La Generalitat atenderá en Collserola a los menores migrantes recién llegados per Elisenda Colell


Afers Socials impulsa un plan piloto para evitar que esos chicos tengan que vivir en comisarías
El centro, gestionado por la Creu Roja, está pensado para una estancia máxima de 24 horas

Casi dos años después de plantearse el reto, la Generalitat abrirá la próxima semana un Centro de Atención Inmediata (CAI) para que la primera acogida de los niños que llegan solos a Catalunya no sea en una comisaría, sino en un centro humanitario. El recinto tiene 50 plazas y lo gestionará la Creu Roja. "Vamos a hacer una acogida de más dignidad, respetando los derechos humanos y de los niños", ha explicado la secretaria general de Infància, Georgina Oliva, esta lunes por la mañana en una visita al dispositivo. La ubicación provisional será en la sierra de Collserola, aunque Afers Socials espera poder instalar el equipamiento definitivo en la ciudad de Barcelona.

Varias entidades sociales pusieron sobre la mesa en el 2017 la posibilidad de que los menores extranjeros no acompañados (menas) debían tener un espacio provisional antes que se les asignara un centro. Una vez convertido en una realidad, la intención es que no se trate de un "centro de menores convencional, sino de un dispositivo humanitario", en palabras del coordinador de la Cruz Roja en Catalunya, Enric Morist.

No como centro de reubicación

De momento es un plan piloto, provisional, y a finales de octubre la Generalitat decidirá si lo mantiene abierto. No está pensado para reubicar los 'niños de la calle', sino solamente para aquellos adolescentes acabados de llegar. "Aunque si se presentan aquí, les vamos a acoger como es nuestra obligación", ha manifestado la secretaria de Infància.

El equipamiento, que ha podido visitar EL PERIÓDICO, es un gran edificio de tres plantas ubicado en el término municipal de Sant Cugat del Vallès. Hace unos años este inmueble había sido una residencia para personas con discapacidad. La casa pertenecía al Ayuntamiento de Barcelona, que la cedió al Govern.

Mossos en el centro

El primer control que pasarán los chicos al llegar lo efectuará un vigilante de seguridad. Dos mossos d'esquadra les estarán esperando, en un despacho en el interior, para identificarles. Los agentes, que no irán uniformados, les harán una primera entrevista, localizarán su documentación, les tomarán las huellas dactilares y tramitarán su expediente para asumir la tutela de los chicos. Además, no se descarta ofrecerles apoyo jurídico en caso que se considere necesario, por ejemplo a aquellos niños que merezcan ser reconocidos como refugiados.

"También será un espacio para reducir sus expectativas, poderles explicar con calma lo que les va a ocurrir, dónde tendrán que ir y saber qué esperan ellos de su viaje", ha explicado la secretaria. Luego serán vistos por un servicio de enfermería, se podrán duchar y cambiar de ropa, además de recibir atención psicológica. Según la Creu Roja, sumados todos los turnos, trabajarán cerca de 40 profesionales.

Se trata de un recorrido muy distinto al que existe hoy en día, pues ahora los chicos pasan sus primeras horas en las salas de espera de las comisarías de los Mossos, que no están adaptadas para pernoctar, y no reciben atención médica ni psicológica hasta que pisan el centro de menores.

Tumbonas para dormir

El espacio de descanso también está pensado solo como un dispositivo de emergencia. En vez de camas con colchones, hay hamacas con mantas para el descanso. "La idea es que pasen aquí las mínimas horas posibles, pero que puedan reposar", ha explicado la secretaria. De hecho, el servicio imita la atención que presta la Creu Roja en las costas andaluzas y canarias cuando atienden a personas que viajan en patera.

Pensado para situaciones de emergencia, Govern y Cruz Roja han instalado tumbonas para el descanso de los niños en su primera estancia. / ricard cugat

La diferencia aquí es que los chicos aguardarán hasta que la Generalitat les encuentre una plaza en el sistema de acogida de protección de menores. La mayoría irán a centros de emergencia o de primera acogida. La incógnita está en saber cómo serán detectados y trasladados hasta allí. El centro está a media hora en coche desde Barcelona, unos 17 kilómetros desde la Ciutat de la Justícia, donde se encuentran los agentes hasta hoy encargados de su identificación en la Fiscalía de Menores.

"Estamos trabajando en un protocolo para coordinar a los Mossos, a los vehículos de traslados de Infància y a los de la Cruz Roja". De momento, no hay un plan detallado y no está claro si la encargada de conducirlos hasta allí va a ser la policía, quien los detecta en la calle, o si serán la Creu Roja o la Infància quienes vayan a recogerles a las comisarías.

Además de la atención médica y legal, los menores podrán disponer de una sala para hacer actividades, otra para mirar la tele, cargar el móvil y conectarse a internet. "Es una de las cosas más importantes para ellos, poder llamar a la família y explicarles donde están", ha señalado Oliva.

Este centro es "provisional", en palabras de la misma sectretaria general. "Queremos construir este centro en Barcelona, donde llegan el 90% de los menores migrantes no acompañados", ha señalado Oliva. La secretaria ha explicado que, aunque cuentan con el apoyo del ayuntamiento, aún no han localizado el espacio adecuado. "Hemos querido abrir este centro de forma piloto para cubrir la llegada de este verano", ha detallado Oliva. De hecho, está previsto que en los próximos tres meses lleguen a este centro 1.800 menores que tendrán que ser acogidos por el Govern.

Dos años de espera

Hace ya más de dos años que varias entidades sociales plantearon a la Generalitat (en aquel momento a la Conselleria de Justícia y Afers Socials), la necesidad de abrir un centro en la Ciutat de la Justícia para que los niños migrantes que llegaban tuvieran un espacio donde ser atendidos durante las primeras horas. El Govern aceptó estudiar la propuesta, pero ya aquel verano las llegadas fueron de tal magnitud que, ante la falta de plazas de los centros de protección, los niños empezaron a dormir en la sala de espera de la Fiscalía de Menores. Llegaron a ocupar los calabozos, aunque ninguno de ellos había cometido delito alguno.

La primera ubicación estudiada para albergar este espacio fueron los pisos adyacentes a la Ciutat de la Justícia. La presencia de okupas que habitaban el lugar, sin embargo, hizo descartar la idea. La aplicación del artículo 155 hasta que no se pudo formar un nuevo Govern hizo prácticamente imposible una propuesta alternativa. Al verano siguiente, los niños siguieron durmiendo en la Ciutat de la Justícia, hasta que a mediados de junio la juez decana estalló y prohibió su presencia por la noche.

El Govern intentó entonces abrir un centro de atención inmediata en una antigua escuela de Hostafrancs, en Barcelona, a través de una entidad religiosa. Pero las protestas vecinales, la falta de medios y de permisos municipales obligaron a cerrarlo a las pocas semanas de existir. Los despachos de Infància sirvieron de hogar de los menores, hasta que en septiembre del 2018 la entonces directora de Infància autorizó que los niños durmieran en cualquier comisaría de los Mossos d'Esquadra.

El último intento para ubicar este centro de atención inmediata en Barcelona fue el pasado mayo. El Govern propuso instalarlo en un solar de la Zona Franca. Los vecinos, que no sabían nada, protestaron con contra la creación del centro. Fue la enésima manifestación contra la presencia de estos menores, que también han vivido en localidades como Rubí, Masnou, Callella, Canet o Castelldefels con más o menos episodios de violencia.

Al fin, y de forma provisional, la ubicación elegida ha sido la sierra de Collserola. La casa de estos adolescentes vulnerables será enmedio del bosque. Apenas habrá vecinos que se puedan quejar de su presencia.



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