La bipolaridad y la técnica del avestruz

¿Qué tenían en común Beethoven y Churchill? ¿Sabías que La noche estrellada de Van Gogh fue pintada cuando éste estaba ingresado en un sanatorio mental?

Beethoven, Churchill, Van Gogh y Hemingway tenían algo en común: todos ellos eran bipolares. Algunos estudios científicos han relacionado la bipolaridad con la creatividad, ya que el trastorno bipolar afecta a un gran número de personas con talento creativo, desde músicos a artistas plásticos, pasando por escritores y científicos.

¿En qué consiste exactamente la bipolaridad?
En contra de lo que muchos creen, la bipolaridad no es un trastorno psicológico sino un trastorno orgánico; una enfermedad crónica que se caracteriza principalmente por dos fases: la manía y la depresión. Durante la etapa maníaca existe una tendencia a la hiperactividad, la agilidad mental y la euforia, que contrasta radicalmente con la etapa depresiva, donde se abren paso la apatía y la tristeza más intensas. Así pues, se trata de cambios de estado extremos, entre los cuales suele existir una relativa estabilidad anímica, lo cual muchas veces dificulta el diagnóstico.

En España se calcula que hay un millón de personas bipolares. Sin embargo, casi un 50% de los que sufren este trastorno son diagnosticados (y en consecuencia medicados) de manera incorrecta, la mayoría de ellos confundidos por depresivos.

Guillermo Carandini tiene 28 años, es dibujante de cómic e ilustrador y acaba de publicar su primera novela gráfica sobre la bipolaridad: El día de la Victoria. Carandini sonríe desde el momento en que nos abre la puerta de su apartamento. Nos muestra todo el piso y nos invita a entrar en su habitación, llena de dibujos, sin reparo alguno. Sorprende su voluntad de mostrar sin querer demostrar. Nos sentamos en un salón blanco y rojo, inmenso, capitaneado por un balcón luminoso desde donde se ven plantas y algunas banderas esteladas del edificio de enfrente. El salón lleno de luz contrasta con el pasillo oscuro y cavernoso que da al resto de su piso. De hecho, todo en su vida parece contrastar.

¿En qué momento decidiste escribir un cómic sobre bipolaridad?
Después de que mi padre muriera. Mi padre era bipolar, pero nadie lo sabía. De hecho, no lo sabía ni siquiera él mismo. Jamás fue diagnosticado oficialmente y no llegó a tratarse para la bipolaridad. Mi padre sufría enormes cambios de humor que oscilaban desde la euforia más intensa hasta la depresión más oscura. De hecho, lo trataron durante años por la depresión.

Pero él no tenía sólo depresión…

Exactamente: no era sólo depresión. Es decir, en su caso la depresión era un síntoma, una fase, de su bipolaridad. Tenía etapas de felicidad y euforia cuando estaba en fase de manía, pero las etapas más problemáticas siempre fueron las de depresión.

Hablando con Guillermo Carandini - Foto: José Luis Gómez Galarzo
¿Jamás sospechásteis de que pudiese ser algo más que una depresión?
Cuando no quieres ver las cosas, no las ves aunque las tengas delante. Él no quería asumirlo, nosotros supongo que tampoco. Durante sus etapas de depresión me volqué hacía él para que saliese adelante, intenté ayudarle en todo lo que pude… y cuando todo parecía que iba mejor, le diagnosticaron un cáncer. Murió a los pocos meses, con lo cual nunca llegó a tratarse para la bipolaridad.

¿Fue entonces cuando decidiste escribir su historia?
Bueno, para mí fue un golpe muy duro. Al principio tenía la sensación de no haber estado a la altura, y decidí reconstruir su historia para entender lo que había vivido los últimos años.

¿A qué te refieres, a su sufrimiento?
No sólo eso. Antes de morir mi padre tuvo una inmensa depresión, o eso creíamos entonces porque en realidad era un síntoma de la bipolaridad. Entonces tuvo muchos problemas (laborales, sociales…) y decidió hacer un viaje e irse a Perú, donde tiene familia. Estuvo fuera durante dos años. Cuando murió decidí seguir sus pasos, irme a Sudamérica para saber qué había hecho durante ese tiempo, para hablar con la gente que estuvo con él. Necesitaba hacerlo para entender y para alejarme de su muerte al mismo tiempo.

Entonces… ¿cuando te marchaste a Perú ya tenías en mente publicar vuestra historia?
Bueno, al principio fue más bien algo personal. Yo escribo todo lo que me sucede, hago viñetas, dibujos… pero ya tenía en mente contar esta historia. De hecho, cuando mi padre todavía estaba vivo, un día, en el hospital, me vino la idea a la cabeza y se lo pregunté.

¿Cuándo estaba en el hospital?
Sí, en los hospitales tienes mucho tiempo para pensar.

¿Y cómo se lo preguntaste?
Pues le pregunté qué le parecería que explicase nuestra historia en un libro. Por aquel entonces él estaba muy mal. Estaba intubado y ya sabíamos que iba a morir, pero me dijo que sí, que le parecía buena idea. De hecho, es mi manera de hacerlo un poco eterno, de dejarle un pequeño legado. Aunque él nunca llegó a verlo publicado.

¿Crees que tú libro puede ayudar a otras personas con bipolaridad?
El poder que tienen las historias o cualquier tipo de historia ficcionada es que cuando la gente las lee, se imagina en esa situación y qué harían ellos en el lugar de sus protagonistas. Además, más allá del tema de la bipolaridad, ésta no deja de ser una historia entre padres e hijos, y ahí pueden identificarse muchas personas.

Teniendo en cuenta que tu padre era bipolar y nadie lo sabía, imagino que debieron existir muchos momentos de incomprensión. ¿Cuál fue el momento más difícil de vuestra relación?
Es muy difícil tratar con una persona así. Por un lado quieres ayudarle pero por otro no puedes. Al principio pasas momentos de empatía, de intentar animarle. Pero nunca recibes respuestas, porque esa persona está incapacitada para dártelas, y eso es muy frustrante. Entonces, te cabreas e intentas hacerle reaccionar de otro modo, pero tampoco responde. La siguiente fase es la desesperación, porque al final te sientes vencido, no sabes qué hacer. Son esas etapas, cuando mi padre estaba en la fase de depresión profunda, las que fueron más difíciles.

¿Si tuvieses que dar un consejo a alguien que se encuentre en una situación similar a la vuestra, cual sería?
Que se informe. En plena era de la información me da vergüenza que teniendo un familiar bipolar, no me pusiese a buscar información y negase la realidad de este modo. A veces las personas usamos la técnica del avestruz por miedo a lo desconocido, por miedo al estigma social… por eso creo que la información es muy importante.

¿Cómo definirías tu experiencia con la bipolaridad en una palabra?
Viaje. Al final todo, es todo un viaje - podríamos decir que la vida misma lo es. De hecho, en este libro hablo de un viaje físico, al Perú, pero también de un viaje mental hacia la comprensión de una enfermedad tan compleja.



http://wikidiari.info/news/default/-/f545e0bd-0bd9-4fd0-8916-3ac97251dace/la-enfermedad-popularme-desconocida.html#.UqCnrsTuLng

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