La terapia asistida con animales: una nueva dimensión en la rehabilitación neuropsicologica


Históricamente los animales han formado parte de programas terapéuticos. Los griegos, ya daban paseos a caballo como parte de las terapias para aumentar la autoestima de las personas que padecían enfermedades incurables. Los egipcios, atribuían a los animales la capacidad de curar diferentes dolencias. Hipócrates, médico griego (460 - 377a. C.) consideraba que la actividad con caballos era “muy relajante” para sus pacientes.

En el siglo XVII, el caballo era un compañero más, en las terapias de tratamiento y rehabilitación de discapacitados y en instituciones mentales de Europa incorporaban al gato porque “tranquilizaba” a los pacientes internados.

En 1669, John Locke ya defendía que la relación con los animales tenía una función socializadora. A partir de este momento empezaron a promulgarse las primeras teorías sobre la influencia positiva de los animales de compañía en enfermos mentales.

Reisenger, en 1730, relata cómo se entrenó a un perro tanto para ayudar a la movilidad, como para localizar objetos, buscar entrada, puertas, etc.

Sigmund Freud, médico y psiquiatra austríaco, (1856-1937) realizaba sus consultas acompañado por su perro porque le facilitaba la comunicación con el paciente.

En 1792, en Inglaterra, en el Retreat de York, fundado por la “Society of friends”, se utilizaron animales en terapia. Desde su fundación William Tuke, pionero en el tratamiento de personas con enfermedades mentales, intuyó que los animales podían proporcionar, valores humanos en enfermos de tipo emocional, aprendiendo autocontrol, mediante refuerzo positivo.

En el siglo XIX, la literatura médica, ya contenía referencia sobre la bondad de montar a caballo, para tratar la gota, trastornos neurológicos, y la baja autoestima.

En 1859, en Notes of Nursing, Florence Nightingale escribió;

“Un pequeño animal de compañía, es a menudo, una excelente terapia contra la enfermedad, y especialmente para la enfermedades hospitalarias de larga duración. Un pájaro en su jaula, es a menudo, el único placer para una persona que está inválida durante años en la misma habitación. Poder alimentarle y limpiarle él solo, le ayuda a recobrar la autoestima y le anima a hacer otras cosas”.

Posteriormente en 1897, en Bethel, Bielfield, Alemania, los animales intervinieron en el tratamiento de personas con epilepsia.

Entre 1944 y 1945, se utilizaron terapias asistidas por animales de compañía, para la rehabilitación de aviadores del Army Air Convalescent Center, en Pawling, Nueva York. En este programa se utilizaron los animales como una distracción de los intensos programas terapéuticos, a los que eran sometidos los aviadores.

El Dr. Samuel B. Ross, en 1948, fundó en Nueva York el centro Green Chimneys, una granja para la reeducación de niños y jóvenes con trastornos del comportamiento mediante el trabajo con los animales.

Pero fue en 1953, cuando Boris M. Levinson, médico y psiquiatra estadounidense, gracias a un golpe del destino, planteó las bases de la Terapia Asistida o facilitada por Animales; Su perro Jingles, que siempre estaba con él pero nunca con los pacientes, un día se le escapó y fue a la puerta a recibir a un paciente que Levinson estaba esperando. Se trataba de un niño que iba acompañado de su madre al que tenía que diagnosticar. El niño había pasado ya un largo proceso terapéutico sin lograr ningún éxito, mostrando síntomas de retraimiento creciente. Sin embargo, ese día, el niño y el perro conectaron e interactuaron de tal modo que Jingles, sesiones más tarde, ejercería de coterapeuta en el tratamiento del niño. En 1962, Levinson publicó el primer trabajo sobre el tema: “The dog as a co-therapist”, posteriormente “Pet-Oriented Child Psychotherapy” (1969) y “Pets and Human Development” (1972).

Kerlikowoski, en 1954 introdujo animales en un pabellón pediátrico, entre ellos se incluían pájaros, conejos y hamsters; los resultados no sólo mostraron que los niños querían a los animales, sino que aprendieron a cuidarlos y en el proceso se volvieron menos introvertidos y menos deprimidos, mejorando su autoestima.

En 1966, Erling Stordahl, músico invidente, fundó el Centro Beitostolen, en Noruega. Su objetivo era el tratamiento de personas invidentes y personas con discapacidad física, con terapia asistida con perros y caballos.

En los años 70 y empujados por el trabajo de Levinson, Samuel y Elisabeth Corson, se embarcaron en un programa para evaluar la viabilidad de la terapia asistida por animales en un entorno hospitalario, obteniendo excelentes resultados. Para ello emplearon perros en un hospital psiquiátrico con 50 pacientes que no respondían al tratamiento tradicional, obteniendo un aumento de la comunicación y la autoestima, además de independencia y capacidad de asumir responsabilidad para el cuidado de los animales.

A partir de entonces aparecen múltiples estudios científicos publicados en revistas como Journal of Children Adolescent Psychiatry, Nursing; Journal of Gerontology Nursing; Journal of Psychosomatic medicine; Neuropsychology, etc. que demuestran la efectividad de la Terapia Asistida por Animales.

La terapia asistida con animales comenzó a utilizarse en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Canadá, países que investigaron los beneficios físicos, psicológicos y sociales del vínculo humano-animal, y su influencia positiva en el tratamiento de distintas patologías físicas y/o mentales.

En 1977, se crea la I.H.A.I.A.O (International Human-Animal Interaction Organization), que engloba a asociaciones de diferentes países, celebrando conferencias internacionales donde se exponen los resultados y las últimas experiencias llevadas a cabo por los mejores expertos en Terapias Asistidas con Animales.

En 1980 E. Friedman, J. Lynch y S. Thomas publican un estudio titulado "Animales de compañía y supervivencia en pacientes un año después de salir de una unidad de cuidados coronarios", en el que concluyen que la relajación, menor inquietud autonómica y longevidad aumentada, lo propiciaban las mascotas, aumentando la comunicación y facilitando que la persona deje de vivir separada del entorno y formando parte del mundo. Dos años antes, el Dr. Aaron Katcher, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Pensilvania, ya había realizado un estudio similar con buenos resultados.

En 1991 Anderson y col., publica "Propietarios de mascotas y factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares", cuyos resultados mostraban que los pacientes que tenían mascotas presentaban menores cifras de tensión arterial, colesterol y triglicéridos.

También en 1991, el estudio de James Serpell "Efectos beneficiosos en los propietarios de mascotas en varios aspectos de la salud y comportamientos humanos" evidenciaba menos problemas de salud y aumento de autoestima.

Varios estudios, como los de Aubrey H. Fine (2005), Cusack (2003) o Lan Robinson (1995), han demostrado que la presencia de un perro disminuye considerablemente el estrés, la hipertensión arterial, la sensación de soledad y ayuda a la persona a socializarse y a mejorar su estado anímico.

En septiembre de 1998, se celebró la 8ª Conferencia Internacional de Interacción entre Hombres y Animales en Praga, con la intervención de la Dra. Karen Allen, de la Universidad de Nueva York. En dicha conferencia se señaló que el 32% de los psiquiatras en Estados Unidos, utilizan animales de compañía como complemento en sus terapias psicológicas obteniendo muy buenos resultados.

En la actualidad, un gran número de universidades en EEUU disponen de Cátedras o Planes de Estudios en relación a la terapia asistida con animales; Universidad de Pensilvania (Filadelfia), Tufos University, North Grafton, Universidad de Purdue, West Lafayette, Universidad de Southampton y la Universidad de Cambridge, en Inglaterra.

En España se fundó 1987 Gallina Blanca Purina (desde 2002: Fundación Affinity), pioneros en España en la implantación y financiación de programas de terapia asistida por animales. Estos programas van dirigidos a personas marginadas por la edad (ancianos), la delincuencia (centros penitenciarios), sus capacidades (niños autistas, hipoacúsicos, disminuidos), o por la enfermedad (sida, pacientes psiquiátricos).

La Fundación ONCE del perro-guía se creó en 1990, pertenece a la Federación Internacional de Escuelas de Perros Guía, e inauguró la escuela de perros-guía de la ONCE el 26 de mayo de 1999 en Boadilla del Monte. Es el mayor centro de adiestramiento de perros para invidentes en Europa, con una capacidad de adiestramiento de más de un centenar de perros al año. (Martínez Abellán
2003, 2004).


La Fundación Bocalán, es una de las entidades más conocidas, tanto en el ámbito nacional como internacional, dedicadas al mundo del perro. Esta Fundación, se encarga de formar a profesionales caninos y al desarrollo de programas para la integración de personas con discapacidades, a través de la terapia asistida con animales (TAA). Esta Fundación tiene implantados programas en España, EEUU, Colombia, Chile, Venezuela, Portugal y Japón.

Asociación Nacional de Terapias y Actividades Asistidas por animales (ANTA). El objetivo de esta asociación es fomentar la terapia asistida por animales y para ello trabaja con perros de servicio para personas con discapacidades intelectuales y psicológicas, físicas y/o sensoriales y para personas mayores. La Coordinadora Nacional de Asociaciones de Animales de Asistencia y Terapia (CONAT), incluye la Asociación Nacional de Terapias y Actividades Asistidas por Animales (ANTA), la Asociación Española de Perros de Asistencia (AEPA) y la Asociación Proyecto Animal.

Fundación Caballo Amigo y la Fundación Tiovivo, utilizan la rehabilitación ecuestre (equinoterapia o hipoterapia) en niños con Síndrome de Down, parálisis cerebral o espina bífida. (Martínez Abellán, Hernández y Arnaiz, 2001)

La terapia con delfines, instaurada desde hace años en Escocia (Dr. Horace Dobbs), Florida (Dr. David Nathanson), o Italia, también se realiza en España con buenos resultados en casos de personas con depresión, trastornos de la comunicación, autismo y otras discapacidades (Fundación Delfín Mediterráneo en Gerona, Delfinario Octopus en Tenerife). (Martínez Abellán, 2001, 2002).

AEPA (Asociación Española de Perros de Asistencia); Su principal objetivo es adiestrar perros de asistencia para entregarlos a personas discapacitadas e informar sobre la utilización de estos perros.

AIAP (Asociación de Intervenciones Asistidas con Perros); Nació con la idea de fomentar y difundir las Intervenciones (Terapia, educación y actividad) Asistidas con Perros como método terapéutico y educativo, en personas con discapacidad o necesidades especiales. Actualmente también utilizan otros animales.

En los últimos años, los programas de Terapia Asistida con Animales (TAA), han gozado de una gran impulso y difusión en nuestro país (Estivill, 1999). La Terapia Asistida por Animales de Compañía, también se emplea en el ámbito de la Pedagogía Hospitalaria, para mejorar la calidad de vida de los enfermos (Martínez Abellán 2002). La terapia asistida con animales está experimentando en la actualidad un gran desarrollo dentro y fuera de nuestro país. Existen programas de Terapia Asistida por Animales en todo el mundo desarrollado (Beck, 2000).
¿Qué es la Terapia Asistida con Animales?

La terapia asistida con animales (TAA), es una intervención directa y con objetivos prediseñados para situaciones de dependencia funcional, alteraciones psiquiátricas o trastornos de conductas, donde participa un animal que reúne criterios específicos, como parte indispensable del tratamiento. Se realiza en gran variedad de entornos, de manera individual o en grupo, valiéndose para ello de diferentes animales. Se necesita la presencia de un profesional que se encargue del manejo del animal junto a un equipo de profesionales sanitarios. Todo el proceso ha de ser previamente diseñado y posteriormente evaluado. (Tucker, 2004)

La TAA sirve para apoyar y no reemplazar las terapias convencionales.

La diferencia fundamental entre la TAA y las AAA (Actividades Asistidas con Animales), es que la terapia asistida ha de ser dirigida y documentada por un profesional especializado. Por el contrario, las actividades asistidas se pueden llevar a cabo también por voluntarios, presenta un carácter más espontáneo y menos regulado. Son aquellas actividades en las que interviene algún animal para proporcionar a los usuarios beneficios motivacionales, educativos y/o recreativos, con el fin de aumentar la calidad de vida. Aquí los avances no son necesariamente registrados y no existen unos objetivos concretos.

La TAA va dirigida a niños/adolescentes con autismo, Síndrome de Down, discapacitados físicos o psíquicos o con necesidades especiales, problemas del lenguaje, trastornos de la conducta, trastornos de hiperactividad y déficit de atención (TDAH), trastorno generalizado del desarrollo (TGD), trastornos sensoriales y de propiocepción o problemas motores, niños que han sufrido abusos, mujeres maltratadas, tratamiento de delincuencia, adicciones, violencia familiar, violencia carcelaria, trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima, inseguridad, dificultades de adaptación, problemas de socialización, daño cerebral adquirido, esclerosis múltiple, distrofia muscular, enfermedades crónicas (cardíacas, oncológicas, mentales), hipertensión, parálisis cerebral, Alzheimer, Parkinson, aislamiento, falta de motivación, problemas de motricidad, deterioro cognitivo o discapacidad visual/auditiva, entre otros.

Beneficios Físicos
  • Incrementa la actividad física y mejora las habilidades motoras, el equilibrio y la coordinación. Mejora las sesiones de Fisioterapia.
  • Disminuye el estrés, la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, previniendo y ayudando en una recuperación más rápida, tras intervención o enfermedades graves, sobre todo cardiovasculares.
Beneficios Psicológicos
  • Aumenta la autoestima y las interacciones sociales. Desarrolla sentimientos de empatía y respeto hacia otros y habilidades de ocio.
  • Impulsa el desarrollo de la autonomía, responsabilidad, confianza, seguridad y sensación de sentirse útil. Aumenta la estabilidad emocional mejorando la salud mental.
  • Estimula la memoria, atención y concentración.
  • Estimula el lenguaje, fomenta el uso de nuevos términos, mejora el conocimiento de conceptos y el cálculo.
  • Reduce la ansiedad, el estado depresivo y el sentimiento de soledad
  • Disminuye los comportamientos agresivos o manifestaciones de hiperactividad, mejorando el control de impulsos.
  • Facilita la intervención con pacientes muy resistentes y que antes no habían respondido con mejoría a otros tratamientos más convencionales.
  • Es más rápido y sencillo conseguir los objetivos terapéuticos, ya que aumenta la motivación, implicación e iniciativa.
Cómo consigue la Terapia asistida con animales (TAA) una estimulación neuropsicológica en las diferentes áreas; un ejemplo de sesiones:

En las sesiones de TAA se realizan diferentes actividades, cuyo objetivo principal es la estimulación de diferentes áreas cerebrales afectadas, para conseguir que el paciente pueda alcanzar una mejora en la calidad de vida y en función de cada caso, cierta independencia en el manejo de la misma.

Para la estimulación motora. Se acaricia, cepilla, pone y quita la correa al perro, le tira la pelota, le pasea, limpia el material, ejercicios de coordinación, realiza circuitos de psicomotricidad (pasar por debajo de un aro, saltar obstáculo, etc), imitación de posturas (sentado, tumbado etc.).

Para estimular memoria y atención. Se memoriza el nombre del animal, focaliza la atención sobre el animal, aprende las partes del cuerpo, se le indica que invente una historia con el perro, aprende a conocer a los animales, sus costumbres, necesidades, cómo cuidarlos, se trabaja la discriminación de objetos, colores, letras, clasificaciones, mediante el lanzamiento de objetos al perro, etc.

Para estimular el lenguaje. Se le indica que hable y escriba sobre el animal, se le enseña a dar órdenes gestuales y verbales (pedir que venga que se siente, que coja un objeto, pedirle que salude, que se tumbe, etc.), expresar la comunicación postural del animal, etc.

Para estimular habilidades sociales. Interacción con el animal, jugar con él, hablar del animal y de sus costumbres a los demás, etc.


Para el control de impulsos. Trabajar los tiempos de espera con diferentes actividades.

Para trabajar autoestima. Controlar al perro, guiarlo, realizar tareas que impliquen un alto porcentaje de éxito.

Para asumir responsabilidades. Dar de comer, saber cuándo hay que darle de beber, preparar al animal el sitio donde tiene que descansar, etc.

Para el control psicofisiológico. Relajación junto al animal, tumbarse y escuchar los latidos y la respiración del animal, la temperatura corporal etc.

Terapia Asistida con Caballos: Equinoterapia, hipoterapia o equitación terapeútica
La hipoterapia “es una forma especializada de terapia física que utiliza equinos para tratar a personas con trastornos del movimiento, asociados a varias afecciones neurológicas y neuromusculares, tales como parálisis cerebral, accidentes vasculares, esclerosis múltiple y traumatismos cerebrales, trastornos Psico-neuro-inmuno-endocrinológicos, trastornos psiquiátricos y psicológicos, sociópatas, alteraciones de la percepción sensorial, niños autistas y con síndrome de Down” (National Center for Equine Facilitated Therapy de EE.UU). Surgió en Europa después de la II Guerra Mundial, al reconocerse como un tratamiento altamente exitoso tras dos epidemias de poliomielitis.

Investigaciones recientes sobre la terapia con caballos las podemos encontrar en “Pediatric Physical Theraphy. 2011”; “Archivos de Neuro-Psiquiatria 2011”; Disability and Rehabilitation. 2012.

Además de los beneficios señalados anteriormente, de manera específica con el caballo, se estimulan las siguientes áreas
  • Estimulación de la sensopercepción táctil y aumento del flujo sanguíneo, debido al calor corporal del animal (38ºC), relajando la musculatura y los ligamentos.
  • Transmite impulsos rítmicos al cinturón pélvico, la columna y los miembros inferiores estimulando la motricidad. Regula y fortalece el tono muscular y desarrolla el movimiento coordinado y el equilibrio.
  • Representa el patrón de la marcha en la corteza cerebral y con el tiempo se automatiza, lo cual posibilita su transferencia a la marcha pedestre.
  • Facilita la contracción/relajación simultánea de agonistas y antagonistas, mejorando en la respuesta de inervación recíproca, que se encuentra debilitada en las lesiones del SNC y volviéndose más rápida la información propioceptiva.
  • Proporciona una estimulación multisensorial.
  • Mejora la autoestima, el autocontrol de las emociones y la autoconfianza por la sensación de impulso hacia delante y de avance.

Terapia Asistida con Delfines: Delfinoterapia


Las primeras investigaciones donde se utilizaron delfines con niños discapacitados, fue en Estados Unidos, en 1978 y desde entonces han venido descubriéndose sus beneficios terapéuticos.
Indicado para pacientes con Síndrome de Down, parálisis cerebral, retraso psicomotor, autismo, depresión, niños con TDAH, personas con epilepsias, enfermedades crónicas y terminales, accidentes vasculares.

Además de los beneficios señalados anteriormente, de manera específica con el delfín, se estimulan las siguientes áreas
  • Estimulación auditiva; a través del sonido que emiten (ecolocalización), estimulan las ondas alfa y theta, activando y sincronizando el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales, autorregulando los procesos corporales.
  • Reduce el dolor de enfermedades crónicas y fortalece el sistema inmunológico.

Terapia Asistida con Perros: Cannoterapia
Los beneficios de la cannoterapia, además de los señalados con anterioridad, de manera específica con el perro se consiguen los siguientes resultados;
  • Mejora de las expresiones faciales en la población con Parálisis Cerebral.
  • En casos de daños cerebrales y motores severos, los pacientes logran efectuar movimientos con el fin de acariciar al animal.
  • Sirven como apoyo para personas con dificultades en la movilidad, parálisis y deficiencia visual (perros guías).
  • Incrementa la sensación de seguridad en el medio
El intercambio afectivo con el animal mejora el estado emocional del propietario que se siente acompañado y se mantiene activo porque debe llevarlo de paseo y asumir la responsabilidad de su cuidado, aumentando así la seguridad en sí mismo (Katcher, A. H. 1985).

Están en investigación la capacidad de algunos perros para preveer crisis epilépticas y la intervención en hipoglucemias (Lim K, Wilcox A, Fisher M, Burns-Cox C, 1992). La estimulación sensorial es muy importante en enfermos en coma, y en EE.UU. se emplean animales en algunos centros con estos pacientes.

Autismo
El uso de perros en personas con trastorno de espectro autista comenzó en Canadá hace 10 años a través de Nacional Service Dogs, que desarrolla un programa de perros de asistencia para ayudar a una mejor integración en sociedad de los niños con autismo y un mejor control de sus impulsos, reduciendo comportamientos de fuga y mejorando la calidad de vida de sus familias.

Algunos de los proyectos en España son: El proyecto Blick: TAA - Conductual - autismo, (Centre Batega i Ctac); Fundación Bocalan junto con la División de Salud Animal de Bayer HealthCare (2010), Escuela Nostre Món (Mataró, Barcelona), Centro de Día “La Safor” de Potries (Valencia), perteneciente a la Asociación Pro-minusválidos Psíquicos de la Safor (ASMISAF) y dedicado a personas con discapacidad intelectual (2010).


La utilización de perros en el tratamiento del autismo se está mostrando altamente beneficiosa. Los perros por sí mismos no constituyen una terapia, sino un instrumento de la misma, vehículos de mediación entre el terapeuta, el familiar y el niño.

La terapia en estos casos consigue estimular en el niño la comunicación ya que le resulta más fácilmente reconocibles las señales que emite el perro, al utilizar una sola vía de comunicación, la visual y al emitir señales y mostrar actitudes más simples; para comunicarse, usan la posición y orientación de sus orejas, la posición y el movimiento de su rabo, la dilatación de sus pupilas, el erizado del pelo, etc.

En cuanto a la seguridad, el propio perro es en sí mismo el objeto transicional, proporcionándole una estimulación constante, que le permite estar más seguro en situaciones de ansiedad y desorganización, evitando conductas de fuga y favoreciendo un proceso de integración sensorial contribuyendo a la aparición de respuestas adaptativas y aumento de la autoestima y competencia social.

Durante el paseo, el perro también estimula el desarrollo psicomotor y con un ritmo que al niño le proporciona calma y le permite interactuar mejor con el entorno.

Un estímulo tan saliente y llamativo como es un animal, incrementa aspectos como la atención, la concentración, el contacto visual y la transición entre actividades. Los niños con autismo reflejan una importante mejora en los patrones de sueño, tanto por la estimulación sensorial y el tacto profundo que ofrecen los perros, como por la especial empatía que existe entre los dos tras un periodo de adaptación.

Tras el desarrollo de la TAA se registran las siguientes reacciones positivas: contacto ocular, contacto físico, disminución de la ansiedad, conductas espontáneas (coger la correa, acariciar al perro…), juego espontáneo, actividad espontánea, pasearlo con la correa, pedirle comportamientos, darle de comer, etc.

En la conferencia, The Arts and Sciences of Human-Animal Interaction, 2012, Murray Edwards College, Cambridge, se confirman los beneficios de la TAA.

Ancianos
En España, la Fundación Affinity ha sido la principal impulsora de las iniciativas que recurren a la compañía de los animales para proporcionar una mejor calidad de vida a los ancianos.

En 1991, Verderber, y más adelante otros autores, evidenció que los ancianos con Alzheimer se benefician del contacto con animales en su entorno, puesto que los animales hacen que éste sea más placentero y propician las conductas sociales. En otro estudio (Fritz, Farver, Kass y Hart, 1995), la interacción con el animal redujo la agresión verbal.

En la Universidad de Nebraska, las investigaciones dirigidas por Mara M. Baun con TAA, confirmaron en pacientes de Alzheimer y enfermedades afines, que produjeron una reducción de la agitación y un aumento de la socialización, atención, sonrisas, contacto táctil, miradas dirigidas y verbalizaciones.

Los efectos positivos de la TAA también se ha demostrado empíricamente en residencias de Maryland (American journal of Alzheimer´s Disease and other Dementias, 2010). Otras investigaciones en el mismo sentido Gerontologist, 2010; Academy of Health Care Management Journal. 2011; International Psychogeriatrics, 2011.

En España, en diferentes Residencias de ancianos; Residencia de Gent Gran de Reus (Catalunya), Parc Serentill (Cataluña); Residencia de Felanitx, (Mallorca, 2002), quedó demostrada la influencia positiva de la TAA en el estado de ánimo, en los niveles de comunicación verbal, en la atención y la percepción, en la reducción de movimientos involuntarios o estereotipias y aumento de las movilizaciones corporales, disminución del sentimiento de soledad y aislamiento. Mejora la memoria y la orientación. El hecho de asumir responsabilidades aumenta la autoestima. Además, la presencia de los perros estimula las visitas de los familiares a la residencia.

La terapia en estos casos consigue estimular la memoria a corto y largo plazo, mediante diferentes actividades como recordar durante las sesiones el nombre del animal, raza, características, etc.

Está demostrado que la interacción con animales mejora la recuperación de enfermedades cardiovasculares, incluso las previene, disminuye la ansiedad, la depresión, la tensión arterial, el colesterol, los triglicéridos, reduce problemas de salud menores y aumenta la calidad de vida de los ancianos.


El propio animal es un estímulo multisensorial; cuando se mueve, juega con la pelota, el ser acariciado o cepillado, etc. estimulan el sentido de la vista, olfato, oído y tacto. Además, se sienten útiles por tener ellos alguien a quien cuidar. Las mascotas permiten a los mayores ser independientes sin sentirse solos.

Según Bardill y Beck, el perro cataliza interacciones, se produce un aumento de visitas en los centros por parte de las familias, creando un ambiente cálido, mejorando el entorno, siendo un facilitador social y un catalizador de emociones. Mejora la autoestima, es una buena distracción, a la vez que mejora la sensación de seguridad y aumenta la atención y concentración. Mejoran la comunicación verbal y aumentan las expresiones faciales positivas. Como fuente de motivación, promueve la deambulación y la realización de actividades ya que es un reforzador de conductas.

Terapia Asistida con Animales de Granja
Toda persona puede realizar este tipo de terapia (privados de libertad, personas de la tercera edad, personas con discapacidad motora, autismo, síndrome de Down entre otros). Los animales que suelen utilizarse son gallinas, pollitos, conejos, chivos, ovejas, ciervos, patos, pájaros, etc.

Centros Penitenciarios
El ejemplo más conocido sobre el efecto que tienen los animales en los reclusos, lo relata Arkow (1982, 28), en su libro “Pet therapy: A study of the use of companion animals in selected therapies”, donde recoge las manifestaciones de un recluso del Hospital Estatal de Lima, Robert Stroud: quien llegó a ser conocido como “el hombre de los pájaros de Alcatraz”.

El Hospital Estatal de Lima es una Institución de máxima seguridad que acoge a hombres inadaptados de otras prisiones de Ohio, especialmente a los reclusos que muestran signos de depresión, enfermedad mental y tendencias suicidas. David Lee, un asistente social, inició el programa terapéutico al observar síntomas de mejora en algunos internos que habían atendido a un pájaro herido. Posteriormente, Lee (1984), introdujo un acuario y dos periquitos en la sala de estar de un pabellón y fue considerado un éxito experimental. El programa se extendió contando con 175 animales, cabras, patos, ciervos y conejos y otros animales como pájaros, una lagartija y un gato. Los resultados fueron los siguientes; durante un año, el pabellón sin animales tuvo 12 peleas y 3 intentos de suicidio, mientras que el pabellón que incluía animales de compañía tuvo una pelea y ningún intento de suicidio, se redujo la violencia y los pacientes necesitaron la mitad de la medicación que tomaban. Los internos protegieron a sus mascotas en momentos de inestabilidad, al comprender que sus peces o sus pájaros corrían peligro. El valor del programa fue ampliamente reconocido.

Otros ejemplos de experiencias de terapia asistida con animales las tenemos en Purdy Treatment Center for Women (1981), en Gig Harbor, Washington; en el Centro Penitenciario de Lorton, Virginia (1982).

A continuación se citan programas y experiencias de Terapia Asistida por Animales en centros penitenciarios en EEUU y en otros países; Granja para Jóvenes de Minnowburn, en Irlanda del Norte, Centro HMP Shotts, en Escocia prisión de máxima seguridad, 1990. Prisión Regional de Araraquara, Sao Paulo, en Brasil; Animales en el Centro Quatre Camins en Barcelona, toxicómanos, 1993. Departamento Psiquiátrico del Centro Penitenciario Brians, (Barcelona 1994); Centro Granja-Escuela El Madroño para adolescentes delincuentes, en Madrid 2000; En la Residencia de Protección de Menores Llars Torre Vicens, en Lleida 2000; en el Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar, en Ourense, 2005; Centro Penitenciario Alicante II de Villena, Alicante, 2006; Centro Penitenciario de La Moraleja, en Dueñas, Palencia 2008; Centro Penitenciario de Monterroso, Galicia 2008. (Martínez Abellán, 2009).

La terapia en estos casos estimula la motivación, con el cuidado de los animales, mejorando la autoestima y desarrollando sentimientos de compasión, empatía, paciencia y confianza, facilita la relación entre los internos con los funcionarios de la prisión y reduce la frustración, la agresividad y otros comportamientos antisociales, suicidios y adicción a drogas.

En la conferencia, The Arts and Sciences of Human-Animal Interaction, 2012 se confirman los beneficios de las TAA en centros penitenciarios.

En el octavo congreso sobre Terapia y Educación Asistida por Animales de Compañía (2010) de la Fundación Affinity, la conclusión unitaria a la que se ha llegado es que los animales de compañía aumentan la autoestima, disminuyen la ansiedad y la agresividad, entre otros beneficios de los que cada vez se tienen más evidencias, tanto con ancianos, niños, discapacitados e internos en centros penitenciarios.

Conclusión
La estimulación cognitiva asistida con animales, hoy en día, sigue siendo un tipo de terapia muy novedosa, ya que se sale de las líneas más conservadoras, aportando un punto de vista diferente y añadiendo una nueva dimensión en la rehabilitación neuropsicológica.

Actualmente, las investigaciones están avanzando significativamente y se está tratando de normalizar el uso de los animales como parte de la terapia, sin reemplazar en ningún caso a las terapias convencionales, sino todo lo contrario, sirviendo de gran apoyo.

El apego hacia los animales, es un comportamiento innato que está presente en las especies sociales, lo que explica en un primer momento la efectividad de de la TAA. El animal funciona como catalizador y acelera un proceso que de otra forma habría sido más lento y costoso, por tanto, los pacientes tienen una evolución más rápida de lo que cabría esperar, siendo más sencillo conseguir los objetivos terapéuticos, incluso en los casos de pacientes más resistentes.

El animal, es el nexo entre el paciente y el terapeuta y es a través de su interacción como facilita el aprendizaje, la comunicación y la recuperación de las personas, con el objetivo de generalizar los resultados a todas las áreas de su vida.

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