Trastorno Límite de la Personalidad

El trastorno límite de la personalidad se caracteriza por patrones de inestabilidad en las relaciones, en la autoimagen y en el estado de ánimo, agravados por el miedo al abandono y la dependencia emocional.

¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?

Los Trastornos de la Personalidad se definen como patrones permanentes e inflexibles de experiencia interna y de comportamiento que se apartan de las expectativas culturales y del entorno de la persona. Hay diez Trastornos de la Personalidad descritos en el DSM-V recogidos en los grupos A, B y C.

El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se sitúa en el grupo B, caracterizado por conductas emocionales, erráticas e inestables. Los rasgos más característicos de este trastorno son patrones de inestabilidad en las relaciones, en la autoimagen y en la afectividad, además de una actitud impulsiva.

Cómo se detecta el trastorno límite de la personalidad?

Los criterios de diagnóstico que especifica el DSM-V son: patrón dominante de inestabilidad en las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos e impulsividad intensa, que comienza durante las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diferentes contextos. Se manifiesta por 5 (o más) de los siguientes hechos:

Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o percibido. Muchas personas que sufren TLP lo pasan mal cuando están solas, incluso en lapsos cortos, o cuando están rodeadas de gente. El temor a la soledad las hace especialmente vulnerables al abandono; también, en parte, porque a menudo necesitan una figura estable para calmar sus ansiedades y tener cierto sentimiento de seguridad en el mundo (dependencia emocional).

Relaciones personales inestables, con extremos de idealización y devaluación. Es frecuente que la persona idealice rápidamente a aquellos con los que se siente conectado, pero que esta actitud se revierta rápidamente al otro extremo, con comentarios hostiles o de rechazo; una manifestación indirecta de la dependencia. Pueden decir, por ejemplo, "no quiero verte" cuando en realidad quieren decir "no vayas, te necesito". Esto suele ocurrir cuando se sienten rechazadas o perciben que la otra persona no les presta suficiente atención, y cualquier pequeño detalle puede desencadenar esta sensación de traición y dolor en una persona que sufre TLP.

Alteración de la identidad y autoimagen inestable. Las personas que sufren TLP a menudo tienen problemas para asumir roles constantes y hacer elecciones ocupacionales, y suelen confundir los propios deseos y emociones con los de la persona o personas con las que tienen una relación íntima. Les cuesta ser constantes y a menudo adoptan rasgos de otros para "retener" su amor y se muestran muy variables en sus sentimientos.

Impulsividad en al menos dos áreas potencialmente nocivas para sí mismas. Por ejemplo, malgastar el dinero de forma compulsiva (incluso cuando no se lo pueden permitir), abuso de sustancias (para desconectar y "no pensar"), conducción temeraria o atracones de comida por ansiedad o para regular las emociones.

Comportamientos intensos o amenazas de suicidio recurrente, automutilación. A pesar de que estos comportamientos suelen percibirse como intentos de chantaje emocional, en realidad, en la mayoría de los casos, son la única manera en que la persona que sufre TLP ha aprendido a calmar sus emociones y afrontar situaciones difíciles. Esto ocurre debido a una falta de herramientas emocionales, y el objetivo real es "dejar de sufrir".

Inestabilidad afectiva por una notable reactividad del estado de ánimo. Los cambios de ánimo bruscos son frecuentes y suelen estar relacionados con las relaciones interpersonales. Las personas que sufren TLP suelen ver las cosas de color blanco o negro, y les cuesta integrar una percepción de las cosas y de las personas realista y constante.

Sentimientos crónicos de vacío. Se aburren con facilidad y constantemente buscan alguna actividad para llenar un vacío que definen como "desolador".

Ira inapropiada o intensa o dificultades para controlar la ira. Las respuestas impredecibles y las explosiones emocionales repentinas, a veces intensas y que asustan a las personas a las que están dirigidas. Estas conductas menudo van seguidas de sentimientos de culpa, y alimentan la mala imagen que tienen de sí mismos.

Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves. En momentos de estrés, las personas que sufren TLP se pueden volver extremadamente desconfiadas y pensar que los otros les quieren hacer daño. Muchos tienen la sensación de ser constantemente observados y juzgados.

¿Cómo actúo?

Si sospechas que padeces trastorno límite de la personalidad o que alguien de tu entorno puede tener, informarse sobre el trastorno para entender los motivos detrás de estos comportamientos es clave. La comprensión del entorno juega un papel relevante en el tratamiento y la mejora. Sin embargo, una persona con TLP necesita asistencia profesional para poder hacer cambios significativos, lograr relaciones sanas y estables y desarrollar herramientas que le permitan el bienestar emocional.

Referencias


https://www.inmens.es/articulo/trastorno-limite-de-la-personalidad

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