Va por ti, estudiante de Educación Social.

Me ha costado mucho decidir si escribo este post o no. No porque los estudiantes y titulados de Educación Social dejen de seguirme en twitter o facebook o no vuelvan a entrar en este blog, sino porque se juntan emociones contrapuestas: una, la de dejar que cada uno descubra la vida por sí solo –de lo que estoy convencido- y la otra, porque alguien debería explicarte, durante la carrera, algunas realidades que te vas a encontrar ¿O estudiar un grado es sólo para memorizar contenidos y soltarte a los leones? Al final ha ganado lo segundo y espero que así te lo tomes. Si te ofendes, lo siento. Es la única forma que conozco de ser honesto y esto no significa que no esté equivocado.

La intención de este post no es otra que creer firmemente que el conocimiento no va reñido con la realidad, es más, es una de sus partes fundamentales y no sé por qué razón os debemos seguir metiendo en una aula alejada de la calle. Si os dedicaseis a las matemáticas todavía, pero ¿educador social “educado” entre cuatro paredes? Estudiar lo haces en casa y el profesor, si quisiera, tiene herramientas audiovisuales y escritas suficientes para que puedas ver, leer y escuchar sus explicaciones y para que pueda responder tus dudas. Estamos en 2014, no en 1985.

Entiendo que estés preocupado por el tema de las habilitaciones a otros profesionales y que no quieras que se realicen. Es lógico y puede que muy razonable. Pero piensa en que si dices muy alto eso de que “nos están quitando el pan a los que hemos estudiado para esto”, puedes caer en afirmaciones graves. Acuérdate que tú también le estabas quitando el pan a camareros cuando trabajabas para pagarte la carrera. ¿Qué no es lo mismo? ¿Por qué? ¿Esa profesión no merece respeto? ¿La tuya es más importante? ¿Dónde estudiaste tú el módulo de hostelería?

El voluntariado va a ser un tema importante para ti. Dedicar tiempo a una ONG para colaborar con ideas que coincidan con la tuya o para intentar hacer una labor que te permita ir entrando ahí poco a poco de forma profesional. Todo es legítimo ahora. Pero es un debate más amplio del que te imaginas. A veces serás mano de obra barata, otras intentarás aprovecharte para quedarte. Vamos, la vida misma. Pero sería interesante que, además de eso, pensaras dónde estás, como se rige esa entidad y si tú podrías participar activamente (si te dejan, claro) o sólo ser voluntario y hacer lo que te manden.

Debes de saber que esto de la educación social es un cajón de sastre en donde cabe todo, desde un monitor que va a hacer un taller hasta un educador que dirige un centro con un presupuesto de 500.000 €. Un lío padre donde hay monitores, directores de tiempo libre, coordinadores de programas sociales, técnicos de juventud, educadores de calle, dinamizadores sociales, animadores socioculturales, educadores de menores, tercera edad, mujeres maltratadas, infancia maltratada, valores, coordinadores de centros, consultorías sociales, inmigración, infancia, ludotecas, discapacitados, población en riesgo de exclusión y un sinfín de profesiones que hacen de esto algo ingobernable. Yo mismo, no soy educador social, ni estoy habilitado, ni quiero. Me dedico a la dinamización social desde hace treinta años y os aseguro que no quito el pan de la boca a nadie, dentro de poco me lo quitarás tú a mí, es imprescindible que sea así y que el relevo generacional funcione, sino esto sería una mierda de sociedad.

Es natural que terminando la carrera creas estar en posición de cambiar la profesión y el mundo entero, eso es bueno e intrínseco con los que sentís la Educación Social, la vocación que llaman algunos. Pero el mundo laboral está ahí fuera y no es un camino de rosas. No lo ha sido nunca para nosotros, ni siquiera en la época de vacas gordas. La administración, el tercer sector o la iniciativa propia son las salidas que tienes y las tres andan algo torcidas ahora.

He trabajado con muchos jóvenes recién titulados en educación social y he asumido desde el principio que mi tarea era formarlos en el trabajo ya que no tenían ni puta idea de nada. Cuando sales de la facultad te comes a dios por los pies pero cuando llegas a tu primer curro y te reúnes con un equipo de trabajo, te das cuenta de tus limitaciones (lo más normal del mundo, te pasa a ti y a cualquiera que empiece en una tarea) y que debes permanecer expectante y aprender ya que no entiendes nada de lo que están diciendo.

Algunos estaréis tentados, cuando acabéis el grado, de constituir una asociación para intentar meter cabeza en esto y sacar algo de dinero para empezar. Craso error. Casi el 100% de estas entidades mueren antes de cumplir un año ya que nadie os ha explicado ni cómo se hace una asociación, ni para qué están las asociaciones, ni cuál es su cometido social. Si te lo hubieran explicado bien, sabrías que estas organizaciones no están hechas para que tú ganes dinero, ni siquiera que lo intentes. La asociación-chiringuito que estás constituyendo es una de las muchas razones por la que se ha echado a perder la participación social. Además, así a bote pronto: ¿te han explicado algo sobre este apartado y sobre la nefasta ley de Asociaciones de 2002? ¿Sabes qué cauces oficiales de participación juvenil existen? ¿Te han explicado algo sobre nuevas metodologías de participación juvenil? Pues es extraño que no te formen ya que, estas entidades y ese ámbito, van a ser una de tus posibles salidas laborales.

La base teórica que se supone has aprendido en tus estudios es indispensable pero no te puedes quedar ahí. Ahora has de profundizar en los conocimientos expresos de un área determinada, sin ellos no podrás currar ni entenderás nada de lo que estás haciendo, lo harás por inercia o porque te han dicho que las cosas son así. No hagas caso a eso de separar la práctica de la teoría, si no van unidas, esta historia no tiene sentido alguno.

En esto de la educación social tú no eres lo más importante, eres una pieza del engranaje. Lo esencial de cualquier intervención son los destinatarios, más que tú y tus problemas. Si no lo entiendes así, lo vas a pasar bastante mal.

Lleno de orgullo de tu profesión desearás que tu contrato de trabajo, si tienes suerte, ponga Educador Social. En general no pondrá eso y sí otros muchos epígrafes que se puedan inventar para la ocasión. Otras veces serás tú el que no quiera y también te darás cuenta que si estás trabajando como educador social y así lo especifica tu nómina, no pasará nada si no te colegias. Nadie dice nada, ni investiga nada.

Si decides darte de alta en el Colegio de Educadores Sociales de tu Comunidad, no empieces a quejarte de lo mal que lo hacen. Desde el mismo instante en que te colegias, también es tuyo. Participa, mete bulla, da tu opinión, haz propuestas, critica, actúa. Si no es para eso ¿para qué estás en el Colegio Profesional?

No te creas el centro del universo de las profesiones sociales. Si tienes la suerte de trabajar en grupos multidisciplinares (tan nombrados y luego ausentes en la práctica) te darás cuenta que hay gente que sabe más que tú y que tú sabes más que otra gente ¿y qué? Lo importante son los resultados de ese trabajo en común con otros profesionales y que este sirva para los ciudadanos, no que tú seas el educador social del grupo.

Si estás acabando el grado o lo has acabado ya, sé sincero para tus adentros y responde a estas preguntas: ¿estarías preparado en ese momento para coordinar una sección de un departamento de juventud con 3 personas a tu cargo y las relaciones con cuatro empresas a las que tienes que hacer el seguimiento de un contrato? ¿Sabrías justificar una subvención de la Comisión Europea? ¿Podrías encargarte del funcionamiento de una comisión interdisciplinar sobre un tema social? Pues claro que no. Yo tampoco lo estaba, nadie lo está. No lo tienes todo sabido, la función no ha hecho más que iniciarse. ¡Ojo! Que sepas que a pesar de todos los problemas, lo realmente bueno, divertido, gratificante, ilusionante y revelador, empieza ahora.

Si sientes la profesión, aprenderás de las personas más que de ninguna otra tarea, te indignarás y te emocionarás. Esa es nuestra diferencia y nuestra particularidad.

Has de saber que muchos de tus familiares y amigos no van a comprender lo que haces y, como mucho, dirán eso de que trabajas ayudando a los demás. Esto sólo te demostrará la opinión que tiene la administración y la sociedad de la loable y magnífica profesión que has elegido.
Por último, si quieres cambiar algo de tu educación o de la educación social y estás convencido que será para mejor, no lo dudes y cámbialo. También es tuya.

Como dice la educadora social @sabelitabel, somos aprendices de mucho y maestros de nada.

Este post no está hecho para desmoralizarte sino para intentar darte una opinión sobre la realidad subjetiva que veo. Una opinión más y así tienes que considerarla, ni machacarla ni llevarla a los altares. Nadie, absolutamente nadie está en posesión de la verdad.

Estoy convencido que todas estas historias deberían formar parte de tu formación. Mientras, lucha por lo que creas justo. 

Es tu derecho. Es tu obligación.

http://trabajarconjovenes.blogspot.com.es/2014/02/va-por-ti-estudiante-de-educacion-social.html

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