¿Qué hay detrás del distanciamiento entre padres e hijos? per Estefanía Grijota
Muchas veces, simplemente, se
trata de que los vínculos son complejos, la personalidad de los hijos también,
o que interfieren terceras personas
¿De qué hablamos cuando nos
referimos al distanciamiento familiar? La familia es una unidad formada por un
número de miembros que, en principio, son elegidos por los progenitores, el
padre y la madre, con el fin de crear un vínculo afectivo de amor y aprendizaje
mutuo, y que resulta para todos ellos una experiencia vital. Y es precisamente
durante esta andadura, y sobre todo en los primeros años de vida de los niños,
cuando se forjan los vínculos más profundos que serán los que continúen o no
para el resto de la vida. Porque el hecho de que exista un distanciamiento
entre padres e hijos, ya sea física o emocionalmente es bastante más común de
lo que se piensa y, en algunos casos, hasta saludable.
¿Por qué? Una teoría que
reforzaría esto, según el último informe sobre el tema realizado por Marcel
Lubbers, del Instituto Demográfico Interdisciplinario de los Países Bajos
(NIDI) y Eva Jaspers de la Universidad de Utrecht, cuestiona hasta qué punto
los padres influyen en las actitudes de sus hijos y en qué medida esta
influencia afecta a su conducta. Así, la investigación explora la importancia
de la transmisión de valores, creencias, tradiciones y actitudes de los padres
a sus hijos, tanto a través de acciones y reacciones deliberadas como a través
de la comunicación no verbal y ejemplos, y como tales influencias resultan en
la formación de actitudes y, por lo tanto, en las decisiones o no de
separación.
En el Reino Unido, por ejemplo, la
Stand Alone, una organización benéfica del Reino Unido que apoya a personas
separadas de sus familiares, sugiere que el alejamiento afecta al menos a una de
cada cinco familias británicas define el alejamiento familiar como la pérdida
de afecto que ocurre durante años o incluso décadas dentro de una familia, un
campo de estudio relativamente reciente, al ser mucho más habitual de lo que
pensamos. En Europa, sin embargo, los padres mayores y los hijos adultos
tienden a interactuar más y vivir más cerca unos de otros en los países, algo
que fundamentalmente es por una cuestión social y cultural.
El silencio, la distancia, las
heridas sin resolver o, simplemente, hijos egoístas
Para Valeria Sabater, psicóloga y
coaching de bienestar y salud, asegura que aparte de los maltratos o el
antagonismo en las creencias y valores existen motivos no tan aparentes que
también provocan el distanciamiento familiar. “Debemos asumir que hay hijos
que actúan de manera egoísta”, comenta. Existen madres tóxicas, padres
autoritarios, y también hay hijos adultos con comportamientos que desgastan a
sus familias, pero según la experta, existen muchas más razones por las cuales
ocurre un distanciamiento. “Puede que haya trastornos psicológicos detrás,
pero nunca en el cien por cien de los casos”, continúa.
Muchas veces, simplemente, se
trata de que los vínculos son complejos, la personalidad de los hijos también,
o que interfieren terceras personas que envenenan las relaciones y no saben
dirigirlas hacia buen puerto. “En ocasiones, las parejas de los hijos, o las
nuevas parejas de alguno de los progenitores, en el caso de una separación,
influyen en la relación directa entre padres e hijos y no precisamente para
bien”, argumenta Valeria Sabater. Pero, la mayoría de los casos de
distanciamiento se da por desapego, humillaciones, falta de apoyo, críticas o
autoritarismo excesivo. “Las heridas traumáticas se pueden curar, pero es
necesaria una reconciliación con uno mismo, y poner distancias es un ejercicio
de salud”, espeta.
Otra investigación publicada en
The Journals of Gerontology arroja otras conclusiones interesantes sobre el
tema como que, las visitas por parte de los adultos mayores disminuyen mucho
con la distancia geográfica, y que estas a su vez aumentan o se asocian con las
visitas de otros niños. El informe recalca la importancia de la interacción
entre hermanos y de cómo influye esta a la hora de las visitas tanto entre
hermanos, como la de estos con sus padres. Y aunque otra parte a analizar sería
el porqué de la decisión por parte de un hijo de irse a vivir a otro país, el
hecho es que esta distancia geográfica produce, irremediablemente, distancia
también emocional.
Ventajas de poner distancias
El informe del Stand Alone llegó a
la conclusión de que para más del 80% de las personas afectadas, elegir
terminar el contacto está asociado con al menos algunos resultados positivos
como la libertad y la independencia, un paso crucial lejos de un historial de
abuso. Y, a pesar de que la experta psicóloga Valeria Sabater recomienda en
casi todos los casos fomentar la comunicación, quizás el alejamiento es la
mejor manera de lidiar con las relaciones que resulten muy complicadas, y nos
afecten en nuestro día a día.
“Si las relaciones son tan
conflictivas, si están causando tanta angustia, tal vez la distancia sea la
forma más saludable para que los padres y los hijos adultos lidien con ella y
comiencen el camino de la sanación”, comenta. Parece obvio, aunque todavía
hoy las personas que lo sufren no puedan expresarlo sin sentir vergüenza. “Así,
solo se consigue que el hecho de cortar el contacto con un miembro de la
familia sea más doloroso debido a la forma en que la sociedad lo malinterpreta
y le atribuye vergüenza»
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