El 18% de los 'menas' caen en la delincuencia, según los Mossos per Guilem Sànchez


La policía activa en Barcelona el plan 'Polièdric' para contener los robos violentos de los 'niños de la calle'
El 82% de los 5.622 menores que llegaron sin tutores se integraron adecuadamente en el sistema de protección de la Generalitat

Los Mossos d’Esquadra han activado el plan 'Polièdric' para contener el complejo fenómeno de la delincuencia que protagonizan los 'niños de la calle' en Barcelona. La primera fase de la estrategia policial ha consistido en "conocer" la magnitud real del fenómeno a partir de los datos recabados desde enero del 2015. Desde ese año y hasta el pasado 2018 aterrizaron en Catalunya 5.622 menores sin referentes familiares ni documentos de identidad. A cada uno de ellos, los agentes les tomaron la huella dactilar para filiarlos. Según ha cuantificado la policía catalana, el 18% ha cometido algún tipo de delito desde su llegada. Un porcentaje que, según fuentes policiales, demuestra que es un "error" criminalizar a los menores extranjeros no acompañados ('menas', por sus siglas) dado que el 82%, su inmensa mayoría, sí logra integrarse en el sistema de protección de la infancia. 
  
El desafío que afrontan, hasta la fecha sin suerte, las autoridades catalanas lo plantea este 18% de jóvenes, cuya tutela sigue correspondiendo -salvo los que ya son adultos- a la Generalitat. Es complejo, subrayan todos los actores implicados: los educadores sociales no pueden retenerlos en los centros de acogida pero fuera de estos caen en una espiral autodestructiva –que incluye en muchos casos la adicción a la cola– y se han convertido en un problema de seguridad para el resto de ciudadanos.

Los menas que delinquen presentan una tasa de reincidencia de 3,9. Es decir, cometen una media de 4 delitos anualmente. El 12%, además, perpetra ilícitos considerados graves: casi siempre robos violentos de teléfonos, carteras o relojes.

Asistencia y prevención

La intervención que prepara la comisaria de Barcelona, aseveran fuentes policiales, se articula a través de dos objetivos. Uno asistencial y el otro preventivo. El primero regula que los agentes deben intervenir cada vez que detecten a un menor inhalando cola para ponerlo en contacto con educadores de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA), responsable de todos ellos. O que los Mossos deben sacar de la calle a cada 'mena' de menos de 14 años al que identifiquen en la vía pública.

En realidad, matizan, "son cosas que ya hacemos, que no nos corresponden y que ahora oficializamos que asumiremos". El segundo, de intervención policial, se centrará en aquellos que ya son mayores de edad y sobre los cuales sí puede aplicarse una mayor presión disuasoria. "Actuar sobre los mayores también nos permitirá alejar de los pequeños referentes delincuenciales que ahora les inspiran en el sentido erróneo". 

Los robos con violencia e intimidación han aumentado en Barcelona durante los últimos meses y diversas fuentes policiales –aunque ninguna lo hace oficialmente– mantienen que tal ascenso guarda relación con el 18% de 'menas' que se han enquistado en las calles de las principales ciudades, sobre todo las de la capital catalana. Duermen a la intemperie –en asentamientos en la ladera de Monjtuïc, en pisos ocupados o en plazas públicas como la de Jardins de Sant Pau– y asaltan a turistas –o autóctonos- para sustraer teléfonos móviles, carteras o relojes.

"No son carteristas experimentados en el hurto al descuido -aunque este delito leve sigue siendo el que más cometen-. Los menas que delinquen actúan en grupo y bajo los efectos de los vapores tóxicos que inhalan. En cuanto la víctima se percata de que le están robando, usan la violencia y, en muchos casos, esgrimen navajas", explican fuentes policiales. La zona más frecuente es la de ocio del Port Olímpic y sus objetivos más propicios, los turistas ebrios que salen de discotecas y locales de música.

La información que ha recogido la policía ha anotado los lugares en los que se han detectado asentamientos de niños de la calle en Barcelona. El punto más frecuente es la ladera de Montjuïc, junto al barrio de Poble Sec. Ha habido también campamentos en el Pou de la Figuera, Barceloneta, Estació del Nord y la Ciutadella. El plan 'Polièdric' detalla que ante el hallazgo de barracas de menores, los policías deben activar a los servicios sociales para desmontarlas.

La crisis de las comisarías

En setiembre del 2018, el colapso de los centros de acogida provocó que se acumularan en las comisarías los menores que dormían en el suelo a la espera de una plaza en la DGAIA. Afloró así el repunte de niños desamparados que recogen los datos de los Mossos: cada año se ha doblado la cifra anterior. De los 377 que llegaron en el 2015, el recuento del 2018 se cerró con una cifra récord de 3.850 menores. En su mayoría, provienen de Marruecos.

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