Pubertad y problemas en la adolescencia

La adolescencia es un momento de cambios significativos, como el crecimiento físico y la transición psicosocial, que generalmente abarca la segunda década de la vida.

Los problemas de salud más frecuentes de los adolescentes se relacionan con el crecimiento y el desarrollo, las enfermedades de la niñez que continúan en la adolescencia y la experimentación. A causa de sus nuevos comportamientos los adolescentes se vuelven vulnerables a ciertas condiciones relacionadas con dichas actitudes, tales como las enfermedades transmitidas sexualmente. Las adolescentes heterosexuales activas corren el riesgo de quedar embarazadas.

La adolescencia es el momento de la vida en el cual se manifiestan ciertos cuadros psiquiátricos, como la depresión y otros trastornos del estado de ánimo, aumentando considerablemente el riesgo de suicidio. Los trastornos en la alimentación, como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, son especialmente frecuentes entre los adolescentes.

La violencia se ha convertido en una causa principal de enfermedad y de muerte entre los adolescentes. Muchos factores, como los inherentes al propio desarrollo, los enredos con pandillas, el acceso a las armas de fuego, el uso de drogas y la pobreza, contribuyen a incrementar el riesgo de violencia entre los adolescentes. Los accidentes, en especial los de automóviles y de motocicletas, son las causas principales de muerte. Las quemaduras, las fracturas múltiples y otros accidentes son responsables del elevado porcentaje de lesiones graves entre los adolescentes.

Crecimiento y desarrollo
El crecimiento normal durante la adolescencia incluye la maduración sexual y un aumento de tamaño del cuerpo. El ritmo y la velocidad de estos cambios varían en cada persona y son alterados por factores hereditarios y ambientales. La madurez física comienza a una edad más temprana en la actualidad que un siglo atrás, probablemente debido a la mejora en la nutrición, en la salud en general y en las condiciones de vida. Por ejemplo, las niñas tienen su primera menstruación a una edad considerablemente inferior que sus homólogas de hace 100 años. Estudios estadísticos realizados en los Estados Unidos muestran que la edad de la primera menstruación se ha adelantado dos meses cada diez años y que a partir de 1 950 se ha estabilizado.

La mayoría de los jóvenes, varones y mujeres, alcanza durante la adolescencia el peso y la estatura de la edad adulta. Con todo, dos adolescentes que finalmente alcanzan la misma altura pueden emplear tiempos considerablemente diferentes para lograrlo. El aumento repentino del crecimiento en los varones se produce entre los 13 y los 15 años y medio y puede esperarse un aumento de 10 centímetros en el año de crecimiento máximo. El crecimiento máximo en las niñas se produce entre los 11 y los 13 años y medio, con un aumento de 9 centímetros durante el año de crecimiento máximo. Por lo general, los varones son más fuertes y altos que las niñas. A la edad de 18 años, a los varones les quedan aproximadamente dos centímetros por crecer y a las jóvenes un crecimiento ligeramente menor. Los huesos, los músculos y todos los órganos crecen, con excepción del sistema linfático, que disminuye de tamaño, y el cerebro, que alcanza su peso máximo durante la adolescencia.

Los cambios sexuales generalmente avanzan según una serie de secuencias. En los varones, los primeros cambios sexuales son el crecimiento del escroto y de los testículos, seguido por el alargamiento del pene y el crecimiento de las vesículas seminales y la próstata. A continuación aparece el vello púbico. Crece vello en la cara y en las axilas aproximadamente dos años después de que comienza a aparecer en el pubis. La primera eyaculación habitualmente ocurre entre los 12 años y medio y los 14 años, aproximadamente un año después de que el pene haya empezado a crecer en longitud. El momento preciso de la primera eyaculación está determinado por una combinación de factores psicológicos, culturales y físicos. El crecimiento de las mamas (ginecomastia) en un lado o en ambos es frecuente en los varones jóvenes, pero suele desaparecer en el término de un año.

En la mayoría de las jovencitas, la primera señal visible de maduración sexual es el despunte de los senos, seguido de su crecimiento. Poco después aparece el vello púbico y axilar. El primer período menstrual generalmente se produce 2 años después de que los senos empiecen a aumentar de tamaño. La estatura aumenta más marcadamente antes de que comience la menstruación.

Maduración sexual tardía
La maduración sexual tardía es un retraso en el desarrollo sexual.

Algunos adolescentes no empiezan su desarrollo sexual a la edad habitual. Un retraso puede ser perfectamente normal y quizás el desarrollo tardío sea un rasgo familiar. En estos adolescentes, el índice de crecimiento antes de la pubertad es generalmente normal. Aunque el crecimiento y la maduración sexual sean tardíos, posteriormente continúan de forma normal.

Etapas del desarrollo sexual
Durante la pubertad, el desarrollo sexual normalmente se presenta en una secuencia preestablecida. El momento en que comienza el cambio varía de una persona a otra, pero siempre se manifiesta dentro de un período de edades determinado, indicado por un cuadro en el diagrama que aparece más abajo. El promedio de edad, en el cual un cambio comienza, está indicado por un círculo rojo.

Varias anomalías pueden retrasar o evitar el desarrollo sexual. Las anomalías cromosómicas pueden causar el síndrome de Turner en las jovencitas y el de Klinefelter en los chicos. Otros trastornos genéticos pueden afectar a la producción hormonal. Un tumor que daña la glándula hipófisis o la parte del cerebro responsable de la maduración (hipotálamo) puede hacer disminuir las concentraciones de gonadotropinas, hormonas responsables de estimular el crecimiento de los órganos sexuales, o detener la producción hormonal por completo. Las enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus, una enfermedad de los riñones y la fibrosis quística, también pueden retrasar la maduración sexual.

Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de maduración sexual tardía en los varones son la ausencia de agrandamiento testicular a los 13 años y medio, falta de vello púbico a los 15 o el transcurso de más de 5 años desde el inicio del crecimiento genital hasta su finalización. En las niñas, los síntomas son la falta del desarrollo de los senos a los 13 años, el transcurso de más de 5 años desde el comienzo del crecimiento de las mamas hasta el primer período menstrual, la ausencia de vello púbico a los 14 o la ausencia de menstruación a los 16. La talla reducida (baja estatura) puede indicar maduración tardía tanto en los niños como en las niñas.

Para determinar por qué la maduración sexual es tardía, se realiza un análisis de sangre y en algunos casos, un análisis de cromosomas. Los análisis de laboratorio de estas muestras pueden identificar cromosomas sexuales o concentraciones hormonales anormales. También se analiza la sangre para detectar diabetes mellitus, anemia y otras enfermedades que pueden retrasar el desarrollo sexual. Las radiografías, la tomografía computadorizada (TC) o la resonancia magnética (RM) pueden revelar anomalías en el cerebro. Además, se pueden realizar radiografías de manos y muñecas para estimar la madurez de los huesos.

Tratamiento
El tratamiento de la maduración sexual tardía depende de la causa. Una vez que se haya tratado la enfermedad crónica subyacente, habitualmente la maduración continúa. Un retraso natural en el desarrollo no requiere tratamiento. Un trastorno que deriva de una causa genética no tiene cura, si bien la administración sustitutiva de hormonas puede impulsar el desarrollo de las características sexuales secundarias. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a la cirugía.

Pubertad precoz
La pubertad precoz es la maduración sexual que empieza antes de los 8 años en las niñas o antes de los 10 en los niños.

En la pubertad precoz verdadera, las glándulas sexuales (ovarios o testículos) maduran y la apariencia exterior del niño se vuelve más propia de un adulto. Crece el vello púbico y la forma del cuerpo del niño cambia. En la pubertad seudoprecoz, sólo la apariencia exterior se vuelve más adulta, mientras que las glándulas sexuales permanecen inmaduras.

La pubertad precoz verdadera es entre dos y cinco veces más frecuente en las niñas que en los niños.

Causas
La pubertad precoz verdadera deriva de una precoz liberación de hormonas sexuales (gonadotropinas) por parte de la glándula hipófisis; estas hormonas afectan a los órganos sexuales. La liberación precoz de hormonas puede deberse a una anomalía en la hipófisis, como un tumor que secreta hormonas o, por una anomalía en el hipotálamo, la región del cerebro que controla la hipófisis. Aproximadamente el 60 por ciento de los niños con pubertad precoz presenta una anomalía identificable. Por el contrario, en aproximadamente el 80 por ciento de las niñas de 6 años o más con este trastorno no se consigue identificar ninguna anomalía, si bien la mayoría de las menores de 4 años de edad con pubertad precoz verdadera tiene una anomalía cerebral.

En la pubertad seudoprecoz se producen cantidades elevadas de hormonas sexuales masculinas (andrógenos) o femeninas (estrógenos); la causa puede ser un tumor en las glándulas suprarrenales, en un testículo o en un ovario. Estas hormonas no impulsan la maduración de las glándulas sexuales, pero hacen que el niño se parezca más a un adulto.

Puede desarrollarse una forma de pubertad seudoprecoz (testotoxicosis) en un trastorno hereditario raro que afecta a los niños cuando se produce una maduración de los testículos que no depende del hipotálamo o de la glándula hipófisis. De forma parecida, el síndrome de McCune-Albright es una enfermedad que causa pubertad seudoprecoz junto a trastornos óseos, pigmentación irregular de la piel (manchas café con leche) y anomalías hormonales.

Síntomas y diagnóstico
Tanto en la pubertad precoz verdadera como en la seudoprecoz, el niño desarrolla vello facial, axilar y púbico. Su pene se alarga y su apariencia se vuelve más masculina. Las niñas pueden comenzar a tener períodos menstruales, sobre todo si presentan pubertad precoz verdadera, o pueden experimentar un desarrollo de los pechos, del vello púbico y del vello axilar. Tanto en los niños como en las niñas puede cambiar el olor corporal y aparecer acné. La estatura aumenta rápidamente pero se detiene a una edad temprana. Por consiguiente, la talla final es menor de la que cabía esperar. En la pubertad precoz verdadera, aunque por lo general no en la pubertad seudoprecoz, los testículos o los ovarios se agrandan hasta alcanzar el tamaño del adulto.

Las pruebas para efectuar el diagnóstico incluyen la medición de los valores hormonales en la sangre y radiografías de la mano y de la muñeca para estimar la madurez de los huesos. Se realizan ecografías de la pelvis y de las glándulas suprarrenales, además de una tomografía computadorizada (TC) o una resonancia magnética (RM) del cerebro, para descartar la presencia de tumores en las glándulas suprarrenales, el hipotálamo o la glándula hipófisis.

Tratamiento
En la pubertad precoz verdadera, la administración de histrelina (una hormona sintética que libera gonadotropinas) detiene la producción de gonadotropinas por parte de la glándula hipófisis. Cuando la pubertad precoz no está causada por una liberación temprana de gonadotropinas (pubertad seudoprecoz), el médico puede intentar inhibir la acción de las hormonas sexuales con varios medicamentos. El agente antifúngico ketoconazol reduce los valores de testosterona de la sangre de los niños afectados de testotoxicosis. Un fármaco llamado testolactona reduce los valores de estrógenos en los adolescentes que padecen el síndrome de McCune-Albright.

Cuando el responsable de la pubertad precoz verdadera o seudoprecoz es un tumor, su extirpación puede curar la enfermedad.

Contracepción y embarazo en adolescentes
Los adolescentes pueden tener experiencias sexuales. Sin embargo, muchos de ellos, sexualmente activos, no están totalmente informados acerca de la contracepción, el embarazo y las enfermedades que se transmiten sexualmente (incluido el SIDA).

Los problemas relacionados con la contracepción comprenden una falta de regularidad al tomar la píldora, el hecho de mantener relaciones sexuales no programadas y espontáneas, que dificultan el uso de anticonceptivos, la preocupación sobre los efectos de la píldora y la limitación en las opciones de los métodos de control de la natalidad a escoger (por ejemplo, el diafragma requiere que la primera colocación la realice una enfermera o un médico y además debe ser colocado antes del coito). Los nuevos métodos, como los implantes de anticonceptivos bajo la piel que actúan continuamente durante más de 5 años, tendrán probablemente más éxito que otros métodos.

Los adolescentes se encuentran en una etapa de transición en la vida y el embarazo o el matrimonio pueden agregar una tensión emocional significativa. Las niñas embarazadas y sus parejas tienden a abandonar los estudios o la preparación para conseguir un puesto de trabajo, lo que empeora sus problemas económicos, rebaja su autoestima y perjudica las relaciones personales.

Las adolescentes embarazadas, particularmente las más jóvenes que no están al corriente de los cuidados prenatales, tienen más probabilidades que las mujeres de 20 años o más de tener problemas médicos durante el embarazo, como la anemia y la toxemia. Con una buena atención médica, sin embargo, los adolescentes no corren mayores riesgos que los adultos de clase social similar de presentar problemas durante el embarazo. Los bebés de madres jóvenes (sobre todo de madres menores de 15 años) tienen más probabilidades de ser prematuros y de tener bajo peso al nacer.

Abortar no elimina los problemas psicológicos de un embarazo no deseado, ni para la niña ni para su pareja. Pueden producirse crisis emocionales cuando se diagnostica el embarazo, cuando se toma la decisión de recurrir al aborto, inmediatamente después de que éste se realiza, en la fecha en la que hubiera podido nacer el bebé y en los aniversarios de esa fecha. Pueden ser de gran utilidad el asesoramiento familiar y la educación sobre los métodos anticonceptivos, tanto para la niña como para su pareja.

Abuso de esteroides anabolizantes
El abuso de esteroides anabolizantes es el uso de fármacos esteroides para reforzar la musculatura del cuerpo o aumentar el rendimiento en el deporte.

Los esteroides anabolizantes son muy similares a la hormona natural testosterona. Estos fármacos, tomados por vía oral o intravenosa, pueden significar una ventaja en los deportes de competición (estimulan el crecimiento de los músculos y mejoran el rendimiento físico). Sin embargo, pueden también producir efectos colaterales. Su consumo, por consiguiente, plantea problemas éticos y de seguridad. A pesar de la prohibición del uso de esteroides anabolizantes por parte de las organizaciones deportivas de aficionados y profesionales en todo el mundo, sigue siendo un problema en muchos deportes en los que la fuerza física es fundamental.

Entre el 6 y el 11 por ciento de los alumnos varones de estudios secundarios, entre los que figuran un sorprendente número que no son deportistas, consume esteroides. Una encuesta mostró que el grupo más numeroso de usuarios de esteroides por primera vez fueron los menores de 15 años. De las personas que recurren a los esteroides, el 95 por ciento son varones y el 65 por ciento son deportistas, principalmente jugadores de fútbol americano, luchadores o levantadores de pesas.

El síntoma más frecuente del uso de esteroides anabolizantes es el notable aumento del volumen corporal. Quienes los consumen se sienten más enérgicos y a menudo tienen un mayor deseo sexual (libido). Los efectos colaterales están principalmente relacionados con la importancia de la dosis. Las dosis altas pueden producir efectos psicológicos como cambios de humor erráticos, conducta irracional y aumento de la agresividad (a menudo llamada furia esteroide).

El acné habitualmente empeora y es uno de los pocos efectos colaterales de los esteroides anabolizantes por los que un adolescente puede consultar al médico. En aquellos con alguna enfermedad del hígado puede producirse ictericia y es más probable que aparezca cuando los esteroides anabolizantes se ingieren en forma de comprimidos que cuando se inyectan.

El uso de esteroides anabolizantes se puede detectar hasta 6 meses después de haberlos interrumpido. Existen análisis de laboratorio que pueden determinar la presencia de los derivados de esteroides anabolizantes en la orina.

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