante la sociedad civil, abrían la puerta al divorcio. La ley votada en 1972 instituye un divorcio muy
liberal, pues prevé tres modalidades de ruptura: 1) los esposos tienen libertad
de romper los lazos de matrimonio manifestando su mutuus dissensus. 2) cada
esposo puede preservar su libertad contra el otro, alegando una
incompatibilidad de carácter con su cónyuge. 3) la acción para el divorcio
puede basarse en una de las causas determinadas enumeradas por la ley.
Esta ley facilitó la
ruptura de uniones hasta el punto de que asistimos a una brusca llamarada de la
divorcialidad en 1973. Con la restauración del orden napoleónico, la ley se
hizo más estricta e instaura un divorcio-sanción de una falta al orden familiar
y social. Se abolió en 1816. La ley Naquete de 1884 restablece el divorcio en
el espíritu de la de 1804. La ley del 11 de julio de 1975, autoriza bajo
determinadas condiciones la ruptura de la unión sin que sea necesario constatar
necesariamente una falta por parte del otro. Esta ley prevé el divorcio por
consentimiento mutuo.
VI.2.2 EL
"NUEVO" DIVORCIO
La sustitución de un
divorcio-contrato por un divorcio-sanción se inscribe en una revisión general
del sistema de valores. El número de divorcios, en progresión lenta y regular
desde 1966, se aceleró después de la aplicación de la ley de 1975, que permitió
un procedimiento más rápido y fácil.
Si un matrimonio de cada
veinte de las parejas formadas en 1900 terminaba en divorcio, la proporción
pasa a uno de cada seis en 1975 y a uno de cada tres en 1980. En veinte años,
la frecuencia del divorcio se ha multiplicado por tres. Otro cambio de
importancia concierne a su calendario: el divorcio se produce cada vez más
temprano después del matrimonio, poniendo de manifiesto la fragilidad de las
uniones en sus inicios.
Las características que
distingue a la población de los divorciados es de orden socioprofesional, se
constata que son los empleados y luego los cuadros medios los que más se
divorcian.
En las clases populares,
la gente se casa para ponerse en regla, porque el concubinato tiene demasiados
inconvenientes, y se divorcia poco, debido al costo y a la pesadez del
procedimiento jurídico. En las clases medias asalariadas, la gente se casa
porque tiene un pequeño capital que transmitir, pero como éste es más bien
cultural y social, y no económico no se prohibe el divorcio, más frecuente
porque es más accesible financiera y culturalmente. En las clases medias no
asalariadas y entre los agricultores, el divorcio es más raro porque es
difícilmente compatible con la gestión y la transmisión del capital económico.
En las clases dominantes resulta igualmente raro, pues constituye un obstáculo
serio para la reproducción de un capital social o económico más elevado.
Hay una correlación muy
clara entre las tasas de divorcialidad y la actividad profesional de la mujer,
la proporción de mujeres divorciadas que ejercen una actividad profesional es
dos veces más importante que la proporción correspondiente para el conjunto de
las mujeres casadas.
La mujer es mucho más
frecuentemente demandante cuando ejerce una actividad profesional que cuando
está inactiva y cuando más aumenta el estatus socioprofesional de la mujer
tanto más frecuentemente demandante.
Frente a este nuevo
divorcio no puede olvidarse el divorcio más clásico, que continúa
caracterizándose por una larga duración matrimonial y que acepta que un arreglo
legal viene a consagrar una ruptura de hecho.
Así pues, coexisten
diversos modelos de divorcio del mismo modo que existen diversos modelos de
matrimonio.
VI.2.3 PLURALIDAD DE
LOS MODELOS DE DIVORCIO
El divorcio ya no aparece
como una desviación: se inscribe como en la nueva lógica del matrimonio. El
lazo matrimonial ya no es constringente desde el momento en que se ha asociado
libremente. ¿Qué es lo que lo puede romper? el hecho de que la pareja no esté a
la altura de sus promesas, y sobre todo de las promesas que se hacia la mujer.
Esta, activa en el terreno profesional, busca un desarrollo personal en otro
trabajo diferente al doméstico. En este caso por qué mantener la célula
conyugal si ya no favorece un desarrollo personal, sino que constituye un
obstáculo.
Esta es la primera
explicación del aumento de divorcios que corresponde a una teoría psicoafectiva
del matrimonio. Existe otras tipologías del matrimonio que ven en el divorcio
ya sea uno de los componentes del modelo matrimonial, ya sea el producto de sus
contradicciones internas, o también el resultado de las tensiones entre el
modelo y las condiciones de su aplicación.
Se ha podido decir del
divorcio, hasta 1980, que se trataba de una nueva etapa inscrita dentro de un
ciclo de la vida familiar que vería sucederse matrimonio, divorcio y nuevo
matrimonio. A finales de los 80 ya no se trata de lo mismo, puesto que, mientras
el número de divorcios continúa aumentando, las segundas nupcias de los
divorciados disminuyen.
VI.3 CONCUBINATO, UNIÓN LIBRE Y
COHABITACIÓN
VI.3.1 PALABRAS PARA
DENOMINAR
Según Louis Roussel, se
distinguen las uniones de hecho o cohabitaciones estables; la cohabitación
juvenil en que los dos miembros de la pareja están solteros y sin que ningún
niño esté presente; en los casos restantes se hablará más bien de unión libre.
VI.3.2 MATRIMONIO DE
PRUEBA, MATRIMONIO RECHAZADO
La unión sin lazo legal,
está en situación de normalización en la sociedad francesa, al igual que en las
sociedades europeas. La progresión de esta práctica es significativa. Su número
ha crecido cerca de un 20 por 100 entre 1982 y 1985. El momento clave se sitúa
en los años 70, afectando en primer lugar a las generaciones jóvenes, después
la práctica se fue extendiendo, y sobre todo , entre los viejos divorciados.
Esta liberalización de
las costumbres ha sido mantenida por el perfecto dominio de la contracepción.
El primer período de cohabitación juvenil se caracterizaba como estéril. Los
jóvenes cohabitantes se casaban cuando se anunciaba un embarazo o la intención
de él. Ya no ocurre lo mismo diez años después, puesto que se observa un
aumento de los nacimientos fuera de los matrimonios.
VI.3.3 CAUSAS
COMPLEJAS
La extensión del período
de estudios superiores entre las mujeres y la extensión del salariado femenino
forman parte de la explicación de este fenómeno. También se atribuye el
desarrollo de la unión libre a la situación económica contemporánea,
caracterizada por la dificultad de acceso al mercado del trabajo y el paro de
los jóvenes, suponiendo que la regularización matrimonial se efectuaría con la
estabilidad en el empleo. Esta hipótesis no es válida universalmente, pues por
un aparte, la crisis económica mantiene a los jóvenes durante más tiempo en el
hogar de sus padres, y por otra parte en categorías protegidas como los
funcionarios se observa igualmente un desarrollo de esta práctica. De lo que se
trata es de una verdadera transformación cultural, una nueva definición de la
pareja.
Las personas que
cohabitan, se casan y divorcian tienen una doctrina amorosa diferente de las
parejas que contemplan un compromiso largo. La cohabitación da primacía a la
relación amorosa, pero reivindica también la autonomía del individuo, para el
cual la pareja no debe ser un freno.
Considerando las
relaciones entre matrimonio, nivel de estudios y posición social, se ha puesto
de manifiesto el efecto negativo que ha tenido con relación al matrimonio la
dote escolar femenina: entre las mujeres que son cuadros se encuentran las que
viven solas o las que viven uniones informales que escapan cualquier tipo de
registro.
VI.3.4 LA PAREJA
INFORMAL Y LA FAMILIA MONOPARENTAL
Un número creciente de
parejas sin casarse, se instalan en la larga duración, lo que se pone de
manifiesto hoy por el fuerte aumento del número de nacimientos fuera del
matrimonio (7 % en 1977 y 20% en 1986).
Quince años de pareja
informal ofrecen ya una perspectiva para observar el desarrollo social de las
parejas desunidas libremente. Los hombres forman nuevas parejas, las mujeres
permanecen solas. Y cuando tienen uno o varios hijos entran entonces en el
grupo de las fa monoparentales. En Francia se contabilizaban en 1981, 928.000
familias monoparentales (6% del total de las familias). Esta categoría engloba
a las mujeres de cabeza de familia ya sean viudas o divorciadas.
Estas familias sufren una
pérdida de ingresos a menudo importante, hasta el punto de que los nuevos
pobres de la sociedad se reclutan con frecuencia entre estas familias
compuestas por madres y sus hijos.
VI.4 VARIACIONES SOCIOPROFESIONALES,
UNIVERSALIDAD DEL MODELO
El nuevo modelo
matrimonial engloba, a la vez, matrimonio, unión libre, divorcio y familia
monoparental.
VI.4.1 UNA PRACTICA
DESIGUALMENTE EXTENDIDA
Si la unión libre ha
podido ser atribuida a las clases obreras en el s. XIX, hoy día afecta a todas
las categorías de la población y principalmente a las personas que tienen un
nivel de estudios superiores, a los habitantes de las grandes ciudades, etc.
VI.4.2 PARALELISMO
ENTRE LOS COMPORTAMIENTOS EUROPEOS Y NORTEAMERICANOS
A partir de 1965, la
cifre de matrimonios baja y aumenta la de los divorcios, sobre todo en la
Europa del Norte. El retroceso de la edad del matrimonio es igualmente sensible
desde los años 70, mientras que crece la proporción de solteros, así como la
fecundidad. Así mismo, la proporción de hijos nacidos fuera del matrimonio
aumenta.
Se puede hablar de un
modelo sueco. En Sueco la explosión del divorcio y de la informalidad de los
matrimonios ha alcanzado una especie de punto máximo, hoy día, el matrimonio
casi ha desaparecido en Suecia como primera forma de unión.
VI.5 HACIA UNA REDEFINICION DEL SISTEMA
FAMILIAR DE LOS PAÍSES EUROPEOS
Asistimos claramente al
final de la norma única en el matrimonio monógamo. Hay lugar para una
pluralidad de modelos. No se trata, por otra parte, del final de la familia.
Podemos preguntarnos si el reforzamiento de las redes de parentesco cuya fuerza
habíamos destacado en los capítulos precedentes no constituye un contrapeso a
la fragilidad de la pareja.
Cuando el lazo
matrimonial es fuerte el lazo de filiación se debilita, a la inversa, los lazos
verticales se refuerzan cuando la relación conyugal aparece frágil.
La comparación con otros
sistemas de parentesco muestra que un sistema así es viable. La instalación de
un lazo conyugal fuerte en detrimento de las más bastas solidaridades del
linaje se debe a la iglesia cristiana, así como la insistencia sobre la pareja
monógama y la desconfianza en relación a las segundas nupcias.
El nuevo estatus femenino
y los valores de la sociedad postindustrial se acomodan mal. La informalidad
general de la vida social se extiende las relaciones matrimoniales.
VII EL HIJO Y LA FAMILIA
El término familia se
emplea aquí, en el sentido más restringido, designando la célula conyugal que
ha constituido el matrimonio y su prolongación, el o los hijos habidos.
VII.1 HACIA LOS DOS HIJOS
VII.1.1 EL MARCO
DEMOGRÁFICO
La evolución demográfica
de Francia, está caracterizada por una baja precoz de la natalidad, apareció
antes de la Revolución, precediendo en poco el cambio demográfico a la gran
sacudida política y social.
Las tasas de natalidad,
no han dejado de caer desde 1800, salvo para las generaciones nacidas hacia
1930.
La tasa de fecundidad, en
que se expresa en el número medio de nacimientos vivos por mujer. pasa de 3,4
nacimientos para las mujeres nacidas en 1852, en 1980, alrededor de 1,80.
Se dice fácilmente que
antes de la introducción de la contracepción los matrimonios de antaño tenían
hasta veinte hijos. No hay nada de ello, y por dos razones: un conjunto de
factores limitaba el número de nacimientos por una parte, y por otra, la
mortalidad reducía considerablemente el número de hijos que sobrevivían a sus
padres y procreaban ellos mismo.
La edad de matrimonio, es
un poderoso factor de limitación de los nacimientos.
Para la generación de
1750, sólo se contaba, en promedio, cinco o seis nacimientos por matrimonio,
como consecuencia del celibato femenino que se añadía a las causas enumeradas
con anterioridad; la descendencia neta se cifraba en cuatro hijos, de los
cuales, a su vez, solamente dos alcanzaba la edad de procrear, como
consecuencia de la mortalidad.
El contexto demográfico
de la familia de antaño está, pues, claro: familia prolífica que no busca
controlar su fecundidad; nacimiento, muertes de adultos y de niños, hijos
socializados dentro del grupo doméstico. Las normas como las de la pareja con
el parentesco, el grupo aldeano.
VII.1.2 LAS DOS
REVOLUCIONES CONTRACEPTIVAS
Es importante distinguir
entre la puesta en práctica de una contracepción natural y el desarrollo
reciente de la contracepción química.
LA
CONTRACEPCIÓN NATURAL Y EL NUEVO LUGAR DEL HIJO
Esta revolución que va
más alla del acto sexual y que constituye una conmoción en las actitudes de las
personas con relación a su cuerpo, a la vida, a la muerte.
La contracepción natural
que se pone en práctica en Francia a finales del siglo XVIII es una
contracepción masculina. El hombre controla su pulsión sexual para retirarse en
el momento más fuerte del placer.
Con anterioridad,
incluso, no se imaginaba que pudiera intervenirse sobre el acto sexual, un acto
de la naturaleza. La actitud con relación a la sexualidad, por otra parte,
estaba sostenido por la doctrina eclesiástica. La sexualidad con intenciones
estériles estaba condenada.
Desde finales del siglo
XVIII, la práctica del coitus interruptus afecta a los estratos sociales más
diversos, burgueses, campesinos. Los efectos se notarán inmediatamente en las
curvas de fecundidad. La difusión de la contracepción corresponde a un cambio
de actitud frente a la vida. Cambio afectivo que conduce a querer asegurar el
porvenir de los hijos por la educación.
LA SEGUNDA
REVOLUCIÓN CONTRACEPTIVA
Desde hace unos quince
años las técnicas modernas de contracepción, el rápido descenso de la
fecundidad es anterior a la adopción masiva de las modernas técnicas de
contracepción.
A partir de 1964-65 es
cuando se observa una baja acentuada de la fecundidad, mientras que, el empleo
masivo de la píldora, sólo se expandió realmente a partir de 1970.
Ya tengan una fecundidad
tradicionalmente elevada, como en los Países Bajos, o relativamente baja, como
en Suecia, todos los países registran la misma ruptura hacia 1964-65. En los
países del sur de Europa, la ruptura se observa hacia 1975. El descenso de la
fecundidad se inició sin ellos pero se ha consolidado por ellos. La
contracepción, la diferencia esencial entre los dos modos descansa en el hecho
de la contracepción moderna es femenina. Entre los métodos contraceptivos, la
píldora ocupa el primer lugar.
La conclusión más
chocante es la de un relativo equilibrio entre las diversas categorías
determinadas por la encuesta, ya se trate del lugar de residencia, del nivel de
instrucción, de la categoría socioprofesional o de la importancia atribuida a
la religión. Los porcentajes de respuesta son sensiblemente equivalentes. Que
las mujeres desarrollen una actividad profesional o que no lo hagan su
comportamiento es de igual forma relativamente idéntico.
El aborto provocado. La
cifra de éstos está estabilizada desde 1976, y en una ligera baja desde 1984.
Para una pareja, el
estado normal es el de la no-concepción, y la concepción, en lugar de ser
sufrida y aceptada, debe ser decidida.
No obstante, estos
métodos contraceptivos modernos, si bien modifican las relaciones entre los
sexos, no significan, sin embargo, rechazo del hijo: los demógrafos han
establecido que el descenso de la fecundidad no puede atribuirse a un deseo
egoísta de repliegue de la pareja, el descenso se sitúa en el tercer hijo y más
allá. El cambio se registra en la desaparición de familias con más de tres
hijos.
Los análisis demográficos
tienen el mérito de invalidar el discurso ideológico de los natalistas,
adversarios del aborto. No estamos asistiendo a la puesta en marcha de una
sociedad hedonista, de placer y egoísmo. El descenso de la natalidad es el
reflejo de fenómenos complejos en los que se implican lo social, lo religioso y
lo cultural. La religión tradicional ha perdido una parte de sus fieles, el
desarrollo de la actividad profesional femenina.
El nuevo modelo
matrimonial, las dificultades de acceso al mercado del empleo sobre todo para
los jóvenes, explican los comportamientos de fecundidad de finales de los años
de 1980.
En definitiva, las
revoluciones contraceptivas plantean problemas teóricos similares; se aparecen
como fenómenos de mentalidad particularmente complejos, reveladores y signos de
ruptura en lo social, en lo económico, lo religioso, lo cultural, lo político.
No existe ninguna relación mecánica entre natalidad y comportamiento económico.
VII.2 DIVERSIDAD Y EVOLUCIÓN DE LAS
RELACIONES PARENTALES
La sociedad occidental
continúa estando marcada por tabúes victorianos relativos a la menstruación y a
la pubertad. El período de ansiedad que acompaña a la adolescencia en nuestra
cultura está ligado , pues, a las prohibiciones relativas al aprendizaje del
cuerpo y de la sexualidad, actitudes culturales, y no está inscrita en una
naturaleza humana determinada.
La influencia diferente
de los padres y de la clase de edad en el proceso de socialización. Margaret
Mead distingue el tipo "postfigurativo", en el cual los niños son
instruidos, sobre todo, por sus padres y para los cuales la autoridad se apoya
en las lecciones del pasado; el tipo "cofigurativo", en el cual los
niños, al igual que los adultos, aprenden de sus iguales, tienen una cultura de
clase de edad; por último el "prefigurativo" en el cual los adultos
también sacan lecciones de sus hijos. En una cultura postfigurativa, los
mayores no pueden concebir el cambio y transmiten a sus descendientes el
sentido de una continuidad inmutable. Las sociedades campesinas de muy lenta
evolución. En una cultura cofigurativa, los mayores mantienen una situación
dominante. Se trata de las sociedades en las que la aceptación de los nuevos
modelos promovidos por los jóvenes necesita todavía de la sanción de los
mayores. Cuando hay cofiguración, la experiencia de la generación joven es
radicalmente diferente a la de sus padres, el prefigurativo, sugiere que será
el hijo, el que representará el futuro e
instruirá a sus mayores.
VII.2.1 RELACIONES
PADRES-HIJOS EN LA SOCIEDAD PREINDUSTRIAL
Las técnicas de educación
tradicional respetan el ritmo del niño; se le alimenta, se le cambia, se le
coloca en la cuna cuando lo pide. Fueron el siglo XIX y sus médicos quienes,
con sus rígidos horarios, impusieron un cambio.
Cuando tiene la suerte de
sobrevivir, el niño es educado, alimentado, socializado simultáneamente en el
grupo doméstico de sus padres y en el de sus abuelos. Las relaciones con los
padres, a menudo, están marcadas por el rigor, mientras que, con los abuelos,
el niño encuentra la dulzura. La relación, a menudo privilegiada entre nietos y
abuelos, simboliza la transmisión de los valores. La educación corresponde
también a los otros hermanos y hermanas mayores, a los sirvientes y a los
criados: la educación es una responsabilidad colectiva y por esta vía se
efectúa también la reproducción social.
Una de las tesis más
señaladas de Philippe Ariês, relativa al "descubrimiento del sentimiento
de la infancia" es criticada hoy día. Philippe Ariès sugiere que las
relaciones afectivas no eran muy densas y que la socialización del niño
escapaba en gran medida a la familia.
El niño experimenta,
sobre todo, la influencia de su clase de edad. Maurice Crubellier. Este modo de
socialización infantil ha persistido durante largo tiempo en un amplio sector
de la sociedad francesa. En la escuela la que ha venido a morder, y cada vez
más ampliamente, sobre el territorio y el tiempo de la infancia.
La adolescencia habría
sido inventada por nuestra sociedad contemporánea: muchos historiadores
discuten esta proposición de Philippe Ariès, estimando que cualquier sociedad
reconoce de una manera o de otra una edad que va desde el inicio de la pubertad
hasta el pleno ejercicio de los roles adultos.
La sociedad tradicional
conoce e institucionaliza una "juventud", edad a la cual se accede
generalmente después de la primera comunión.
En el seno del grupo
familiar, la educación se convierte cada vez más en aprendizaje profesional. En
las sociedades anglosajonas. La socialización del adolescente se hace fuera de
su grupo familiar, quizá para curtirlo mejor.
Para el joven de la
sociedad tradicional, ninguna salvación fuera de la familia de la que todo
procede: los haberes, los saberes, el patrimonio. La duración de esa edad
varía, y se acaba con el matrimonio.
La juventud, sin embargo,
no es una adolescencia en el sentido en que hoy lo entendemos.
VII.2.2 RELACIONES
PADRES-HIJOS EN EL SIGLO XIX
Al mismo tiempo que el
matrimonio se retira de los espacios públicos, se privatiza, los niños, menos
numerosos, se encuentras valorizados. El matrimonio, es un establecimiento en
el que prima el interés. Su repercusión consiste en un número más restringido
de hijos, mejor cuidados y educados. Las estrategias de reproducción biológica
y las estrategias educativas se articulan a las estrategias de reproducción
social.
¿Puede afirmarse que las
instituciones sociales privan a la familia de sus funciones tradicionales?. El
nuevo sistema educativo no va en
detrimento del campo familiar, sino que se desarrolla en detrimento de las
libertades de la clase de edad que socializaba a los niños en el contacto con
los otros niños.
Medicalizada,
escolarizada, la infancia y la adolescencia burguesa se vuelven también
"encerradas".
Valorizado en el seno de
la familia, el niño es educado con rigor, y está entre las manos de un
preceptor o de una gobernanta, sin ternura. Los principios de la educación
están fundados en la autoridad, el control.
En adelante, el
desarrollo de la escolarización, que se prolonga sin cesar, conducen a la
emergencia de una nueva edad en la familia burguesa, la de la adolescencia.
De esta edad adolescente, creación de la
sociedad de educación, la familia burguesa desconfía. El tipo de educación
recibida no favorece apenas el desarrollo de la personalidad.
LA FAMILIA
CAMPESINA
El sistema de educación
descrito para la sociedad tradicional de educación descrito para la sociedad
tradicional funciona de la misma manera, pero hay que contar ahora con el
desarrollo de la escuela. Esta invade el campo familiar. La escuela sólo se
convierte en la aliada de las familias en la medida en que éstas buscan para el
niño un destino profesional fuera de la agricultura.
El niño campesino en el
siglo XIX está en la bisagra de dos culturas de las que él constituye la
apuesta.
LA FAMILIA
OBRERA
En la Francia del siglo
XIX, la familia obrera aparece, por un período transitorio, bastante
desculturalizada. al contrario que la familia burguesa o campesina, se define
por una serie de rasgos negativos.
El signo del
aburguesamiento de la familia obrera será la aparición brutal del control de
los nacimientos. En lugar de plantearse la pregunta: "¿por qué tener
hijos?", el obrero dice: "¿por
qué no tenerlos?".
Los hijos numerosos
representan una vez superados los cuidados de la primera infancia, la posibilidad
de ingresos que complementen el salario de padre o de los padres, y en la
ausencia de sistemas sociales, los hijos constituyen la esperanza de un último
recurso para los días de la vejez.
El maltusianismo sólo
interviene cuando subsiste la esperanza de llevar a cabo una ascensión social.
Se imprime sobre la familia obrera un proyecto que no le pertenece y que se
inscribe más ampliamente en los objetivos de la burguesía dominante.
Con la estabilización de
la clase obrera, sobre todo después la Primera Guerra Mundial, el rito que
marca el paso de la infancia a la adolescencia es la entrada en un fábrica.
VII.3 EL CICLO DE LA VIDA FAMILIAR
El ciclo de la vida
familiar está trazado a partir de tres criterios: número de posiciones en el
seno del grupo doméstico (padre- madre-niño, número de hijos, etc.);
distribución de las edades respectivas; modificaciones de los roles, y sobre
todo, del rol de padre-jefe del grupo doméstico. He aquí el cuadro del ciclo de
la vida familiar propuesto, caracterizado por sus diversos roles:
1) Fundación de la
pareja. 2) Padres jóvenes. 3) Grupo doméstico con hijos en edad preescolar. 4)
Grupo doméstico con hijos escolarizados. 5) Grupo doméstico con adolescentes.
6) Grupo doméstico con joven adulto. 7) Grupo doméstico que ayuda a sus hijos a
establecerse hasta el momento en que el último de ellos se ha instalado. 8)
Grupo doméstico "postparenteral", período que se extiende desde la
salida del último de los hijos hasta el momento de la jubilación del padre. 9)
Grupo doméstico envejeciendo, después de la jubilación del padre.
El esquema del ciclo de
la vida familiar ha sido objeto de numerosas críticas. Está muy marcado por su
tiempo y su ambiente, y se refiere a la familia de clase media americana. Jean
Cuisenier una doble crítica. En primer lugar, éste elimina totalmente los tipos
de organización familiar no sancionados por las formas legales. En segundo
lugar, podemos interrogarnos sobre el valor de un esquema así si nos esforzamos
en tener en cuenta la transformación de los modelos familiares, la desaparición
de la imagen del padre autoritario desde hace bastantes años.
La teoría del ciclo de la
vida familiar, solo tiene interés para una historia de las teorías
sociológicas. Ha sido concebida en un tiempo en el que la influencia de la
psicología y del psicoanálisis era dominante.
VII.4 ¿NUEVOS PADRES, NUEVOS HIJOS?
En los años cincuenta se
asiste al paso de un modelo de educación relativamente represivo a un modelo
relativamente permisivo. Las diferencias culturales, por otra parte, son
sensibles de una clase social a otra, de
un país a otro. Los valores familiares están centrados en el niño, su
educación, su desarrollo y todo está organizado en función de sus necesidades.
En este modelo, la madre ocupa un lugar a la vez exorbitante y secundario. Sin
profesión, sobre ella descansan los cuidados de los más pequeños, la educación
de los mayores. Ejercer responsabilidades considerables, pero al mismo tiempo
su poder está limitado y controlado por el de los expertos.
Si existe una tipología
de modelos educativos que puede construirse a partir de una escala de normas y
de prácticas, no podemos referirla a los índices de socioprofesionales, sino al
"sistema organizado de preferencias ideológicas de los padres". La
noción de clase social resulta excesivamente burda para explicar los fenómenos
de transmisión ( o de no-transmisión) de los valores por mediación de los
modelos educativos.
Vamos a seguir a los
padres y su progenie desde el nacimiento hasta la separación de esta última. Se
trata de plantear algunos problemas propios de cada fase del ciclo.
VII.4.1 EL NIÑO
PEQUEÑO
Después del nacimiento,
la madre y el niño establecen un lazo emocional intenso que puede engendrar un
proceso conflictivo. Es necesario que el niño adquiera los elementos de su
desarrollo psicológico y motor, es necesario que la madre, según las nuevas
normas admitidas, pueda continuar desarrollando su personalidad.
La cuestión de una
verdadera elección se plantea de entrada. ¿trabajar o no trabajar, dar a
guardar o no a su hijo?, el 74 % de los hombres y de las mujeres, activos o no
activos, piensan que la madre debe cuidar ella misma a su hijo hasta la edad de
dos o tres años; al mismo tiempo, nueve mujeres de cada diez desean poder
trabajar a tiempo parcial y tres de cada cuatro querrían reformar una actividad
profesional.
Las mujeres están
sometidas a la presión de una sociedad "maternizante" en la cual
"la valorización excesiva de la maternidad se convierte en el instrumento
más fuerte de la explotación de las mujeres", y todo su ambiente puede
ejercer sobre ellas una presión solapada, culpabilizarlas.
El modo de guarda de los
niños difiere según las categorías sociales y profesionales.
La custodia de los niños
de corta edad, cuando la madre trabaja, es pues precaria. Insuficientes en el
terreno cuantitativo, a veces contestables en el plano cualitativo, las
instituciones colectivas de custodia de los hijos a menudo son criticadas. No
es el sistema lo que resulta nefasto para los niños pequeños, sino la manera
como está organizado.
Observar una correlación
entre la tasa de abandono de la actividad profesional de la mujer y el tipo de
su empleo. El trabajo de la mujer obrera es poco gratificante desde el punto de
vista profesional; está poco remunerado.
Las tensiones a las que
están sometidas las madres de los niños pequeños, enfrentadas con un discurso
contradictorio, Los psicólogos insisten en la importancia de la relación entre
la madre y el niño pequeño; un discurso relativo a la valorización de sí mismo,
al desarrollo de su propia personalidad autoriza alas madres de los niños
pequeños a mantener su actividad profesional.
La relación madre-hijo,
que podría considerarse como la más natural, aparece fuertemente marcada por
las fuerzas sociales y culturales de cada época.
VII.4.2 EL NIÑO DE
CUATRO A DOCE AÑOS
Cuando no está en la
guardería, el niño deja la espera parental hacia los tres-cuatro años para
conocer otras instancias de socialización, el grupo de edad, y sobre todo, la
escuela. Entre los cuatro y los doce años, más o menos, determinados rasgos
caracterizan su personalidad. Los padres tienen que ayudar al niño a pasar
ciertas etapas asegurando el desarrollo de su personalidad.
Los padres enseñan al
niño a ser autónomo, a soportan las separaciones que se imponen.
La actitud parental en
relación con la agresividad varía en el tiempo y en el espacio social. En
reacción contra una educación burguesa bastante ruda o "victoriana",
los padres de las clases medias han adoptado comportamientos más permisivos en
los años de 1950 a 1970.
Otro rasgo del desarrollo
de la personalidad infantil es la necesidad de identificarse con el sexo. Desde
antes del nacimiento se masculiniza o fenimiza al bebé, cómo se desvaloriza a
la niña y cómo las madres, las instituciones y , sobre todo, la escuela y las
imágenes de libros escolares contribuyen a fijar estereotipos sexuales
anticuados.
La escolarización masiva
procede al enclaustramiento del niño, a su separación con relación a los
adultos. La complementariedad entre proyecto familiar y escuela es evidente
para determinadas categorías sociales, pero no para todas. Para las clases
medias, la escuelas permite realizar las aspiraciones de movilidad social, y
pone en circulación valores culturales que son los de la clase burguesa que la
instauró. La congruencia acaba por dejar lugar a la oposición a medida que se
desciende a lo largo de la escala social en donde la separación entre valores
escolares y familiares es la más marcada. En las familias modestas, la escuela
no ofrece una vía de acceso a la mejora social y económica de su condición.
Además, dificulta el proyecto de colocar rápidamente a los hijos en el trabajo.
La franja de edad de los
cuatro a los doce años.
Lejos de haber sido
restringida como a menudo se afirma, la función educativa familiar ha
multiplicado, diversificado, se ha convertido en más compleja desde hace una
decena de años.
VII.4.3 EL
ADOLESCENTE
LA BANDA DE
AMIGOS
En la sociedad
preindustrial, la organización de la juventud tiene un estatus oficial,
mientras que hoy día la banda es más o menos subterránea, organizada de manera
informal y en oposición con los valores de la sociedad. Se trata, propiamente
hablando, de un "problema de la sociedad". La delincuencia colectiva
o individual, por otra parte, está estrechamente ligada a la clase social.
La banda de jóvenes tiene
una función socializante complementaria a las de los padres y de la escuela.
Juega un papel importante para todo lo que se relaciona con la maduración y la
información sexual.
En el sociedad burguesa,
un tabú pesa sobre este tema. Gracias a la pandilla de amigos, el ajusta a la
maduración sexual ha perdido su carácter solitario y turbador. Los sociólogos
se ponen de acuerdo, pues, en reconocer un rol funcional a la banda de amigos
en la medida en que la tensión y la rebelión tienen un rol integrador.
Desde los años cincuenta,
los padres han relajado el control sobre la elección de los amigos de sus
hijos. Otros mecanismos sociales se han puesto en acción, sobre todo el
principio del control por parte del medio; la segregación de las residencias y
de los establecimientos escolares juega un papel regulador.
VALORES
PARENTALES Y ADOLESCENTES: ¿CONTINUIDAD O CONFLICTO?
La actitud de los padres
a menudo consiste en negociar con el adolescente. Por parte de los padres, el
problema se formula de este modo: ¿Hasta dónde se puede permitir, dónde colocar
las barreras?.
Las relaciones entre
padres y adolescentes concierne también a la participación en la vida del grupo
doméstico, su lugar en las decisiones. Las referencias que tienen los padres su
propia adolescencia ya no pueden servir para guiar a sus hijos.
Si bien las actitudes de
los jóvenes manifiestan una gran innovación en todo lo relativo a las
libertades personales, están marcadas, en cambio, por un gran conservadurismo
en el terreno de los valores y de las normas.
Las diferencias más
importantes entre las respuestas de los padres y las de los hijos, se refiere
directamente a lo cotidiano a la clase de edad.
Provoca sorpresa la
coherencia de la actitud entre padres e hijos frente a un problema específico,
tal cual es la consecución de los estudios. Los padres de las categorías medias
y superiores buscan por mediación de la escuela la adquisición de un estatus
social. En los ambientes obreros, padres y adolescentes coinciden fácilmente en
la inutilidad de la enseñanza o en la inadaptación frente a aquello que es su
objetivo común: entrar en la vida activa.
En cuanto a las
rebeliones de la juventud, éstas se dirigen más a la sociedad que a la familia.
Sin embargo, los
adolescentes tienen una cultura que les es propia. Después de la fascinación de
la televisión y de sus héroes, está marcados, sobre todo, por una cultura del
sonido.
Las distinciones sociales
continúan marcándose, incluso si la juventud proporciona la ilusión de una
abolición de las barreras entre clases.
Considerando que el niño
y el adolescente son ahora una apuesta de la sociedad de consumo a través de la
publicidad, la industria del show-business, de la moto y del pantalón vaquero,
se pregunta si no vuelven a caer, por este medio desviado, bajo la autoridad de
los adultos.
VII.4.4 LOS HIJOS DE
LOS "NUEVOS MATRIMONIOS"
La gran mayoría de los
niños que vienen al mundo son niños deseados.
Los "nuevos matrimonios"
son, en primer lugar, aquellos en los que el marido y la mujer trabajan. La
llegada del hijo, programada, es objeto de una inversión afectiva considerable,
y luego del control de los proyectos escolares. Los tiempos de ocio está
organizados en función del hijo o de los hijos.
La familia monoparental
es una figura familiar que tiende a expandirse.
Para los hijos, la
situación es muy diferente si se es huérfano, de padre divorciado o sin padre.
Los estudios sobre
"los hijos del divorcio" muestran que no existe correlación entre
esta situación, relativamente banalizada en la actualidad, y el éxito escolar.
Con el divorcio, la
pareja conyugal y la pareja parental se encuentran disociadas. La segunda debe
continuar funcionando para acordar las modalidades de la custodia de los hijos.
El mantenimiento de la solidaridades financieras, de los servicios, la
distribución del tiempo que cada uno pasa con los hijos, son, entre otros,
rasgos que ilustran, entre algunos "nuevos divorciados" el mantenimiento
de solidaridades conyugales, siempre en el beneficio psicológico del hijo.
ROLES Y ACTIVIDADES DOMESTICAS
VIII ROLES EN EL SENO DEL MATRIMONIO DEL
SIGLO XIX
VIII.1.1 DEL ROL A
ESTATUS
La antropología enseña a
situar nuestra propia cultura en perspectiva, al compararla con otras. La
división sexual es esencialmente cultural, sólo una pequeña parte de esta
división tiene raíces biológicas.
El examen de la
distribución de la tareas en las sociedades exóticas muestra que los hombres
podrían realizar todas las tareas femeninas, pero no lo hacen, y que las tareas
estrictamente masculinos, generalmente, no ocupan todo su tiempo. Una
constatación idéntica se aplica, ya se
verá, a las sociedades campesinas y a la sociedad contemporánea. Otro factor
tiene su importancia, subyacente en todas las sociedades: sean cuales sean las
tareas que realicen los hombres, están son definidas como las más honoríficas.
Las tareas de control,
dirección, decisión, es decir, las actividades de más alto nivel que no exigen
fuerza física alguna, son tareas masculinas. En las sociedades exóticas al
igual que en las sociedades industriales, los hombres se oponen a que las
mujeres realicen tareas de alto nivel, y ellos mismos son reticentes a realizar
las correspondientes a las mujeres.
El rol consiste para un
individuo en asumir las conductas concretas esperadas, podemos llamar estatus,
el juego de los diferentes roles sociales cumplidos por un individuo.
Este individuo acaba por
identificarse con su estatus, que, en la sociedad industrial, es definido en
términos de profesión, ingresos, modo de vida. En el seno del matrimonio, roles y estatus están
estrechamente articulados. Es decir, la importancia de la división sexual de
los roles para determinar el lugar de cada uno en el seno del hogar y en la
sociedad. A rol subalterno, estatus subalterno. Sin embargo, la connotación
asignada al rol es susceptible de evolucionar. Así, la desvalorización del
trabajo doméstico es un hecho reciente ligado al desarrollo de una sociedad en
la que los valores están orientados hacia la productividad, la eficacia. el rol
doméstico, proporcionaban antaño un estatus valorizado.
VIII.2 FAMILIAS CAMPESINAS
VIII.2.1 UNA IMAGEN
DE LA AUTORIDAD MASCULINA
En la familia campesina,
grupo doméstico y explotación se confunden. Es a la vez un lugar de producción
y de autoconsumo. Si se admite la hipótesis de que el estatus está asignado por
las tareas y los roles que cada uno cumple en el seno de la familia; que las
relaciones del matrimonio deben ser estudiadas en relación con la organización
social en su totalidad, entonces la familia campesina ofrece un modelo
relativamente equilibrado entre los dos sexos. Sin embargo, el problema de la
detentación de la autoridad está en el centro de las preocupaciones de la
comunidad. De este modo, se afirma, públicamente la autoridad masculina y será
necesario que la apariencia, al menos, sea mantenida en el seno de cada
familia.
Desde la formación del
matrimonio, los rituales ponen el acento sobre la detentación de la autoridad.
VIII.2.2 LA
ORGANIZACIÓN DE LAS TAREAS Y DE LOS ESPACIOS
El trabajo en el seno de
la familia hace de la mujer un ser social. Las hermanas solteras no tienen este
estatus de adulto que se le reconoce a la dueña, cuando asume en la explotación
un determinado número de tareas que, por estas calificadas de domésticas, no
están tan desvaloradas como en la actualidad.
A la mujer le corresponde
el mantenimiento del hogar, la elaboración de las comidas. El gallinero, el huerto,
son sus espacios reservados. En los campos ayuda más o menos según la estación.
Pero nunca está encerrada en su casa. Al hombre corresponden los trabajos en
los campos, el cuidado de los animales, las cosechas.
La sociabilidad de la
mujer está circunscrita dentro del espacio aldeano y estrechamente ligada a las
tareas que le incumben. Apenas hay sociabilidad formal, y escasa
sociabilidad fuera de las ocasiones de
trabajo. Los hombres, por el contrario, pueden disponer de tiempo libre, fuera
de las tareas que tiene que cumplir.
En la sociedad campesina
se desarrollan, pues, dos sociabilidades paralelas, la de los hombres y la de
las mujeres. La cultura masculina considera como secundaria y de manera
despreciativa la cultura femenina: existe jerarquización. Los hombres la
detentan lo formal y lo público. Las mujeres detentan lo informal y lo privado.
VIII.2.3 UN ESTATUS
FEMENINO RECONOCIDO
Por su trabajo, por las
relaciones sociales que traba, la mujer tiene un estatus eminente en la
comunidad aldeana. Ella es la que asegura la reputación de la casa por la
imagen que ella da: administradora, trabajadora y hospitalaria. Además, el
hombre teme el poder difuso inscrito en el cuerpo de la mujer. La mujer tiene
también el poder de administrar el presupuesto familiar.
Así pues, en la sociedad
campesina, no es tanto a la madre como a la mujer activa a quien se valora, la
que tiene buena salud y sabe ser prudente y administrar bien los asuntos de la
familia. El trabajo femenino en el seno de la explotación agrícola es una
necesidad absoluta. Hasta mediados del siglo XIX cuando el aburguesamiento
deviene masivo, la mayor parte de las mujeres estaba en el trabajo. Una
característica esencial lo distingue del trabajo femenino contemporáneo: existe
una relativa armonización entre las tareas maternales y las tareas productivas.
VIII.2.4 DIVERSIDAD
DE MODELOS REGIONALES Y CULTURALES
Dentro de este esquema
general, las distinciones se operan según el modo de aprovechamiento, el tamaño
de la explotación, el tipo de producción etc.
Es necesario tener en
cuenta también las normas culturales propias de cada región. El lugar asignado
a la mujer en el sistema social en general, y la práctica de las reglas
sucesorias en general, son a la vez causa y consecuencia de esta situación.
El modo como se articulan
lo privado y lo público, lo doméstico en relación con la explotación, en
general, explica también el grado de autoridad del que puede disfrutar la
mujer. Se le reconoce generalmente la autoridad sobre las cosas domésticas,
pero su papel fuera de la casa varía ampliamente según las culturas. Está
determinado por la importancia relativa de lo doméstico.
VIII.2.5 PROFUNDOS
CAMBIOS
El matrimonio campesino,
como los demás, va a privatizarse. al mismo tiempo, las relaciones van a transformarse
por el hecho de la evolución de la naturaleza de los trabajos agrícolas.
En los años cincuenta, la
introducción del capitalismo en la economía agrícola, ve el progreso técnico
volverse contra ella y excluirla de las tareas de producción.
La mujer rural se dedica
también a la educación de sus hijos y, al igual que la mujer burguesa, pierde
el estatus atribuido al ejercicio de una profesión. La condiciones de trabajo
agrícola crean, como en la ciudad, un conflicto entre las tareas profesionales
y las domésticas.
VIII.3 FAMILIAS ARTESANAS Y COMERCIANTES
La organización de las
familiar artesanas ofrece un modelo intermedio entre la familia campesina y la
familia obrera.
El trabajo en el seno del
grupo doméstico artesano esta fundado, quizá más estrechamente todavía sobre la
célula de trabajo marido y mujer, deben sumar dos salarios con el fin de
asegurar la sobrevivencia de la familia.
Así pues, la sociedad
agrícola está basada sobre una asociación de trabajo de los dos sexos; la
sociedad protoindustrial se caracteriza por una fuerte integración de los roles
de producción masculina y femeninos.
VIII.4 FAMILIAS OBRERAS
La sociedad industrial
introduce una ruptura fundamental nueva entre el lugar de residencia y lugar de
trabajo. En este contexto, parece exacto afirmar que el grupo doméstico pierde
sus funciones productivas, al igual que la función educativa que asumía en el
contexto antiguo.
VIII.4.1 EVOLUCIÓN
DEL TRABAJO FEMENINO
Descartemos de entrada un
prejuicio propio de algunas de nuestras ideologías feministas: el trabajo
femenino en la ciudad no es un fenómeno contemporáneo. Las mujeres han aportado
su fuerza de trabajo en todos los momentos del desarrollo industrial: en
porcentaje de la población activa total, la fuerza de trabajo femenina presenta
una estabilidad remarcable, y en porcentaje de la población femenina, un ligero
descenso. Solamente a partir de 1962 ha vuelto a aumentar de nuevo el nivel de
la actividad femenina.
VIII.4.2 ACUMULACIÓN
DE SALARIOS EN LA FAMILIA OBRERA
En los inicios de la
industrialización, la unidad familiar obrera constituye, al igual que la de los
campesinos y artesanos, una unidad económica integrada, en la cual deben
fundirse diferentes salarios. Las madres de niños de corta edad, tienen que
elegir entre abandonar su trabajo profesional, o trabajar en condiciones
precarias.
Cuando no trabaja en la
fábrica, la mujer busca a veces algún otro complemento de salario. Las mujeres
casadas se empleaban en los sectores no industrializados; lavanderas, jornadas
de limpieza o trabajo a domicilio.
VIII.4.3 LA MUJER,
¿EJE DE LA FAMILIA OBRERA?
Que la mujer ocupe un
empleo asalariado o que permanezca en casa, su rol dentro de la familia obrera
siempre aparece como eminente. Su rol tradicional de buen ama de la casa, es
importante. Asimismo, la madre debe proporcionar el sostén afectiva a los
miembros de la familia. El padre, reducido al rol de asalariado, no puede
ejercer una influencia que equilibre el personaje de la madre.Hay que evitar
idealizar la imagen de la mujer obrera. Subrayan más bien los defectos
destructores de la industrialización sobre sus saberes tradicionales.
VIII.4.4 UN DOBLE
MODELO
Frente a este estropicio
humano y social, los filántropos y los médicos se esfuerzan en devolver a la
mujer a casa, definitivamente. El desarrollo del nivel de vida les
ayuda.Después de medio siglo de desarraigo, importunado entre una cultura
campesina olvidada y una cultura burguesa no aprendida, el obrero se asienta,
pero la mujer obrera pierde su estatus; y con el desarrollo de la sociedad de
consumo se retira definitivamente del mercado del empleo.
el marido solo asume toda
la identidad social del grupo doméstico. La mujer se convierte en el
interlocutor privilegiado del padre, del médico, y más tarde de los medios de
comunicación de masas. quizá sea la época en la que se observa una más fuerte
segregación de roles. Una imagen contrastada
de la distribución de roles en el grupo doméstico obrero. Según algunos
autores, el matrimonio de compañerismo que asocia sobre una base de igualdad a
los esposos habría nacido en la familia obrera. Sostienen, por el contrario,
que la autoridad masculina, mito de la familia campesina, se convertirá en la
realidad de la familia obrera con su secuela de desviaciones sociales. Estas
dos imágenes son verosímilmente pertinentes, en contextos diferentes.
VIII.5 FAMILIAS BURGUESAS
VIII.5.1 UNA SEPARACIÓN ACENTUADA DE ROLES Y DE
ESTATUS
El burgués trabaja o
administra el capital. Sobre él descansa la representación social. El esposo
tienen la responsabilidad de los bienes de la familia. en el sentido
literal y en el figurado, la burguesa en
una incapaz. Su función principal es la de ser ama de casa. Cada vez más, el
rol fundamental de la burguesía en el siglo XIX es el cuidado de los hijo,. su
función maternal. Sublimada en la maternidad, la mujer se encuentra relegada al
segundo rango en el seno de la pareja conyugal. La mujer es víctima de los
discursos religiosos, según los cuales la castidad es el mejor estado.
La iglesia contribuye
mucho a la propagación de la imagen de la maternidad sublimada. El siglo XIX ve
florecer el culto mariano.
La sexualidad femenina,
situada bajo el signo del deber, vuelta imposible por el culto de la pureza, se
encuentra igualmente constreñida por el control de los nacimientos, la
prostitución pone de manifiesto el
reverso de esta imagen.
reverso de esta imagen.
VIII.5.2 LA MUJER,
INSTRUMENTO DE REPRESENTACIÓN Y DE RELACIONES SOCIALES
La mujer organiza también
la vida mundana. Al casarse, el hombre ha desposado una red de alianzas y de
relaciones. La mujer, liberada de sus tareas domésticas por las criadas, de sus
tareas maternales, por las nodrizas, juega un papel capital activando
relaciones de alianza, de parentesco y de amistas. La necesidad de esta vida
mundana se explica en parte por la movilidad social propia del siglo XIX; es
necesaria consolidar las ascensiones
rápidas.
VIII.5.3 DIFERENCIAS
SOCIALES
La burguesía del siglo
XIX no es una clase homogénea. El hecho de que la mujer no tenga una actividad
profesional no siempre supone una dominación masculina. La mujer puede ocupar
un lugar preponderante en el seno del grupo doméstico.
IX ROLES EN EL MATRIMONIO CONTEMPORÁNEO
IX.1.1 LA TEORÍA
PARSONIANA DE LA SEGREGACIÓN DE ROLES
El gran interés de
articular roles familiares y roles sociales. El padre tiene el rol
"instrumental"; encargado de los contactos con el exterior, es el
proveedor económico de la familia; la madre, encargada de todo lo que es
afectivo, tiene el rol "expresivo".
Este modelo abstracto
sólo raramente se corresponde con las prácticas familiares; ha sido y
destruidos por los análisis sociológicos recientes que asocia el grado de
segregación de los roles a la densidad de las redes de relaciones de los
esposos fuera del hogar. Cuando más lazos estrechos posea el matrimonio con su
red de parientes, amigos, vecinos, y cuanto más densa sea esta red, tambo más
relaciones ente los esposos en el seno del matrimonio están separadas y
jerarquizadas. Por el contrario, cuando menos densa sea la red, menos
pronunciada será la segregación entre los roles masculinos y femeninos.
Elizabeth Bott explica
este fenómeno en términos de presión cultural. Cuando esta red es densa, los
miembros de la red tienden a tener un consenso sobre las normas, a ejercer una
presión informal para adaptarse.
Si marido y mujer
pertenecen cada uno a estas redes. Una segregación rígida de los roles
conyugales era posible porque cada esposo podrá obtener apoyo fuera del
matrimonio.
Por el contrario, si la
mayor parte de las personas que conoce un individuo no se conocen entre ellas,
cuando la red es más bien laxa, es probable que se observe una mayor
variabilidad de las normas en el interior de la red. Si estas redes continúan
laxas después del matrimonio, entonces marido y mujer cumplirán juntamente las tareas
familiares; los roles estarán menos separados y serán más igualitarios. Esta
ley de Bott. permite analizar las relaciones estructurales entre grupo
doméstico, roles conyugales y sus cambios.
IX.1.2 LA HIPÓTESIS
DE LA FAMILIA CON DOBLE CARRERA
Aquí marido y mujer
ocupan cada uno empleos que exigen una alta cualificación y un nivel de
responsabilidad comparable. el interés de esta hipótesis radica en considerar
el conjunto de los roles como un todo articulado y no distinto, tomando en
consideración, a la vez, el campo profesional y el campo doméstico. Cada grupo
doméstico determina si, para el mismo, vale la pena seguir el curso cambiante
de la vida de una familia con doble carrera, teniendo en cuenta las tensiones
engendradas de las que los autores determinan cinco tipos: 1) Sobrecarga de
roles: el matrimonio sacrificaría aquellas tareas que le resultan menos
esenciales. 2) Dilemas relativos a las normas. 3) Mantenimiento de una
identidad personal. 4) Dilemas a propósito de la red social, provocando motivos
de tensión. 5) Ciclo de roles: marido y mujer se comprometen en tres sistemas
de roles: el sistema profesional de uno, el sistema profesional del otro y el
sistema familiar que comparten.
Se ha constatado que el
número de divorcios aumentaba con la cualificación profesional de la mujer. B-.
Lemmenecier distingue dos categorías de bienes: aquellos que son producidos por
el hogar y aquellos que son producidos sobre el mercado. Cada miembro del grupo
doméstico, por intermediación del salario que es capaz de obtener, estima la
cantidad de bienes mercantiles que está dispuesto a sacrificar, con
satisfacción constante, para producir una unidad suplementaria de bienes no
mercantiles a domicilio.
El autor busca, a
continuación, la correlación que pueda existir entre la segregación de los
roles y la estabilidad del matrimonio. Plantea una hipótesis previa: la
diferencia entre el nivel de instrucción de los dos cónyuges. Esta distancia,
dice, afecta a los costos de oportunidad de tiempo, y reintroduce una nueva distribución
de los roles en el seno de la pareja. Lemmenecier construye un cuadro con dos
variables económicas: 1) La "ratio de costos de oportunidad". 2) La
"ratio de dotación en capital humano". El autor introduce asimismo
variables de carácter más sociológico; y variables de orden externo.
Midiendo la contribución
de cada variable a la dispersión de las distribuciones de tiempo entre tareas
asalariadas y domésticas, aparece que las diferencias de costos de oportunidad
o de dotaciones en capital humano de los cónyuges dan cuenta bastante bien, de
la segregación de roles conyugales y de
la estabilidad del matrimonio.
Otra manera de abordar
las diferentes formas de organización familiar, y en particular la división de
roles en la división del trabajo en el seno de la organización doméstica, es
puesta por J. Kellerhala, que desarrollan el paradigma del intercambio. Esta
combina una hipótesis de naturaleza económica con una dimensión cultural. Los
autores describen tres normas posibles de intercambio: el principio societario
en el que cada uno está retribuido en función de sus prestaciones,. o paga en
función de sus gastos; el principios comunitario del don y de la puesta en común de los recursos; el principio de la
perecuación según el cual los compañeros buscan mantener una diferencia
constante. Los autores muestran, en las familias de estatus social más bajo
donde se observará una mayor fusión conyugal, en la medida en que, es escasa la
posibilidad de adquirir poder y prestigio en otros terrenos.
IX.2 FACTORES DE EVOLUCIÓN DE LOS ROLES
Loa factores de evolución
de los roles no son idénticos en todos los medios sociales, del mismo modo como
no hacen sentir sus efectos en el mismo momento. Distinguiremos tres tipos de
factores que conducen a un matrimonio en el que los roles tiendan a ser cada
vez más compartidos.
IX.2.1 EL REGRESO DEL
ESPOSO AL HOGAR
El habitar transforma y
se encuentra transformado por los cambios familiares. El espacio interior de
las casas refleja y refuerza el aumento de la intimidad familiar, el repliegue
de la pareja sobre sí misma. Los planos del siglo XVIII muestran una relativa
especialización de los espacios, pero el espacio público de recepción y el
espacio privado no está todavía claramente diferenciados. En el siglo XX, tanto
en la casa individual como en el apartamento, las piezas dedicadas al espacio
privado y público son bien diferentes y están separadas.
La vivienda obrera es la
que conoce más tarde estas evoluciones. Hasta principios de siglo. la vivienda
exigua era un espacio femenino, el de la madre y el de sus hijos, el de la
abuela. Frente a este grupo, el esposo se siente excluido y no encuentra otro
lugar de descanso, que en compañía de otros hombres, en el café. La casa, lugar
exiguo y sombrío, servía para el descenso y la comida. Gracias a la
electricidad, se ilumina; se convierte en lugar de entretenimiento con la radio
y la televisión. Es menos necesario salir. Esta es una revolución que puede ser
mal percibida, puesto que la televisión es acusada de numerosos males de los
que sufre nuestra sociedad. Ahora bien, la televisión ha tenido este efecto de
devolver al hombre a casa, de hacer participar al matrimonio y a sus hijos del
mismo espectáculo, en el mismo discurso. La televisión da a compartir. Poco a
poco vuelto a casa, el marido comparte en lo sucesivo con su mujer una
asociación que es la de los tiempos de ocio, y no la del trabajo como en los
grupos domésticos campesinos o artesanos.
Para las categorías
obreras y medias, la nueva repartición de los roles está ligada a las transformaciones económicas
y sociales, a la mejora general del nivel de vida que han conocido las
sociedades occidentales a los largo de los últimos cincuenta años. En el grupo
doméstico burgués, la misma convergencia. En el siglo XIX y a principios del XX, los roles están
netamente diferenciados según los sexos. La vida social también está
compartimentalizada. La relativa nivelación de las fortunas, el desarrollo de
las clases medias, el aumento del número de mujeres en el trabajo, la
desaparición casi general del servicio doméstico colocan a las jóvenes familias
de las categorías más acomodadas en una situación que no es sensiblemente
diferente de la de las categorías más
desfavorecidas. En estas parejas, el esposo está, pues, obligado a tomar a su
cargo también tareas que, en la generación precedente, eran patrimonio
femenino.
IX.2.2 LA
RECUPERACIÓN DEL TRABAJO FEMENINO DESDE 1962
En determinado momento
histórico la mujer dejaba de trabajar fuera del hogar para dedicarse a sus
hijos y a la casa. Las cifras del empleo femenino han tenido una tendencia a
disminuir desde principios de siglo hasta los años sesenta. A partir de 1962,
la situación se invierte. Globalmente, el número de mujeres que entran en el
mercado de trabajo aumenta. La tendencia iniciada entre 1965 y 1968 se ha
acelerado en los años recientes y ha hecho aparecer la irreversibilidad de la
actividad femenina. El número global de mujeres activas en 1986 no representa
más que el 44 % de las mujeres en edad de trabajar, pero tiene mayor valor
intrínseco por una doble razón: 1) El número de mujeres que entran en el
mercado de trabajo está en progresión rápida. 2) La nueva imagen de la
mujer-madre que trabaja constituye el nuevo modelo valorizado. Si el siglo XIX
promovió la imagen de la madre, el final del siglo XX promueve la de la mujer
que trabaja.
No sólo las mujeres son
numerosas en ocupan un empleo, sino que ellas cambian, globalmente, de sector
de actividad. Se observa un declive en
las categorías no asalariadas, una expansión del asalariado femenino en las
profesiones liberales, entre los cuadros y los empleados. entre los empleos
terciarios creados entre 1968 y 1972, el 66 % han sido ocupados por mujeres.
El trabajo femenino
corresponde a la evolución global del mercado del empleo, puesto que únicamente
los sectores terciarios son creadores de empleos.
La expansión del trabajo
de las mujeres conjugado con su dominio nuevo de la contracepción tiene efectos
considerable sobre la fecundidad, la divorcialidad, el distanciamiento en relación
al matrimonio y la reorganización de los roles en el seno de la unidad
conyugal.
IX.2.3 LA
TRANSFORMACIÓN RÁPIDA DE LAS MENTALIDADES
Puede observarse la
evolución rápida de las mentalidades en la legitimación del trabajo femenino.
Las respuestas al la cuestión relativa al trabajo femenino confirman la
evolución de actitudes entre las jóvenes generaciones: de más de sesenta y
cinco hasta menos de veinticinco, el porcentaje de los partidarios de la mujer
en el hogar decrece regularmente. En cualquier caso, la gran mayoría de las
personas interrogadas todavía permanece en la actualidad opuesta a un modelo en
el que "los dos cónyuges tengan una profesión que los absorba
igualmente".
Esta opinión marca que la
mujer, más que el hombre, siga siendo a sus ojos responsable del mantenimiento
de la familia y en particular de los cuidados relativos a los niños pequeños.
Estos resultados muestran que la evolución de los roles no se hace sin
reticencias. El nuevo modelo no está todavía aceptado, incluso aunque los cambios
aparezcan como masivos y recientes.
Los estudios que acabamos
de comentar tratan de opiniones y no de comportamientos. Entre los dos, a
menudo, la distancia es grande. La norma contemporánea permanece todavía
ambigua y dual. No puede hablarse de emergencia de una norma única que
facilitaría la evolución de los roles. Nos encontramos, todavía en una
situación transitoria.
IX.3 EL MATRIMONIO CONTEMPORÁNEO
IX.3.1 NUEVA
DISTRIBUCIÓN DE LOS ROLES
Una correlación entre
actividad profesional femenina y repartición más igualitaria de las tareas y de
los roles: 1) el trabajo no asalariado efectuado por la mujer, sea como ayuda
familiar en el interior de la casa, sea como comerciante o artesana, no se
acompaña de ninguna mejora del poder femenino, porque ésta no dispone de ningún
salario o ingreso propio. 2) Cuanto más las mujeres trabajan en un sector de
actividad que tenga prestigio, tanto más cualificadas en el grupo de las
obreras y de las empleadas, y tanto más mejoran su posición en la balanza del
poder en el seno de la pareja. 3) El nivel del salario, y sobre todo la
diferencia de salarios entre los esposos, es determinante.
Un reparto más igual de
estas tareas tiene lugar cuando la mujer ejerce una actividad profesional. Es
la mujer cuadro la que recibe la mayor participación de su marido; las
restantes categorías socioporfesionales se colocan en situaciones intermedias
hasta llegar a la mujer en el hogar. Lo más frecuentemente las obreras aseguran
ellas solas, a pesar de su incremento de trabajo, las tareas de compras
ordinarias, la compra de ropa. Si las obreras se aproximan a las mujeres en el
hogar en el marcador general de las tareas domésticas, ello no quiere decir que
se aproximen en el plano de las mentalidades. Es insuficiente considerar tan
sólo el nivel del salario; es el hecho de que sea considerado como ingreso
indispensable o de apoyo lo que marca la diferencia en "la lucha conyugal
por el poder doméstico.
Que la mujer trabajo o
no, en la práctica, la repartición ha progresado mucho menos de lo que las
encuestas de opinión podrían dar a entender. Además, en el seno de la misma
familia se efectúa la reproducción social de los roles, puesto que las hijas
son solicitadas más a menudo que los hijos para lavar los platos, ayudar a
limpiar. En todos los tipos de familia, las hijas son mucho más numerosas que
los chicos para participar frecuentemente en la tareas de la casa. Si la norma
de una repartición igualitaria de los roles tiende a instaurarse, la práctica
se invierte sólo lentamente.
IX.3.2 LA PRESIÓN DE
LA CARGA DOMESTICA
Los estudios que tratan
del conflicto entre las tareas maternales y las profesionales conciernen más a
menudo a la custodia del hijo pequeño. El trabajo femenino siempre está considerado
como secundario: si la mujer antepone su actividad profesional, ¿no se hace
responsable de los problemas psicológicos de los niños?.
Todo contribuye, en
la sociedad contemporánea, a acrecentar
la carga de la madre.
IX.3.3 LA
VARIABILIDAD DE LOS MODELOS
En la sociedad
contemporánea, el trabajo introduce una situación conflictiva que engendra un
sentimiento de culpabilidad en la mujer atrapada en sus diversos roles. Las
mujeres que tienen una actividad profesional, se sienten valoradas, pero es al
precio de una gran fatiga y de un cierto sentimiento de culpabilidad.
IX.3.4 LA CUESTIÓN
DEL PRESUPUESTO
Cuando al salario del
marido se añade el de la mujer, la gestión del presupuesto se encuentra
modificada, y aquí se encuentra un rol importante que, quizá ha evolucionado
más. En la familia obrera antigua, el marido daba generalmente a su mujer una
cantidad con la que ella debía desenvolverse para alimentar a la familia,
ciudad a los hijos. etc. Confiar este rol a la mujer no siempre era
valorizante. El esposo conservaba su dinero de bolsillo fijo para sus gastos
personales.
El modelo de familias
burguesas. Su esposo le entregaba una cantidad que servía para sus gastos
personales, pero el marido administraba los gastos, financiaba las grandes
compras.
Con el aumento del nivel
de vida y la entrada de las mujeres en el trabajo, la gestión del presupuesto
de la familia descansa sobre bases diferentes. En primer lugar, los gastos
personales del esposo disminuyen, como consecuencia de las transformaciones
culturales que han hecho volver al hombre a la casa, y correlativamente
aumentan los gastos colectivos, vivienda, bienes de equipo de la vivienda.
Además, el salario femenino acentúa la indivisión de la gestión de los recursos
familiares.
Un factor importante a
tomar en consideración concierne, más allá de los roles, a los sectores de
responsabilidades tal como cada esposo los ha interiorizado. Un hombre tiene
una profesión, una mujer tiene dos: profesional y familiar, sean cuales sean
sus empleos respectivos. El terreno en el que el reparto de roles parece
concretarse concierne a la gestión del presupuesto, las grandes opciones de
familia. En su conjunto, las mujeres avanzan sobre los roles masculinos,
mientras que eso no ocurre en el sentido inverso. La explicación es simple. Si
administrar un presupuesto, tiene un valor valorizante para la mujer, puede
tomar el aspecto de una promoción social, los hombres no tienen el deseo de
cargar el lavaplatos.
La reticencia masculina a
compartir las tareas materiales se explica por su desvalorización. El carácter
preindustrial de su naturaleza y de su modo de producción constituye la causa.
Estas tareas no se prestan a la estandarización, a la racionalización, a un
control de la eficacia, atributos de la actividad industrial.
IX.3.5 EL PODER EN EL
SENO DEL MATRIMONIO
Los autores observan a la
vez los efectos de la vida profesional sobre la familia y los del modo de vida
familiar sobre la vida profesional. Tres modelos de vida se desprenden que
designan otros tantos modos de organización de los roles con el sistema
profesional y con el sistema de relaciones sociales. El primer modelo es
"tradicional", con presencia de la mujer en el hogar, sociabilidad de
tipo privado, insistencia en el rol de la mujer; el segundo modelo, llamado
"intermedio", presenta una relación con la vida profesional de
carácter instrumental; los sujetos de este grupo desean trabajar para ganar
más; el rol de la mujer consiste en sacrificarse por la carrera de su marido.
Su sociabilidad es débil. El tercer modelo es igualitario, ya sea
"igualitario económico", y la mujer tiene una actividad profesional
considerada importante, ya sea "igualitario exteriorizado".
Michel Glaude y François
de Singly han elaborado una tipología compleja de la repartición de las
decisiones en el seno del matrimonio, teniendo en cuenta la diferente naturales
de las decisiones. las "grandes" decisiones, son tomadas de manera
cada vez más igualitaria, otros terrenos del espacio doméstico son, por el
contrario, muy especializados, cuando mayor es el número de hijos más marcada
está la especialización femenina doméstica.
Esta permanencia de la
repartición de los dominios de poder se observa igualmente, entre las parejas
que son las más portadores de innovaciones sociales, los jóvenes cohabitantes.
IX.3.6 LA
SATISFACCIÓN EN EL MATRIMONIO
Algunas investigaciones
se dedican a predecir el ajuste conyugal. Otras investigaciones han analizado
el tema bajo el ángulo del ciclo de vida familiar, en función de la duración
del matrimonio y del número de hijos. Se interesan por los períodos de tensión.
Numerosos análisis muestran que la satisfacción matrimonial tiende a declinar
después del nacimiento de los hijos, mucho más para las mujeres que para los
hombres. La concepción romántica de un matrimonio por amor revela su
inadecuación frente a la situación práctica de los esposos. Las ilusiones del
amor desaparecen cuando los cónyuges se dan cuenta de su diferencia cultural o
educativa; cuando dos tradiciones culturales se enfrentan, cuando la familia
política se muestra demasiado invasora.
La pareja debe poder
adaptarse a situaciones generadoras de angustia, para las cuales no existe un
plan de conducta aceptado, cuando la sociedad contemporánea ha hecho
desaparecer los rituales que antaño ofrecían
en las mismas circunstancias, un recurso contra la angustia.
La tensión en el seno de
la pareja parece acentuarse cuando los hijos llegan a adolescentes. Los problemas específicos de
esta edad, imponen su precesión de dilemas a unos padres. Cuando los hijos son
adolescentes, los padres está a mitad de la vida más o menos, en momentos
críticos de su carrera, las madres no están lejos de la menopausia. Las causas
del deterioro de la armonía de la pareja están ligados, en esta última
hipótesis a la creciente complejidad de las relaciones que implica la presencia
de los hijos. Otra variable, exterior, el trabajo profesional femenino. Muy a
menudo, el trabajo femenino es en sí mismo motivo de disensión familiar.
Cuando el curso de las
carreras se manifiesta conflictivo, puede convertirse en la fuente de un
antagonismo. La actividad de cada uno de los miembros ya no está inscrita en un
trabajo colectivo común, sino que está fundada en una interdependencia
orientada hacia la realización de proyectos personales de naturaleza muy
diversa. Las investigaciones de Andree Michel se colocan del lado femenino.
¿Qué ocurre del lado masculino cuando los modelos tradicionales se tambalean?.
Poco trabajos han sido dedicados a este tema, con la excepción de .
Las figuras de la
paternidad también han evolucionado considerablemente. El pater familias romano
al que el Código civil le había restaurado toda su omnipotencia ha visto
hundirse sus estatus como consecuencia de las transformaciones jurídicas que
han tenido lugar desde finales del siglo XIX.
La vida profesional, en
cualquier caso, sigue siendo la preocupación masculina principal; la paternidad
no es más que "un estatus adicional". "La utilidad marginal de
los hombres declina , en el interior de la pareja o en la sociedad. Si los
hombres intentan oponerse a las conquistas de la igualdad femenina, no es tanto por sus consecuencias en el seno del
hogar como para resistir a la amenaza que pesa sobre su exclusividad en asumir
todas las interacciones sociales.
X GRUPO DOMESTICO Y ROLES ECONÓMICOS
El grupo doméstico,
antaño unidad de producción, no es más que una unidad de consumo. El consumo en
la actualidad, se ha diversificado y extendido considerablemente como
consecuencia del aumento del nivel de vida. Existe otra dimensión de la función
económica del grupo doméstico, aquella que está ligada a la herencia, a la
transmisión de bienes. Toda familia transmite un patrimonio, ya se trate de
bienes materiales, culturales o simbólicos.
X.1.1 EL GRUPO
DOMESTICO, ¿CÉLULA PRODUCTIVA Y/O UNIDAD X.1.2 DE INGRESO
algunos economistas
consideran a la familia como una célula productiva. Al no ser objeto de una
monetarización, el trabajo familiar no entra dentro de la contabilidad
familiar, contrariamente el autoconsumo agrícola o al trabajo ejecutado en el
seno del hogar por una asistenta. Se estima, sin embargo, que los servicios
realizados por las mujeres en sus casas constituyen entre el 25 y el 30% de la
producción nacional.
X.1.3 EL GRUPO
DOMÉSTICO, UNIDAD DE CONSUMO
Los economistas reconocen
que, junto al salario y a la categoría socioprofesional, la composición de la
familia es el más importante de los factores explicativos de los consumos y,
sobre todo su tamaño y la edad del cabeza de familia. Los economistas prefieren
en el nivel absoluto de los gastos la medida del coeficiente presupuestario,
parte del porcentaje del consumo total que corresponde a las diferentes
partidas de consumo, medida más precisa que permite investigar otras
diferencias de comportamiento entre familias que las derivadas del salario, los
gastos de alimentación y de salud crecen con la edad, pero que las familias
jóvenes tienen gastos de transporte, de vestido y de habitación superiores a
los de sus mayores etc.
El consumo de las
familias es igual a los dos tercios de la producción interior bruta. La función
del consumo de la familia reviste diversos aspectos. Podemos dividir
clásicamente los gastos en varias partidas, que corresponden a necesidades más
o menos comprensibles.
Según el ciclo de la vida
familiar, los presupuestos conocen también períodos más fastuosos que otros. en
las categorías acomodadas, el salario aumenta con la edad (efecto de carrera),
mientras que en las categorías más desfavorecidas van en sentido inverso, y las
más indigentes se encuentran entre las de más edad.
Algunas corrientes
feministas, en el marco de un pensamiento marxista, se preguntan sobre la
economía política del trabajo doméstico, sobre las relaciones entre trabajo
productivo e improductivo. ¿Acaso la
mujer no ocupa un lugar secundario en el consumo de la familia por el hecho de
que se considera que cumple un trabajo secundario?.
X.1.4 PRESUPUESTOS DE
FAMILIAS Y DESIGUALDADES SOCIALES
La gestión del
presupuesto no sólo está regida por el nivel de los ingresos y su organización
interna. El presupuesto está administrado de modo diferente por las familias
obreras. Según que trabajen en una empresa moderna cuyo futuro está asegurado o
en una empresa tradicional menos dinámica. Entre los primeros, la gestión está
orientada por una racionalidad basada en la seguridad y la previsión, y entre
los segundos por una inseguridad y la imprevisión. Los primeros planifican sus
gastos, economizan en vistas a una compra precisa; los segundos, no pudiendo
tener en cuenta el futuro, buscan fundamentalmente ingresos aleatorios.
La edad constituye ,
igualmente, un factor de desigualdad de la distribución de los ingresos en las
diversas clases sociales. Se combina con el nivel de instrucción: casi sin
excepción, en cada grupo de edad, un grado superior de instrucción comporta una
ventaja y para cada de instrucción, el máximo se encuentra en la segunda clase
de edad, que es la de los adultos. Los dos factores acumulan sus efectos,
conduciendo a valores mínimos y máximos extremos en la distribución de los
ingresos.
Estas desigualdades,
denominadas "primarias", son más o menos corregidas por diversas
acciones que tienden a repartir mejor las riquezas entre las familias: 1)
Creación de equipos y servicios colectivos. 2) "Atenuación de los
gastos" reducciones de tarifas en los transportes, y gratuidad de
enseñanza. 3) Recursos monetarios, asignaciones de viviendas y ayudas a la
educación (becas).
Las políticas de
redistribución de los ingresos tienen un efecto corrector sobre las
desigualdades por mediación de las asignaciones familiares y la Seguridad
Social. Parece por el contrario, que los servicios colectivos son mucho más
utilizados por las familias que no constituían el objetivo principal que por
aquellas a las cuales estaban destinados, la frecuentación de los centros
sociales aumentaba con el ingreso y sobre todo, con la categoría socioprofesional
de la familia.
Las diferencias de
comportamiento en relación con los equipamientos colectivos están estrechamente
ligadas al estatus: las categorías acomodadas se benefician de las actividades
culturales, del ocio o de las vacaciones; las categorías más desfavorecidas
utilizan los servicios de los trabajadores sociales. Así, no sólo los efectos
compensadores de las acciones sociales son nulos, sino que refuerzan las
desigualdades, por mediación del consumo sociocultural del cual sólo las categorías
acomodadas tienen la capacidad de aprovecharse dado su nivel educativo.
X.2 GRUPO DOMESTICO Y TRANSMISIÓN DEL PATRIMONIO
Su importancia y su rol
han evolucionado bastante si oponemos, la sociedad campesina a la sociedad
contemporánea. En la primera, en la que el útil de trabajo está constituido por
la propiedad del un terreno, la transmisión del patrimonio rústico es esencial
para la sobrevivencia del matrimonio.
En la actualidad, la
herencia ya no es necesaria para instalarse, como consecuencia del desarrollo
del salariado. La transmisión de un patrimonio se efectúa de modo más sutil,
bajo la forma de una dotación en estudios, por ejemplo.
La segunda característica
del modo actual de transmisión de los
bienes es una consecuencia de la prolongación de la vida. En la actualidad un
matrimonio no pierde a sus padres hasta que dicho matrimonio no está bastante
empeñado en la vida. La herencia sólo interviene para ayudar a los padres a
instalar a sus propios hijos. El patrimonio salta una generación.
X.2.1 PATRIMONIO Y
DESIGUALDADES SOCIALES.
Algunos economistas que
utilizan la unidad de consumo como base para la confección de un modelo de
acumulación del patrimonio de las familias.
¿Cómo está compuesto el
patrimonio en sus masas principales y qué distinciones se operan según las
categorías sociales? En el plan nacional, el patrimonio de las familias está
constituido en un 70% por activos inmobiliarios. Éste está repartido muy
desigualmente entre las diversas categorías sociales, más todavía que los
ingresos.
El nivel de fortuna de
los empleados y de los obreros no les permite apenas sobrepasar las etapas de
equipamiento en bienes durables y de acceso eventual a la propiedad de la
vivienda. Los cuadros y las profesiones liberales sobrepasan bastante rápidamente
este límite, y acumulan activos financieros importantes, así como activos
inmobiliarios.
Si el patrimonio parece
pues, en la actualidad, menos importante que en otras épocas como consecuencia
de la extensión del asalariado, constituye siempre una baza fundamental para
ciertos grupos domésticos, y uno de los elementos del mantenimiento de las
desigualdades sociales.
X.2.2 MODALIDAD DE LA
TRANSMISIÓN DE BIENES
En otras épocas, la
transmisión del patrimonio se hacía en el momento del matrimonio o de la defunción,
pero no ocurre lo mismo en la actualidad. En más del 40% de los casos, el
matrimonio es la ocasión de un don cuya importancia varía según las categorías
socioprofesionales, el número de hijos etc. Al margen de esta circunstancia
particular, la ayuda de los padres se prolonga a lo largo de todo el ciclo de
la vida familiar, bajo forma de préstamos o de regalos.
Hemos considerar
igualmente como una forma de herencia particular, o de un don indirecto, el
disfrute de una residencia secundaria. En las clases más acomodadas adquieren
una residencia secundaria cuyos hijos pueden disfrutar. Se trata de una ayuda
notable que contribuye, de manera más indirecta que los dones o préstamos, a
conservar para el joven matrimonio un nivel de vida igual al de sus padres. La
transmisión del patrimonio toma, pues, en nuestros días vías muy sutiles.
X.2.3 ACTITUDES
FAMILIARES FRENTE A LA TRANSMISIÓN DEL PATRIMONIO
La independencia de las
generaciones se encuentra confirmada por las actitudes con relación a las
disposiciones legales de la herencia. "La independencia de los hijos
casados tiene como contrapartida que la joven generación no debe esperar de los
padres, por la herencia, el medio de asegurar su promoción o su riqueza".
Además, esta herencia debe servir para borrar determinadas desigualdades entre
hermanos y hermanas.
Las personas no
asalariadas, las correspondencias relativas a las diferentes actitudes en
función de criterios sociales y del número de hijos.
Por un lado, se observa
la visión familista dedicada a los hijos, teniendo como proyecto la
continuidad; por el otro, la visión a corto plazo, la del individuo que limita
su mirada sobre el futuro al de su propia vida.
Siete variables:
profesión y grupo socioprofesional, rango de nacimiento del encuestado, número
de hijos, religión, modalidades de la primera recepción, las categorías
profesionales se distinguen inmediatamente: los agricultores tienen un
comportamiento separado, a ellos se aproximan los comerciantes. Entre los
primeros la recepción de dotes se combina con la donación partición, los
segundos practican más a menudo la donación entre manos. Industriales
profesionales liberales constituyen otro grupo con actitudes parecidas.
Podemos oponer familias
herederas y no herederas en función de diversas estrategias en relación al
patrimonio. Una categoría reagrupa a las familias que se han beneficiado de una
herencia importante en patrimonio humano y/o en patrimonio no humano. Si los
herederos más mimados por el sistema se benefician de los dos, los menos
favorecidos sólo disponen de un escaso patrimonio no humano y su estrategia
descansa en una transmisión hereditaria compuesta principalmente de patrimonio
humano.
Por el contrario, las
familias no herederas abordan el ciclo de su vida familiar con un patrimonio
humano mínimo y un patrimonio no humano prácticamente nulo y el patrimonio que
ellas pueden acumular a lo largo de su existencia es muy débil para ser
transmitido; sólo sirve para mejorar las condiciones de su jubilación.
Sólo los "herederos"
tienen medios de racionalizar sus comportamientos, mientras que los no
herederos se sienten incapaces de programar el futuro. De este modo, las
ventajas se acumulan como se perpetúa la indigencia.
Patrimonio y herencia
contribuyen grandemente a la estructuración del cuerpo social. El patrimonio
continúa, pues, jugando un papel importante en la práctica de las relaciones
familiares, en el cuadro profesional y, de manera más general, para situar al
matrimonio en una constelación social. Los dos van a la par y mediante ellos
funciona la reproducción social.
XI FAMILIA Y SOCIEDAD
¿La familia es una
relación de dinamismo que la sociedad enmarca y modela según sus propias
necesidades o, por el contrario, es el lugar de resistencias y de un
contrapoder que obstaculiza el cambio social?
XI.1 FAMILIA Y CONTROL SOCIAL
XI.1.1 DE LOS
CONDICIONAMIENTOS AL CONTROL
Los principales
condicionamientos que pesan sobre la
familia; la legislación, en primer lugar, que define la constitución del
matrimonio; la legislación social que prolonga los códigos jurídicos; las
decisiones económicas que afectan a los niveles de vida; las medidas que
afectan al estatus de la mujer; los condicionamientos que pesan sobre la
educación de los hijos y su futuro; los determinantes del marco de vida por
mediación del hábitat; el peso de los medios de comunicación de masas que
presentan una determinada imagen de la familia; los controles que ejercen en
cualquier ocasión sobre el desenvolvimiento
de la vida familiar, etc. Toda
familia sufre este encasillamiento; sin embargo, algunas están más encasilladas
que otras, porque no se conforman a la norma.
La actitud normativa del
estado no es un fenómeno contemporáneo.
XI.1.2 LA FAMILIA,
INSTRUMENTO DE CONTROL SOCIAL
Varias obras, muestran
las grandes preocupaciones que hacen surgir en el siglo XIX la familia popular
y su cortejo de desviaciones en relación a la familia burguesa: concubinato,
mortalidad infantil y abandono de los hijos, delincuencia juvenil, etc.,.
analizan los esfuerzos para hacer desaparecer estas marginalidades.
La familia popular es, en
el siglo XIX, el objetivo de múltiples instituciones. Por ejemplo, la Société
de Saint-Françoios-Régis ayuda a
regularizar la unión de las
parejas que lo desean, pero que no disponen de los medios, la estrategia de
familización toma apoyo entre las mujeres. La mujer aparece aquí como el
instrumento de la normalización de la familia en su mismo seno.
En torno al problema del
hijo en peligro o peligros se efectúa la puesta en marcha del control sobre la
familia. Tracemos, brevemente, la "genealogía" de la puesta en marcha
de estos controles.
La escuela, en primer
lugar, sustituye a los padres incapaces de educar a sus hijos. Poco a poco, la
imposición de la escuela sobre la vida familiar se acentúa a lo largo del siglo
XIX, la escuela ya no es una prolongación de la educación familiar, sino el
lugar de la producción de la familia por
la escuela. El niño es un rehén, un pretexto para visitas a las familias, que
tienen por objetivo velar por la normalidad de las relaciones educativas en el
interior del hogar. Luego, es la intrusión del médico, que toma como
interlocutor privilegiado a la madre. La
familia se medicaliza. El filántropo y las sociedades de patronazgo descubren
la miseria obrera. ¿Cómo hacerla desaparecer? Se proponen soluciones
contrapuestas. Isaac Hoseph muestra los esfuerzos del Estado, entre 1860 y
1890, para hacer similar a la familia obrera los hábitos del orden y de la
previsión, para replegar la vida familiar al interior de la vivienda. La
familia peligrosa es puesta bajo tutela, su autoridad se le arranca al padre.
En la actualidad, el
control social sobre la familia, es más discreto, menos coercitivo, pero
probablemente más insidioso y más amplio. Estas técnicas son tanto más poderosas
en la medida en que no parecen imponer ni normas sociales ni reglas morales. A
pesar de las técnicas "psi", la práctica de la acción social
contemporánea es culpabilizante en cualquier caso.
Antes de la reforma de la
legislación sobre el divorcio, el mismo tipo de control inquisidor se aplicaba
a los matrimonio, bajo pretexto de proteger al niño. El proceso de divorcio
erigía al tribunal en agencia de control. Al multiplicarse fue cuando el
divorcio tendió a banalizarse y a perder su aspecto culpabilizante. Puede
comprenderse la complejidad del problema del poder social confrontado al de la
familia, analizando el discurso relativo a la crisis contemporánea de la
fecundidad.
XI.1.3 EL RETO
CONTEMPORÁNEO DE LA FECUNDIDAD
El hijo por el cual es
Estado, la administración, el poder público, la "normalidad" de las
clases burguesas, penetraban en la familia obrera en el siglo XIX, el hijo se
escapa. Ya no es engendrado en cantidad bastante grandes.
El ejemplo de la crisis
contemporánea de la natalidad hace aparecer las ambigüedades y las dificultades
de una política de control sobre la familia, y la complejidad de las relaciones
entre familia y saciedad, entre familia y estado, entre poder familiar y poder
social y estatal.
XI.2 FAMILIA Y PODER SOCIAL
La familia parece, oponer
resistencias múltiples al cambio social. Por la transmisión de una herencia
material, cultural, social y simbólica, conserva las igualdades sociales y
culturales en el seno de las cuales la familia se enrosca para perpetuarlas.
XI.2.1 FAMILIA Y
DESIGUALDADES EN LAS OPORTUNIDADES
Una sociedad democrática
se asigna como función reducir las desigualdades entre las categorías sociales.
Cuando la enseñanza se dirige a todas las categorías sociales, la escuela se da
por misión colocarlos en pie de igualdad, gracias al capital escolar inculcado.
La escuela no ha cumplido la misión que se la había asignado. No solamente los
niños no obtienen el bagaje que igualaría las diferencias, sino que el sistema
escolar, que transmite los valores dominantes, refuerza las desigualdades
culturales y sociales y contribuye a mantener la situación de categorías
dominantes.
Sobre todo durante la
primera infancia, el éxito escolar varía, para un mismo nivel e ingresos, con el nivel cultural de los
padres. Cuanto más temprano es incitado el niño por un ambiente culturalmente
favorecido, mejores serán sus posibilidades de éxito escolar y de éxito en su
vida, las probabilidades de éxito escolar están en relación con el número de
hijos de la familia.
La influencia
determinante de la categoría socioprofesional y del nivel cultural de la
familia.
¿Cómo actuar contra este
mecanismo? La generalización de las guarderías y de las escuelas maternales
tiene por objeto, por una socialización precoz., proporcionar a todos los niños
oportunidades más iguales frente al sistema escolar. Ahora bien este proyecto
ha sido desviado por la segregación del habitar que no mezcla casi a los niños
de diferentes medios.
Pierre Bourdieu. LLevada
a cabo en 1961-1962, su encuentra sobre el origen social de los estudiantes
hace aparecer un verdadero proceso de eliminación: un hijo de cuadro superior
tiene ochenta veces más posibilidades de entrar en la universidad que un hijo
de asalariado agrícola y cuarenta veces más que el hijo de un obrero, sus
posibilidades son todavía el doble de las de un hijo de cuadro intermedio.
XI.2.2 REPRODUCCIÓN Y
MOVILIDAD SOCIAL
La desigualdad escolar
frena, pues, la movilidad social. La historia muestra la movilidad ascendente
de las sociedades democráticas.
Este fenómeno no afecta
de la misma manera a todos los medios sociales: volvemos a encontrar la inercia
de la reproducción social.
Los más pesimistas en
cuanto al bloqueo del sistema social replican que movilidad social y
reproducción social no son incompatibles. La movilidad social es necesaria en
una sociedad en transformación que exige nuevos conocimiento y calificaciones
nuevas; sin embargo, no afecta de la misma manera a todas las categorías
sociales.
Los análisis más
recientes tienden a mostrar que se combinan dos fuerzas que sólo son
contradictorias en apariencia: movilidad y reproducción social. La movilidad
remite a las transformaciones socioprofesionales. Hay muchos más cuadros hoy
que hace cincuenta años, y muchos menos agricultores. Para subrayar el peso de
la herencia cultural familiar, relativamente independiente de la posición de clase.
XI.3 LA MUJER EN LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD
La mujer aparece como la
bisagra entre familia y sociedad. Los progresos de su condición se han hecho, a
la vez, dentro y contra la familia.
XI.3.1 EVOLUCIÓN DEL
ESTATUS FEMENINO Y FEMINISMO
El estatus femenino ha
evolucionado bastante más rápido que las estructuras sociales y económicas. Ha
conocido una transformación particularmente rápida en el curso de los últimos
veinte años. Los cambios sociales que lo han preparado. A partir de 1945, la
formidable presión de una ideología de la igualdad de los derechos del
ciudadano conduce a importantes transformaciones legislativas. Numerosas leyes
han establecido la igualdad de los sexos en la educación, la gestión de bienes, de los salarios, los
derechos sociales.
En segundo lugar, la
revolución industrial y técnica ha trastornado el rol doméstico. A finales de
los años setenta, todos los cálculos del presupuesto muestran que es más
rentable trabajar fuera y compara los bienes y servicios producidos en masa. El
valor económico del trabajo doméstico ha bajado considerablemente y se ha
encontrado desvalorizado.
En tercer lugar, los
progresos médicos han permitido un alargamiento de la vida, y los riesgos
relacionados con el embarazo y el nacimiento han sido reducidos; la generación
de las leches artificiales han liberado a la mujer de los constreñimientos del
amamantamiento. Los progresos en el dominio de la fecundidad permite a las
mujeres, adaptar el número de sus hijos y el calendario de sus nacimiento a su
empleo.
El fenómeno masivo de la
urbanización ha contribuido a separar físicamente el matrimonio durante la
jornada, el cual se encuentra reunido para el ocio y el descanso.
El rol que ha tenido el
feminismo en estos cambios profundos. Nacido en el torbellino de las ideologías
alrededor de 1968, el movimiento feminista se autonomiza desde 1970; se
cristaliza alrededor de la cuestión del cuerpo de la mujer, de la violación,
del aborto y denuncia las servidumbres sexuales y domésticas que le impone la
dominación llamada "patriarcal. Su influencia simbólica y en los medios de
comunicación es considerable.
En Francia, el voto de la
ley sobre el aborto en 1975 es el resultado más tangible de la acción
feminista, pero la adopción de otras medidas legislativas fue el resultado
indirecto del gran movimiento de ideas igualitarista que los movimientos
feministas habían puesto en circulación.
A finales de los años
ochenta, ha sufrido sus disensiones internas, entre las "partidarias"
de un feminismo de la "diferencia", y las "partidarias" de
un feminismo de igualdad pura. Ha perdido sus militantes.
En este período, que
algunas califican de "posfeminista", subsisten, sin embargo, bastantes
problemas. Las regresiones no son imposibles como se observa en Estados Unidos.
Las resistencias son grandes, sobre todo en el mercado de trabajo; no hay mucho
avanzado en el terreno del compromiso político.
Los debates se desvían en
la actualidad del problema específico de la mujer para centrarse más en la
eficacia de las políticas natalistas.
Si la mayoría de las
desigualdades de naturaleza jurídica han sido suprimidas, permanecen otras que,
no son menos significativas. Así ocurre con las actividades deportivas.
En el terreno
profesional, las desigualdades son todavía más patentes: las mujeres tienen
salarios inferiores, son las víctimas designadas del paro, tienen carreras más
lentas y más difíciles que las de sus colegas masculinos.
XI.3.2 TAREAS DOMESTICAS,
TRABAJO PROFESIONAL
¿Cómo contrarrestar el
modelo de reproducción de los roles que se perpetúa en el seno de la familia?
Algunos proyectos favorables a primera vista a la condición femenina presentan
peligros, como el salario maternal.
En lugar de un salario
maternal, algunas feministas proponen una revaluación de las tareas domésticas.
El análisis feminista del
trabajo doméstico se inscribe en otra teoría, según la cual este trabajo
"invisible" es apropiado por el
esposo, éste se beneficia de todas las ventajas del matrimonio, mientras
que la mujer soportaría todos los costos.
El importe de la
"dote escolar" de una mujer, cambia radicalmente la manera en que
vive su existencia familiar. Un buen título incita a las mujeres,
contrariamente a los hombres, a permanecer solteras. Un buen diploma
incita a las mujeres a privilegiar una
estrategia individual de desarrollo, la familia limita a las mujeres en su
desarrollo profesional, al igual que la perspectiva de una carrera femenina
limita la constitución de una familia.
XI.4 EL ORDEN FAMILIAR ENTRE EL ORDEN PRIVADO Y EL
ORDEN PUBLICO
En la actualidad como
antaño, la familia -incluso "deslegalizada"- sigue siendo una
institución inscrita en la sociedad, cuya organización es a la vez causa y
consecuencia de relaciones culturales y económicas, manteniendo relaciones
múltiples con el cuerpo social en general y el Estado en particular.
El fracaso de las
comunidades familiares salidas del movimiento de 1968 muestra que las rupturas
y las innovaciones sociales brutales sólo tienen posibilidad de funcionar si
responden a una concepción global de la sociedad de la que cada uno de los
miembros es portador. No ha sido el control social externo lo que ha hecho fracasar
estas comunidades; han fracasado ellas mismas.
Podemos continuar
afirmando la naturaleza política de la familia y la existencia de una relación
entre poder público y poder privado. La interacción entre el sistema familiar y
la organización sociopolítica se pone claramente de manifiesto en los ejemplos
contrastados de China y Japón.
Características sociales
y económicas los hacen semejantes. Goode opone el fracaso chino al éxito
japonés.
Varios rasgos del sistema
familiar explican esta diferencia, y sobre todo el de la herencia. En China era
igualitaria, mientras que en Japón uno solo de los hijos recibía todos los
bienes, lo que permitía realizar una acumulación de capital. La diferencia más
significativa reside en los lazos entre familia y Estado. En China, la lealtad
era familiar y el nepotismo un deber, en caso de ascensión social, todos los
miembros del linaje debían beneficiarse. En el Japón, las solidaridades eran de
tipo más feudal. El sistema chino permitía una relativa movilidad social, y los
comerciantes podían elevarse en la jerarquía con la condición de abandonar el
estado de comerciante. Por el contrario, los comerciantes japoneses se
encontraban confinados en un tipo más estrecho de movilidad, el éxito
financiero.
El final del siglo XX
está marcado en los países occidentales por la coexistencia de distintas normas
matrimoniales: se admite junto al matrimonio más clásico una forma más flexible
y precaria de unión. Este pluralismo familiar se articulo con las mutaciones de
una sociedad.
XII EL MITO DE LA FAMILIA OCCIDENTAL
La familia accidental,
caracterizada por un matrimonio monógamo, una valoración de la pareja, un
reducido número de hijos, una repartición de roles en el seno de la pareja.
Bajo esta denominación se esconden, diversidades culturales remarcables, esta
familia occidental parece ser puesta en cuestión en las nuevas formas
matrimoniales.
XII.1 EL MODELO OCCIDENTAL DE FAMILIA, VISTA DESDE EL
LADO DE... ORIENTE
XII.1.1 LA INVENCIÓN
DE LA FAMILIA OCCIDENTAL
La familia conyugal que
asocia dos compañeros que se han elegido más o menos libremente es una figura
poco corriente en la variedad de los modelos familiares. Estos rasgos que
nosotros encontramos normales aparecen como una aberración en la mayoría de las
sociedades que favorecen el lazo de filiación, en las cuales la unión es
inestable, la diferencia de edad entre los esposos importante, la residencia
raramente neolocal, el papel del parentesco en la elección del cónyuge siempre
pronunciado. A la mayoría de los sistemas matrimoniales en los cuales los
esposos son jóvenes y la tasa de solteros muy débil.
¿Cuándo vemos emerger
esta invención cultural? Paul Veyne descubre, desde el primer siglo de nuestra
era, bajo la influencia del pensamiento estoico, el nacimiento de una sociedad
conyugal y de una "moral interiorizada del matrimonio" que preparaba
la evolución cristiana.
La acción de la Iglesia
es la que ha modelado, desde el siglo IV, una sociedad familiar europea,
imponiendo rasgos inéditos a las poblaciones que deseaba cristianizar. La
Iglesia prohibió las prácticas corrientes en la cuenca mediterránea como la
adopción, la poligamia, el divorcio, el concubinato, las segundas nupcias de los viudos, el matrimonio en el seno del
parentesco; puso el acento sobre el consentimiento mutuo de los esposos en el
matrimonio, su effecto fue que instauró la libertad de testar. A partir del
siglo XII, el matrimonio se convierte en un sacramento.
Esta nueva doctrina de la
filiación, de la herencia, del matrimonio conduce a separar a los individuos de
su parentesco. Ya no es necesario un hijo o un nieto para asegurar el culto
familiar a los antepasados porque las comunidades eclesiásticas toman a su
cargo la salud del alma de los difuntos. La obligación de la exogamia comporta
la fluidez de las herencias, mientras que un sistema de linaje mantiene para el
linaje o el clan sus posesiones por mediación de los matrimonios endógamos.
La manipulación
ideológica del sistema de parentesco autoriza al cristianismo a convertirse en
un gran propietario rústico en Europa entre el siglo VI y el XII.
Las resistencias a la
imposición de este sistema fueron numerosas, sobre todo a las reglas que
imponian la exogamia, el sistema de parentesco europeo, caracterizado por una
familia conyugal fuerte insertada en una red de parentesco bilineal, es muy
antiguo, al menos en sus aspectos ideológicos. La trama ideológica monógama
parece haber sido bien tejida por la Iglesia, que, paradójicamente, ha roto las
solidaridades parentales.
Alan Macfarlane, intenta
comprender la especificidad del individualismo inglés, estudiando el modelo
matrimonial inglés. El matrimonio inglés, después del siglo XIV hasta 1850, es
un matrimonio "maltusiano". La residencia era neolocal, el matrimonio
un libre contrato, los matrimonios ingleses, por otra parte, habrían estimado
que tener hijos resultaba costoso.
La familia monógama
inglesa no sirve para socializar a sus hijos durante mucho tiempo, del mismo
modo que tampoco cuida de sus viejos. Las instituciones de caridad son muy
antiguas en Inglaterra.
Inscrita en el sistema
occidental familiar del matrimonio del que Jack Goody ha mostrado su puesta en
marcha desde el siglo IV, Inglaterra presenta un modelo particularmente acabado
y precoz. Se separa del resto de Europa
y, sobre todo, de la Europa del Norte.
XII.1.2 LOS AVATARES
DE LA FAMILIA OCCIDENTAL
Industrialización y
urbanización a contribuido a modificar las relaciones familiares, pero en el
seno de un cuadro general puesto en marcha desde siglo, legitimado por el
poderío de la Iglesia, un modelo histórico bien específico: un matrimonio
monógamo en el cual los cónyuges se casa jóvenes y libremente mateniendo
relaciones muy laxas con sus redes de parentesco. Marido y mujer tienen roles
separados. Una tal estructura es efímera en las sociedades industriales: la
observamos entre 1930 y 1960. Aparece como una figura transitoria entre los
modelos de conyugalidad clásica y los que se están poniendo en marcha en la
actualidad.
No sólo lo que hemos
caracterizado de "modelo occidental" remite a una estructura efímera
de la que no podemos prever el futuro, sino que incluso podemos poner en duda
la unidad de su significado.
¿"Familia"
tiene el mismo en todos los países desarrollados?
XII.1.3 BAJO
ESTRUCTURAS PARECIDAS, DIFERENCIAS NACIONALES Y SOCIALES
Herevé Le Bras, en Les
Trois France, muestra la persistencia contemporánea de estructuras y de
sistemas familiares diferentes, en la Francia contemporánea.
Sobre variaciones
antiguas del modelo ideológico de la familia occidental se inscriben las
diversidades contemporáneas.
Los cambios familiares de
los últimos veinte años invitan, a poner en duda la cronología y solidez y la
unicidad del "modelo occidental de la familia". En estas condiciones,
debemos someter a discusión la hipótesis según la cual el "modelo
occidental" estaba destinado a conquistar las sociedades no europeas.
XII.2 LOS SISTEMAS FAMILIARES NO EUROPEOS NO HAN SIDO
OCCIDENTALIZADOS
XII.2.1 CHOQUES DE LA
MODERNIDAD Y LOS SISTEMAS FAMILIARES
Los diversos choques de
la modernidad, religiosa, política, económica, que sea exógena, como la
colonización, o incluso endógena, surgida de las revoluciones nacionales, no
han producido una familia con estructuras y modo de funcionamiento uniformes.
En Mesoamérica, la
conquista española abrió un campo de experimentación del Occidente moderno,
intentando someter los sistemas familiares
indios a la doctrina cristiana. El rechazo de la poligamia, la
imposición del sacerdote, representando el orden de los colonizadores intrusos,
la conyugalidad europea constituían verdaderas rupturas con relación a las
estructuras familiares indígenas. Semejanzas formales con las costumbres
prehispánicas, una manipulación de las reglas impuestas por las Iglesia
condujeron a la creación de un modelo autóctono original que sólo formalmente
respetaba los precepto cristianos. el concubinato y la poligamia resistieron la
imposición de la norma europea.
Los sociólogos de los
años sesenta veían en el imperio nipón el arquetipo de una sociedad
"tradicional" que adoptaba el sistema de la familia conyugal, bajo la
influencia de los valores occidentales. La distancia permite apreciar mejor, en
la actualidad, una situación compleja, hecho de sincretismos originales.
La industrialización, la
urbanización ciertamente, han nuclearizado la familia japonesa y multiplicado
los divorcios. Sin embargo, la ideología feminista que insiste en la fidelidad
de los miembros al grupo no han desaparecido. la lealtad se ha desplazado de la
familia a la empresa.
La industrialización,
mucho más brutal que en Europa, no ha alterado el sistema familiar antiguo de
modo tan drástico como podría creerse. Las relaciones con la familia extensa se
mantienen vivas. Los matrimonios continúan siendo, lo más a menudo arreglados.
El sistema educativo japonés, tanto en la familia como en la institución
escolar, rachaza la inculcación del individualismo. El niño es socializado para
que toma en consideración, antes que sus propios deseos, las necesidades de los
demás.
XII.2.2 LAS
MODERNIDADES NO OCCIDENTALES
La expansión de un modelo
único de familia occidental se apoya en la hipótesis de que el desarrollo de
cada país conoce o conocerá las mismas etapas que las que ha franqueado Europa
en el curso de su industrialización. Las mutaciones nacionales no
necesariamente siguen este esquema. La modernización de China.
El desarrollo de China,
país inmenso y pobre es original. Intenta apoyarse en su ruralidad, en lugar de
intentar la vía nipona de la industrialización y de la urbanización; se
trata para China, dominar el crecimiento
de su población.
La
"modernización" china sólo comporta signos superficiales de
occidentalización de la familia.
La familia china
tradicional está basada en una solidaridad de los linajes que se ejerce en
detrimento del estado, imperial y luego comunista. El matrimonio aparece como
una obligación con la finalidad de proporcional descendientes al linaje
paterno. Es acordado por los mayores.
La ley sobre el
matrimonio de 1950 instaura un control del Estado sobre la formación de las
uniones que deben, en lo sucesivo, con el pretexto de una mucha mejor libertad
de los cónyuges, servir a los intereses del grupo. Reformas mucho más radicales
fueron intentadas a lo largo del período del Gran Salto. La oposición a esta
innovación se conjuga en la extrema penuria de los años 1958-1960.
En los años ochenta, el
modelo "tradicional" y el control estricto del Estado se conjugan en
China con el fin de limitar el número de nacimientos.
El amor, aquí todavía,
está poco valorizado, una ley en 1980 imponiendo a los hijos la obligación de
asistir a sus padres y a sus abuelos, tanto paternales como maternales.
XII.2.3 DE LA
RESISTENCIA AL RECHAZO.
Los sistemas familiares
mundiales contemporáneos son el producto de sincretismos y de compromisos.
Reinterpretan y asimilan rasgos occidentales en su propia cultura.
Otros sistemas familiares
sufren transformaciones internas que no tienen nada que ver con una
occidentalización. Movimientos ideológicos y políticos poderosos, por último,
se expresan en el rechazo de los valores occidentales y particularmente
familiares. Así ocurre con los países musulmanes integristas. Es difícil hablar
de un sistema familiar africano, tan diferente son sus modos de filiación y de
matrimonio. Los efectos de la colonización después de la descolonización son
complejos. En los años 1950-60, los administradores se apoyan en el postulado
de la eficacia económica de una familia nuclear de tipo occidental, para
alcanzar el desarrollo, e intenta romper las solidaridades de linaje. La
dimensión del fracaso es la medida de la falsedad de esta hipótesis
sociológica.
El tiempo de las
independencias africanas marca un retorno hacia la puesta en valor de los
sistemas de linaje.
La urbanización no ha
erradicado más las estructuras tradicionales. Las migraciones de los jóvenes
hacia las ciudades les habían abierto a la influencia occidental, pero también
habían reforzado el sistema de linaje.
Los efectos de la
escolarización, al igual que los de la urbanización, son contradictorios: por
una parte, contribuyen a la eclosión en familias restringidas, pero, por otra,
los éxitos escolares o universitarios son integrados en las estrategias
simbólicas de la competición entre linajes.
Las migraciones de las
mujeres hacia las ciudades han sido numerosas, y los sistemas de linaje parecen
haber sido más puestos en peligro por las mujeres de los años ochenta que por
un siglo de colonización y descolonicación. Las mujeres rechazan el
sometimiento al linaje, rechazan a menudo la conyugalidad y la maternidad, lo
que constituye una revolución en la mentalidad africana.
La emancipación de la
mujer también está en el núcleo de los choques culturales entre sociedades
occidentales y sociedades musulmanas. El mundo árabe es una ciudadela en la cual
el tabique entre los dominios masculino y femenino es la llave maestra del
edificio familiar. La mujer continúa estando encerrada en el seno del hogar,
los matrimonios son arreglados dentro del marco de una endogamia tradicional
que solo retrocede en la ciudad. Apoyarse en los preceptos del Corán, rechazar
toda forma de occidentalización de la familia, constituyen en la actualidad
reivindicaciones políticas fundamentales.
Los acontecimientos
políticos no dan la razón a las previsiones de los sociólogos de la segunda
postguerra. Su confianza en la extensión internacional de los valores de la
libertar y del individualismo era portadora de una ideología: la conquista por
occidente del mundo se haría, sobre todo, por la difusión de los nuevos valores
familiares.
CONCLUSIÓN
El lazo político que
asocia la familia al estado está universalmente atestiguado. Ofrece, quizá, la
única definición del objeto familia que resiste a la diversidad de las
estructuras y sistemas. Una sociedad puramente contractual no puede existir y
es necesario que la familia, bajo la forma que sea, contribuya al
funcionamiento del sistema social .
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