Mujer, no tienes por qué hacerlo todo

"A algunas mujeres simplemente
no se les presenta la inquietud de ser madres"
En la actualidad aún puede ser un problema para la mujer el decidir no tener hijos. Y es que el constante cuestionamiento sumado a un mar de preguntas como el temido ¿por qué?, sobrepasan muchas veces a quienes sin ser egoístas, prefirieron tomar preferencia por otras cosas como la realización profesional y personal.

Junto con la salida del mundo femenino a las calles, su notoria presencia en múltiples esferas que antes sólo estaban reservadas para los hombres y la adquisición de importantes facultades que incluso las han llevado a cumplir con altos mandos en naciones y agrupaciones de todo tipo, también salieron a flote muchas ideas y anhelos que antes sólo se encontraban ocultos en lo más profundo de sus pensamientos.

Así quizás uno de los temas que más controversia ha causado es la decisión de muchas jóvenes de retrasar o simplemente anular su maternidad y con esto, levantar un interesante debate que no sólo contempla la opinión de sus compañeras de género, sino que también de instituciones como la eclesiástica y del mundo de la economía, quienes han considerado este fallo, por un lado como algo antinatura y por otro como una acción perjudicial para el desarrollo financiero de los estados.

De lo anterior – ya casi una tendencia en países desarrollados – Chile no se escapa y de hecho la tasa de fecundidad ha bajado, tanto que el último estudio realizado por INE indica que en los últimos 60 años, la caída es de un 59% y las razones tendrían relación “con un proceso progresivo de envejecimiento de la población de América Latina y Europa, como producto de un mayor ingreso de las mujeres al mundo laboral, los cambios demográficos, la masificación de los métodos anticonceptivos, entre otros factores”.

Dos de las publicaciones que hablan del tema de decir no a la maternidad y que han causado revuelo entre quienes defienden o están en contra de esta postura son los libros “¿Hijos? No gracias” de la periodista argentina Mónica Soraci y “No Kid, 40 buenas razones para no tener hijos” de la francesa Corinne Maier.

La psicóloga especialista en temas de género, Paula Molina, dice que para responder a la pregunta ¿por qué una mujer podría no querer ser madre?, quizás haya que recurrir a variados ámbitos del ser humano: la fe, lo biológico, la antropología o la sociología son algunos de ellos.

Sin embargo, sentencia que bajo el ojo de la psicología clínica el hecho de que “el ser mujer sea exactamente asociado con el tener hijos no se da directamente”, pues indica que “hay mujeres que se sienten muy mujeres, pero el rol de la maternidad no está incorporado en ellas”, asegura.

Además, concuerda con el resultado de las encuestas anteriores, diciendo que “hoy la sociedad exige que la mujer sea capaz de estar en el mundo laboral y por lo tanto desde chicas sus propias madres les están inculcando el concepto de la independencia, de no estar bajo el dominio del marido y ser parte de un mundo más público donde antes era dado sólo para los hombres”, expresa.

Todo tiene un coste
Para la profesional, la independencia es al parecer la clave del por qué las mujeres optan por no ser madres. “Le toman el gusto a tener sus propias cosas, a salir de la casa, a sentir que también valen y que son un aporte para esta sociedad”, etcétera.

Ahora, aclara que tener estos sentimientos no tiene por qué comprometer la anulación de la maternidad, pero hay que tener claro que muchas veces el ejercer ambas (y a veces más) actividades, puede tener un alto costo.

Refiriéndose a esto, Paula Molina manifiesta que a pesar de ser madre y también una persona que se desplaza por el mundo laboral es una opción totalmente válida, al mismo tiempo “se ve que las mujeres que trabajan fuera de la casa corren para poder tener un tiempo de calidad con sus hijos y para en definitiva estar siempre bien para todos. Están cumpliendo muchos roles y por lo tanto entran en una etapa de agotamiento”, reconoce.


Para quienes les cuesta entender a estas mujeres, la psicóloga enfatiza en la idea de que es de suma importancia comprender que el mundo femenino no tiene por qué estar en todas. Además opina que “no nacemos con un instinto maternal, sino que éste va desarrollándose con la crianza de los hijos o antes, con el acercamiento al mundo de la paternidad y la planificación familiar”.

Por otro lado, el hecho de tomar la decisión de no tener hijos y optar por dejar de lado la maternidad tiene además otro tipo de costos, que más que provenir de la mujer, se ven originados en su mismo entorno, el que muchas veces suele criticar sin piedad este fallo.

¿Cómo entonces lidiar con ambas esferas, la que por un lado obliga a las mujeres en forma implícita a internarse en el mundo laboral y que por otro cuestiona su decisión, argumentando entre otras cosas que “se debe ser mamá” y que el hecho de que la naturaleza haya dotado a su cuerpo para traer niños al mundo es algo primordial?
Al respecto, Paula Molina dice que en general la mujer ha crecido y se ha exigido para ir en paralelo a lo que la sociedad espera de ella. Por otro lado, dice que además de lidiar con esto se ve enfrentada a la presión de este otro mundo (el familiar) que le menciona constantemente cosas como “¿y cuándo tendrás guagua?” o “se te está pasando el tren y recuerda que ya no podrás embarazarte después de los cuarenta años”.

“Entonces, creo que la mujer vive en una suerte de estado de cumplir expectativas y hoy se está dando el lujo – lo que me parece válido – de decidir cuáles son sus prioridades”, manifiesta. Es por eso que terminar una carrera profesional, viajar, sentirse completa y vivir experiencias, irán primero antes de ver si realmente el camino de la maternidad será el próximo paso.

¿Egoísmo?
“Los niños no deben venir a llenar ningún vacío, ni el de pareja ni el personal”, aclara la especialista quien además es enfática en mencionar que es inadecuado utilizar a los niños como muñecas que sólo están para conformar el concepto de familia. Si es así, es mejor optar por no tenerlos.

Lo anterior obedece a la inquietud acerca del supuesto egoísmo del cual serían culpables aquellas mujeres que no quieren ser mamás. Se les acusa de privilegiar su vida antes de poder dar la oportunidad a un ser vivo de nacer, pero ¿en qué condiciones?

“Si vemos el egoísmo como el saber qué es lo que necesito, qué estoy dispuesto a dar y cuánto estoy dispuesto a tranzar y pienso la maternidad con la cabeza y no como el resultado de una búsqueda de la satisfacción, entonces no veo mayor relación con esta palabra”, reconoce.

 

Al mismo tiempo, la profesional afirma que en vez de una especie de egocentrismo, ella lo ve como “ser responsable en las necesidades y las opciones que se quieren tomar en la vida para después decir okey, ahora me siento bien y con las posibilidades de traer a alguien al mundo o no”, menciona.

¿Cómo conversarlo cuando se está en pareja? Paula Molina afirma que cuando dos personas se unen, “deberían tener una conversación respecto a los valores y expectativas de lo que es ser familia”. Además opina que es justamente esto lo que le hace falta a muchas personas, lo relacionado a la madurez en la elección de la pareja.

Para la psicóloga, todo lo que las personas quieran emprender – sea la decisión que sea – partirá primero por conocerse bien como mujer y saber cuáles son las limitaciones y aspiraciones propias. “El conocerse tiene que ver con cómo después puedo acceder a la realidad y tener lo que yo quiero. Si no me conozco y actúo desde la impulsividad, voy a tener hijos porque se me ocurrió, porque es bonito y porque como el mundo me pide que los tenga, los tengo”, dice.

“La llamada tiene que venir desde dentro, desde el útero que te habla al amor para así satisfacer esa maternidad que puede o no estar considerada en uno”, complementa. Así recalca una vez más que se trata de una opción más que de una condición, no es del “porque eres mujer tienes que ser mamá. La biología está puesta al servicio para que uno lo haga, pero es una alternativa que también será válida si no se utiliza”, menciona.

Por último, señala que si bien es cierto aquello de que nadie nos enseña a ser padres, sí siente que es necesario que desde pequeños se nos eduque acerca de la paternidad y de la responsabilidad que significa traer hijos al mundo. Sólo así, menciona, seremos capaces de decidir a conciencia de qué es lo que queremos en la vida.

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