PERFIL Y FUNCIONES DEL EDUCADOR SOCIAL.

1. Marco conceptual del perfil del educador social
El ámbito profesional del educador social queda definido no sólo por las funciones que históricamente han sido de su competencia, sino también por aquellas que en respuesta a las necesidades sociales le han sido paulatinamente atribuidas.
El campo de trabajo del educador social está condicionado por su propia historia, pero hoy nadie cuestiona que su espacio de intervención sea la realidad sociocomunitaria, sin que ello suponga renunciar al tratamiento individual. Actualmente vivimos el auge de este campo profesional.
1.1. ELEMENTOS ESPECÍFICOS
Según Petrus Rotger, “lo específico del perfil profesional del educador social es el carácter pedagógico de su intervención, orientada ésta desde una perspectiva crítica y transformadora de la sociedad” sea cual fuere el enfoque desde el cual contemplemos la actividad del educador social, ésta viene determinada por dos ejes: a) el ámbito social de su trabajo, y b) el carácter educativo de su intervención.
Esta profesión debe tener un doble fundamento: el teórico y el práctico, entendido como dos dimensiones de una única realidad.
“la acción educativa en el ámbito social precisa de continuos análisis teórico-prácticos de cómo es y cómo debe ser la realidad, pero nunca concebir la teoría y la práctica a manera de autonomía, como es habitual en determinados discursos o escritos”.
 1.2. DIVERSIDAD DE ENFOQUES DE LA EDUCACIÓN SOCIAL
Petrus constata la importancia que tiene “definir la educación social como el marco conceptual del educador social”. Desde la perspectiva teórica se afirma que “la única vía de acceso válida para conocer lo que hoy entendemos por educación social es, por un lado, el análisis de la realidad existente, y por otro, la reflexión sistemática de lo que esa realidad es y debe ser”.
Según Petrus los principales enfoques que de la educación social percibimos en nuestro contexto cultural son:
Como socialización:  Sería el proceso de transformación del individuo biológico en individuo social, a través de la transmisión y aprendizaje de la cultura de la sociedad. La educación social sería un aprendizaje social a través de la enculturación o aculturación. En el contacto con los grupos primarios se produciría el aprendizaje afectivo, con grupos más generales y menos afectivos, interiorización de los valores, socialización secundaria y la socialización terciaria denominada también resocialización, reeducación social, educación correccional, etc.
Es el proceso de intervención educativa mediante el cual el individuo deja sus conductas antisociales, asociales o disociales y se reincorpora a la sociedad.
Acción profesional cualificada:  En la sociedad postmoderna surgen problemas en relación con la normal y anormal adaptación social. La educación social será una acción consciente, reflexiva y planificada, fundamentada en la técnica y la metodología para incidir positivamente en un sistema social por medios adecuados y destinados al cambio.
Acción cerca de la inadaptación:  La educación social trata de resolver problemas de convivencia, desarrollar y promover la calidad de vida de todos los ciudadanos y aplicar estrategias de “prevención de causas” de los desequilibrios sociales.
Adquisición de competencias sociales:  Es la acción que conduce al logro de virtudes o capacidades sociales que un grupo o sociedad considera correctas para alcanzar el éxito social. Requiere pertenencia y actuación en un grupo, supone que la persona es valorada y digna de ser tenida en cuenta y que tiene la oportunidad de contribuir al desarrollo del grupo. La competencia social exige dos condiciones: que el sujeto satisfaga las expectativas sociales que sobre él recaigan y que sea consciente de su progreso personal como ser humano, lo cual supone un grado de satisfacción en su actuación.
Didáctica de lo social: La educación social es un conjunto de estrategias e intervenciones sociocomunitarias en el medio social-marginal o no. Es un enfoque praxiológico.
Como formación política del ciudadano: La educación política forma parte de la educación en su sentido más amplio, por lo que está fuertemente ligada a la educación social. La política es la ciencia que nos dice lo que hay que regularizar aquí y ahora para poder disponer de un modelo de convivencia.
Como control social: Todo proceso educativo va en paralelo a una cierta acción de control mediante el cual las tendencias desviadas pueden ser previstas o contrarrestadas, lográndose así el deseado equilibrio adaptativo. Las sociedades más avanzadas utilizan un conjunto de procedimientos para que todos sus miembros observen las normas de conducta consensuadas y catalogadas como necesarias para conseguir el orden social.
Como trabajo social: Es un trabajo social, programada y realizado, entendido desde la perspectiva educativa y no meramente asistencial. Es una actividad más comprometida con el cambio de la realidad social injusta y con una mayor incidencia sobre las causas que generan esas desigualdades.
Como paidocenosis: Sería una acción educadora de la sociedad. La educación social entendida como instrumento para la socialización y correcta inserción social; debe entenderse también como un recurso para mejorar la propia sociedad; está principalmente cerca de aquellos sectores de la sociedad que presentan problemáticas específicas.
Como educación extraescolar: Abarcaría toda intervención educativa estrtucturada que no fuera estrictamente escolar y que no formara parte del sistema educativo reglado, que tiene la institución escolar como referente. La educación social ha de ser capaz de crear un ambiente de libertad según la edad del educando y según el ámbito concreto en que ejerza su función. Se trata de una acción pedagógica intencional y reglada, aunque sólo muy accidentalmente escolar.
Generadora de demandas sociales: La educación social tiene mucha relación con la vida cotidiana de las personas marginadas pero también es competencia suya intervenir cerca del sujeto “normalizado”. Así es como será posible que genere nuevas necesidades sociales y nuevas demandas para evitar que surjan desequilibrios precisamente en detrimento de unos y en beneficio de otros. En palabras de M. Marchioni diremos que “la educación social es una acción para la comunidad, en la comunidad y con la comunidad”.
Como prevención de causas: Debe actuar sobre las causas que generan los desajustes sociales. Esta intervención socioeducativa ha de realizarse desde los supuestos de la pedagogía y no de ciertas estrategias políticas, principalmente cuando éstas no coinciden con los principios de una correcta teoría de la educación social.
1.3. CONCEPTUALIZACIÓN INTEGRADORA
La síntesis descriptiva que hemos realizado de los principales enfoques de la educación social en la actualidad nos ayuda a comprender la difícil precisión técnica y práctica del término.
La conceptualización tiende a variar según la ideología, la filosofía y la visión antropológica desde la que se aborda su conocimiento científico.
La mayoría de autores, entre ellos Petrus Rotger, tienden a establecer enfoques y definiciones de la educación social desde una perspectiva abierta e integradora, ya que en su conceptualización intervienen diversos factores como el contexto social, la concepción política, la cultura predominante, la situación económica y la realidad educativa del momento.
Es necesario el conocimiento científico de esta realidad social polifacética cambiante para así poder incidir de manera más racional sobre ella para mejorarla. La educación social es un ámbito educativo que estará siempre en proceso de construcción. Su conocimiento científico ha de ser congruente con las características de esta realidad socioeducativa.
 2. La profesión del educador social
La definición, el perfil y las funciones del educador social han sido objeto de estudio a lo largo de la última década. La Federación Estatal de Asociaciones Profesionales de Educadores Sociales (FEAPES) presentó un documento base que sirviera para el análisis, reflexión y debate en el marco del I Congreso Estatal del Educador Social “Presente y futuro en la Educación Social” celebrado en Murcia en 1995. Parte de la idea de que la realidad social y profesional constituye la base del desarrollo futuro de la profesión.
La aparición de la Diplomatura en Educación Social en 1991, ha constituido un nuevo modelo profesional y académico. Ha sido un elemento muy importante para la configuración y perspectivas de desarrollo de esta profesión. A ello a contribuido el movimiento asociativo de profesionales anterior incluso al nacimiento de la Diplomatura.
2.1. ANTECEDENTES
La actividad existió mucho antes de que se produjera la formación del plan de estudios universitarios, el cual viene a responder a la necesaria regularización en el ámbito formativo de una realidad profesional que se configura desde la síntesis de varias figuras (educador especializado, animador sociocultural, educador de adultos,...) que estaban atendiendo diversas demandas planteadas por la sociedad (desarrollo comunitario, atención educativa a las problemáticas sociales, desarrollo personal, etc.).
Dentro de esta realidad profesional, una parte muy importante, históricamente, se ha agrupado bajo la identidad del educador especializado y precisamente desde ahí se configuró el movimiento asociativo.
El I Congreso Estatal de Asociaciones Profesionales de Educadores Sociales planteó la definición, perfil y funciones del educador social, teniendo en cuenta todos sus antecedentes profesionales y para poder dar respuesta a las demandas sociales presentes y aquéllas que en el futuro vayan apareciendo en sus ámbitos de intervención.
La historia de la figura del educador social va pareja a la historia y evolución de las sociedades en las que aparece, según el encargo social que aquél recibe y los diferentes modos de entender la sociedad y la educación.
Tradicionalmente, el movimiento profesional ha considerado el perfil de la figura profesional del Educador Social se podía enmarcar en estos ejes fundamentales:
     Es un trabajador social.
     Es un profesional de la educación.
     Es una profesión de las que se denominan “de ayuda”.
     El marco conceptual de referencia es la pedagogía social.
2.2. DEFINICIÓN PROFESIONAL DEL EDUCADOR SOCIAL
Tomando en cuenta la definición que se formula en las “Directrices Generales propias de los planes de estudios conducentes a la obtención del título oficial de Diplomado en Educación Social”: “Las enseñanzas conducentes a la obtención del título deberán orientarse a la formación de un educador en los campos de la educación no formal, educación de adultos (incluidos los de la tercera edad), inserción social de personas desadaptadas y minusválidas, así como en la acción socioeducativa”.
El movimiento asociativo ha considerado esa definición como referencia necesaria pero no suficiente, y que debe ir articulándose una definición propia más acorde con la realidad profesional.
En el documento base denominado “Definición, perfil y funciones del educador social” (I Congreso Estatal del educador social) se afirma lo siguiente:
  El educador social es el profesional de la educación que, en el ámbito de la educación no formal, trabaja en el diseño, gestión e intervención directa en los recursos y mediaciones tendentes al logro de una adecuada socialización y/o plena integración social de los individuos. Su intervención se puede situar tanto en el ámbito individual, grupal y/o comunitario”.
En el mismo documento, se afirma que, en muchas ocasiones, el educador social se configura como
  un profesional de la educación, de atención directa, que trabaja en el marco de la vida cotidiana, con el objetivo de potenciar el desarrollo de los recursos del sujeto y facilitar su circulación en un entorno comunitario más amplio, de modo que logre su inserción social activa”.
Esta definición de carácter profesional, tiene un componente integrador y otro orientador, debe complementarse con un análisis concreto de la realidad profesional, de la demanda social existente y así se podrá perfilar mejor los retos concretos que se plantean a esta figura profesional.
2.3.ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN: EVOLUCIÓN Y COMPLEJIDAD
Partimos de la idea de cierta confluencia entre los ámbitos de intervención del educador social con los de las figuras profesionales preexistentes.
 2.3.1. Aportaciones desde la educación especializada
El educador especializado en un principio intervenía casi exclusivamente en el campo de la infancia y juventud con problemas de inadaptación. Posteriormente se fue extendiendo este campo hacia ámbitos de intervención normalizados y hacia otros grupos de población inadaptada.
En los últimos años, las transformaciones sociales y políticas han influido en la atención a los sectores de la población sobre los que interviene el educador. Ha ido surgiendo la necesidad de respuestas educativas ya sean de carácter preventivo, asistencial o de control. En el campo de las minusvalías, el trabajo orientado no a la discriminación sino a la integración en ámbitos normalizados; atención especializada a las drogodependencias; demanda de atención por parte de colectivos numerosos (adultos mayores, mujer, salud mental); la intervención comunitaria intentando implicar a la sociedad en el proceso de integración de dichos sujetos, y la creación y dinamización de nuevos recursos normalizados.
El estado del bienestar y los avances pedagógicos están produciendo un cambio significativo produciéndose el paso del asistencialismo y la beneficencia a la atención profesional que potencia la autonomía, la prevención, el desarrollo comunitario y, en definitiva, hacia un enfoque educativo.
El educador especializado ha tenido que ir cambiando sus modelos y principios de actuación desde el ámbito más marginal hacia la prevención, para evitar que se llegue a esas situaciones de marginación y, finalmente realizar una prevención más global, entendiéndola como promoción genérica del bienestar social.

2.3.2 Aportaciones desde la animación sociocultural
El animador sociocultural (ASC) es también otra figura profesional concurrente en la identidad de educador social. La evolución del profesional de la ASC ha tenido un sentido inverso al del educador especializado. Desde planteamientos y ámbitos claramente comunitarios, hasta encontrarse con problemáticas más individuales, los ámbitos de la marginación e inadaptación social, estas personas o grupos les planteaban nuevos retos para su modelo de intervención.
Dentro del contexto de la ASC existe otra figura que ha gozado de contrataciones profesionales en el ámbito de las Administraciones públicas; el gestor cultural, profesional que realiza tareas de gestión técnica, de recursos culturales y artísticos, y a los que los municipios les encomiendan la gestión técnica de su política cultural y de participación social.
Pero no es conveniente incluirlos en el perfil y funciones propias del educador social. Es cierto que los educadores sociales tienen que gestionar directamente recursos sociales y culturales, pero esa función no debe ser la seña de identidad principal.

2.3.3. Aportaciones desde la educación de adultos
Buena parte del colectivo dedicado a la educación de adultos se adscribían genéricamente más al enfoque de la animación sociocultural que propiamente a la educación de adultos como específico. Otra parte del colectivo han sido educadores de adultos, formados como profesores de EGB. La práctica profesional muy pronto planteó a estos profesionales las limitaciones que el enfoque escolar originaba.

2.3.4. Síntesis de ámbitos y campos de intervención
La identificación de los ámbitos del educador social va desde lo individual a la complejidad que es posible alcanzar dentro de diversas realidades sociales, que van emergiendo junto a su puesto:
     Individuo concreto.
  Grupo determinado que puede estar identificado dentro de : un espacio familiar; un espacio de la  educación formal, no formal e informal; en el barrio; en un centro laboral.. .etc.
     En función de lo cultural.
     En función de lo económico.
     En función de lo político.
     En función del sector de intervención especializada.
El educador social es un profesional clave que interviene para modificar determinadas conductas y hábitos personales, que a su vez han de incidir en un cambio y transformación personal-social, a través de estrategias socioeducativas. Se le concibe como un agente social, como un dinamizador de grupos sociales a través de la acción educativa. Y su identidad está marcada por la intencionalidad educativa de sus acciones.
Su campo de acción está delimitado por todos aquellos procesos educativos que comparten, como mínimo, dos de los tres atributos siguientes:
a)  Se dirigen prioritariamente al desarrollo de la sensibilidad de los sujetos.
b) Tienen como destinatarios privilegiados a individuos o colectivos en situación de déficits o de conflicto social.
c)   Tienen lugar en contextos o por medios educativos no formales.

La función principal del educador es crear y diseñar planes, programas y proyectos donde la intervención socioeducativa tenga una incidencia real y efectiva. Estas funciones y tareas emanan directamente de las necesidades concretas para la normal convivencia democrática de los ciudadanos.
Diversas nomenclaturas que corresponden a los campos de acción:
Educación especializada, Educación de adultos, Animación sociocultural, Formación ocupacional, Drogodependencias, Servicios Sociales, Desarrollo comunitario, Inadaptación y marginación social, Reinserción social, Minusvalías, Tercera Edad, Infancia y adolescencia, Medios de comunicación social, Educación para el desarrollo, Agente de comunidades virtuales.
Todas estas denominaciones tienen como punto de partida el marco sociopolítico del que nace y se desarrolla, y a la vez, llevan implícito los destinatarios a los que la intervención se dirige.

3. La identidad del educador social
Al tratar de caracterizar su identidad, se afirma que cuando se hace hincapié en lo social, la identidad se encuentra en la socialización de grupos o personas con dificultad; y cuando se hace hincapié en lo cultural, la identidad se encuentra en la participación en la comunidad.
La profesión de educador social está todavía no del todo definida ni bien definida en muchos lugares de trabajo. La manera más eficaz para reforzar la identidad es ejercerla desde la acción educativa rigurosa, incluso en los campos más nuevos.
Con respecto a la práctica profesional, el trabajo en equipo, el trabajo interdisciplinario con una visión amplia ha de permitir a los educadores la atención educativa, la gestión de recursos humanos y económicos, la planificación de los recursos y servicios, así como la función puente entre las necesidades sociales y la responsabilidad pública.

4. Competencias de los educadores sociales a la luz de las directrices de la unión europea
La Asociación Internacional de Educadores Sociales (AIEJI), a través de su oficina europea, inició en 2003 un proceso para elaborar un documento en el que constaran las competencias necesarias para ejercer esta profesión, que hiciera posible que cualquier educador social pudiera ejercer como tal en un país que no sea el suyo, sin necesidad de realizar medidas compensatorias.
En el I Simposio Europeo de Asociaciones Profesionales de Educadoras y Educadores Sociales (Barcelona, 2003) las asociaciones participantes acordaron elaborar un borrador de propuesta para una Plataforma Común de las Educadoras y Educadores Sociales.
En el II Simposio (2004), se presentó ya el texto que contiene el conjunto de criterios para las cualificaciones profesionales que garanticen un nivel suficiente de competencia.
Las ideas fundamentales del documento son diversas:
La educación social es una acción intencional, un proceso de acciones socioeducativas, planificado y orientado a la consecución de objetivos. La profesión se basa también en un conjunto de valores éticos.  Los métodos son multidimensionales. Su finalidad es la socialización y la ciudadanía plena para todo el mundo.
La educación social está basada en la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU y presupone un entendimiento fundamental de la integridad y del valor de cualquier ser humano, sin excepción alguna. La educación social es una profesión con gran dinámica, adaptabilidad y una perspectiva integradora.
Las competencias de los educadores sociales pueden caracterizarse como una síntesis de conocimientos, habilidades y actitudes.
El educador social tiene que apoyar a la persona individual en su desarrollo para que ellas mismas puedan resolver sus problemas individuales, o compartidos; potenciar la habilidad personal para decidir por sí mismo, adaptarse y desarrollarse. El ideal es el de la persona con poderes, es decir, capaz de entender y actuar dentro de la comunidad, a través de sus propias perspectivas, conocimientos y habilidades.
Su herramienta principal es el proceso interpersonal, su cuerpo y su mente, lo que supone que deben ser capaces de definir contenidos, relaciones, dinámicas y métodos.
La educación social es una profesión constituida por una combinación de conocimientos teóricos, habilidades prácticas y compromiso; para poder trabajar en la integración de grupos marginados e individuos, los educadores sociales están obligados a identificar y a oponerse a los mecanismos de exclusión de la sociedad.
4.1. COMPETENCIAS PROFESIONALES DE LA ACCIÓN SOCIOEDUCATIVA
Competencias---es el potencial de acción del educador con respecto a una tarea, situación o contexto del trabajo socioeducativo, que abarca el conocimiento y las aptitudes intelectuales, manuales y sociales, así como las actitudes y la motivación.
Competencias fundamentales, son las que indican diferentes niveles sobre como deberían poder actuar, intervenir y reflexionar en diversos contextos de la práctica profesional, los educadores sociales.
Competencias centrales, son aquéllas que proporcionan las herramientas metodológicas para el trabajo.

4.2. COMPETENCIAS FUNDAMENTALES
4.2.1. Competencias para intervenir
El educador debe actuar directamente en la situación y dar respuesta a las necesidades de los destinatarios, de una forma adecuada, y generalmente sin demasiado tiempo de reflexión. La acción puede basarse en la intuición o en la comunicación no verbal, y también en conocimientos teóricos y en la experiencia.
4.2.2. Competencias para evaluar
Debe saber planificar, organizar y reflexionar en relación con sus acciones e intervenciones futuras y cualificar estas acciones incorporando sus conocimientos teóricos y prácticos y la reflexión sobre su propia práctica; asimismo, debe saber evaluar la relación entre la intención, la acción y el resultado.
4.2.3. Competencias para reflexionar
Sobre los problemas de su ámbito profesional, el educador debe reflexionar junto a otros colegas o profesionales y difundir sus reflexiones, cuando así proceda, también entre los profesionales y en el sector público.

4.3. COMPETENCIAS CENTRALES
4.3.1. Competencias relacionales y personales
La relación entre el educador social y el destinatario es esencial en el trabajo socioeducativo. Actualmente se da gran importancia al aspecto personal, a competencias personales tales como el compromiso, la motivación, las actitudes y el espíritu.
Se requiere trabajar con rigor las relaciones con el usuario pero esta relación no es simétrica. El educador debe ser capaz de relacionarse personal y profesionalmente con el usuario, mientras que el usuario no está obligado a relacionarse con el educador. La relación podría convertirse en destructiva si no se gestiona correctamente.
Ello requiere un alto nivel de empatía, de conciencia,  de reflexión ética, de ser capaz de separar las relaciones profesionales de las relaciones privadas y de centrarse en las necesidades del usuario, así como sentido de la responsabilidad y mucha perspicacia profesional.
4.3.2. Competencias sociales y comunicativas
Tienen que ver con la Administración, la gestión y el desarrollo del puesto de trabajo socioeducativo y con su funcionamiento planificado y sistematizado.
El trabajo de la educación social en gran parte depende de la colaboración de las partes implicadas. Los educadores sociales llevan a cabo su trabajo en equipos interdisciplinarios, multidisciplinarios o en grupo, lo que implica ser capaces de colaborar y participar en trabajos en equipo, que incluye la capacidad de actuar en ámbitos de los cuales puede haber disparidad de criterios. Ser capaces de resolver y gestionar los conflictos.
En relación con los usuarios, los educadores deben poseer competencias de comunicación teóricas, prácticas y metodológicas para poder intercambiar mensajes con ayuda de sus códigos sociales y su lenguaje. Deben ser capaces de colaborar con las autoridades, la Administración y los familiares, y de guiar y aconsejar, lo que incluye el conocimiento sobre el uso de técnicas para aconsejar.
4.3.3. Competencias organizativas
Tienen que ver con la Administración, la gestión y el desarrollo del puesto de trabajo socioeducativo y con su funcionamiento planificado y sistematizado.
4.3.4. Competencias del sistema
El trabajo socioeducativo es una labor social y se desarrolla junto con el sistema privado y el público de los que forma parte y que establecen el marco de dicho trabajo. Los educadores sociales deben ser capaces de crear diálogo y negociar decisiones con las autoridades.
4.3.5 Competencias de aprendizaje y desarrollo
El educador social debe estar preparado para el cambio y poseer instrumentos de desarrollo que le permitan mejorar sus competencias profesionales y la base teórica a través de la formación continua y complementaria.
4.3.6. Competencias generadas por el ejercicio profesional
Se refieren a la manera en que los educadores sociales deben efectuar y administrar su profesión.
a)  Competencias teóricas y metodológicas:
El educador social tiene que ser capaz de incorporar elementos educativos, psicológicos, sociológicos, antropológicos, adecuados a la generación de conocimientos a partir de la reflexión sobre la experiencia profesional.
b)  Competencias conductuales:
Hacen referencia a los métodos de autocomprensión, las normas, la ética y la moral de la profesión, que “son esenciales para la profesionalidad del trabajo socioeducativo”.
c)  Competencias culturales: Conocimientos sobre puntos de vista de diferentes culturas y valores culturales.
d) Competencias creativas:
En forma de expresión, música, movimientos.


5. Exigencia ética
El trabajo profesional de los educadores sociales “se basa en valores humanistas y democráticos. Promueve la igualdad y el respeto, una atención a las necesidades. Privacidad, fomenta la autonomía y la calidad de vida de los usuarios
La Plataforma Común ha fijado unos Objetivos y unos Principios de la Guía Ética, que constituyen las bases prácticas de su código ético profesional, al cual los educadores sociales se adherirán, y al principio de responsabilidad personal.
Desde los inicios de la profesión, la ética profesional era ya un tema de debate y preocupación para el colectivo. A partir del III Congreso Estatal del Educador Social (XV Congreso Mundial de la AIEJI) celebrado en Barcelona, donde se asientan las bases para la elaboración de un código deontológico.
La Asociación Estatal de Educación Social (ASEDES) concretó el compromiso y con las aportaciones de distintas comisiones de los colegios y asociaciones profesionales, fue aprobado en Toledo, el 28 de febrero de 2004.

6. Ámbitos emergentes para el educador social


I. ÁREA MOTIVACIONAL
La resiliencia
Es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose al futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, condiciones de vida difíciles y traumas. Es un fenómeno común que surge a partir de funciones y procesos adaptativos normales del ser humano.
El desarrollo de las capacidades resilientes se da a edades tempranas de ahí la importancia de que todo individuo esté inserto en contextos relacionales que le ofrezcan las siguientes experiencias:
     Experiencia de buenos tratos, que se sienta digno de ser estimado.
     Participar en procesos continuos de comunicación que le haya permitido conocer su realidad familiar y social.
     Vivir experiencias de apoyo social y muestras afectivas.
     Haber participado en procesos sociales para luchar contra las injusticias.
     Haber aprovechado procesos educativos que potencien el respeto a los derechos humanos.
     Haber participado en movimientos sociales.
Los elementos constitutivos de la resiliencia consisten en la presencia de factores protectores que surgen de la interacción de elementos tales como naturaleza-educación y persona­situación/contexto. La resiliencia no está considerada como una capacidad fija, sino que puede variar a través del tiempo y las circunstancias.
La resiliencia es un campo emergente de nuevas funciones para el educador social, cobra importancia ya que demanda centrarnos en la observación, análisis y estudio para ver cómo se vertebran los recursos personales y colectivos, más que fijarnos en las carencias de ambos.
El enfoque metodológico de las redes sociales considera al individuo y al grupo en interacción continua con el entorno.
El desarrollo y/o evolución de la red social varía según las variables socioeconómicas (como la fuente de origen, nivel de educación, etc.) y las variables personales (tipo de empleo, estilo de vida, etc.).
Las habilidades socio-afectivas nos llevan a formar capacidades para el conocimiento y autoconocimiento personal. Han de ayudarnos a cultivar esas capacidades:
La autoestima, la creatividad y el buen humor junto con el desarrollo de estrategias de comunicación en relación a la capacidad para:
- La negociación.
- La resolución de conflictos.
- La mediación
- El asesoramiento, mentorización
- La facilitación.

La interculturalidad es una apuesta por el respeto a la pluralidad de nacionalidades y la heterogeneidad de formas de vida.

II. ÁREA DE LIDERAZGO FACILITADOR
a) Organización y cultura del tercer sector
La estructura y cultura organizacional de la sociedad civil la constituye el tercer sector.
Existe un tercer sector de actividades económicas diferentes de las de los sectores privado-mercantil y público-tradicionales, formando tres grandes componentes: las empresas cooperativas, las organizaciones mutualistas y las asociaciones.
La idea del tercer sector se basa en la capacidad de emprender, formalizando un modelo empresarial con finalidad social que se oponga al de asistencia y al de control social. El tejido social que conforma este sector preserva y propaga las nociones de iniciativa, de voluntariado, de participación y de pluralismo, defendiendo la igualdad de derechos y de oportunidades para todos, la necesidad de satisfacer las carencias de los débiles y de trabajar en pro de la cooperación al desarrollo a favor de los pueblos más desfavorecidos.
En suma, crear, capitalizar y defender una sociedad civil más solidaria.
El trabajo que ha de emprender el educador social está dirigido tanto a la persona aislada como a los colectivos, para que se conviertan en miembros activos de la sociedad y asuman responsabilidades con respecto a sí mismos y con respecto a la comunidad en la que viven.
El objetivo de las funciones del educador social en este campo es empoderar a las personas o grupos para que tomen decisiones que influyan en el orden a ganar una autonomía laboral y que tengan un rol activo en la toma de decisiones políticas que les atañen como ciudadanos. Y cómo hacer uso responsable de los beneficios que el trabajo provee hacia la mejora de la calidad de vida personal y comunitaria.
b) La Gestión de procesos
Procesos que tengan una incidencia real y efectiva basados en lo siguiente:
     Confianza en los actores sociales.
     Participación de todos los sectores sociales implicados en la realidad educativa.
     Diálogo para la igualdad de oportunidades.
     Solidaridad
     La optimización del aprendizaje.
La gestión de procesos ha de basarse en conjugar estratégicamente procedimientos tanto cualitativos como cuantitativos, para las siguientes funciones que el educador ha de desarrollar y poner en práctica dentro del campo emergente de la educación permanente:
Áreas de: información, comunicación presencial, comunicación virtual, de orientación, de motivación, de participación ciudadana, de toma de decisiones en grupo, de formación, de marketing social.
c) Sistematización de experiencias
La sistematización es aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explica la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo.
La sistematización es un proceso de conocimiento, sin ser investigación en sentido estricto, es una modalidad de ésta, que procura realizar una conceptualización a partir de las prácticas. Permite la ubicación de las experiencias en un sistema de abstracción al cual denominamos teoría, es la concepción explícita o la que subyace a toda práctica.
La sistematización facilita una recuperación ordenada de los procesos que se generan en la práctica.
Las características del proceso de sistematización son:
     Proceso de interlocución entre personas.
     Interesa tanto el proceso como el producto y la estrategia a seguir.
     Proceso abierto a las aportaciones y el desarrollo del grupo.
  Proceso que permite ver cómo se llevó a cabo la experiencia, descubriendo la lógica interna de los elementos que la componen.
Hay dos requisitos básicos para la sistematización de experiencias:
     Requiere orden: registro ordenado de hechos, orden y reconstrucción del proceso vivido y orden de los conocimientos desordenados que surgen en el transcurso de la experiencia.
     Requiere una memoria histórica: esfuerzo de recuperación de la memoria histórica, la recupera, revisa críticamente las prácticas y permite entender las prácticas concretas como procesos históricos y dinámicos.
Los supuestos básicos para llevar adelante la sistematización se basan en:
     Considerar a toda persona como sujeto de conocimiento.
     Convertir la propia experiencia en objeto de estudio.
     Implica reflexión sobre la práctica.
     Implica considerarla en un determinado contexto.
     Analiza procesos de desarrollo a través de espacios concretos.
     Prestar atención a la experiencia y a las interpretaciones de quienes participan en dicho proceso.
     Mantener un equilibrio entre aspectos teóricos y prácticos.

El interés que tiene la sistematización para el educador social se basa en los aprendizajes que son internalizados por los propios ciudadanos. De ahí el interés por promover esta práctica que permite tomar conciencia y generar conocimientos, acción y reflexión desde las experiencias relacionadas con la cotidianeidad humana y democrática.

Estos aprendizajes nos sirven para compartir, difundir y reforzar:
     La experiencia a otras organizaciones y/o personas para que puedan aprovecharlas en un futuro.
     Su propósito es compartir y contrastar un aprendizaje.
     La identidad de la propia organización y el sentido de pertenencia a la misma.



III. ÁREA E-DEMOCRÁTICA
a) Democracia electrónica
Una ciudadanía cada vez más autónoma, instruida y reflexiva dentro de un mundo globalizado hace uso de las nuevas tecnologías.
Las comunicaciones digitales se conciben como una herramienta práctica que otorga la sociedad civil, como actores políticos, un protagonismo para recuperar y recrear un espacio dialógico y de denuncias, de deliberación en relación con sus intereses y necesidades.
Habermas define la democracia como la forma política derivada de un libre proceso comunicativo dirigido a lograr acuerdos consensuados en la toma de decisiones colectivas. Una comunidad ideal de comunicación.
Esta comunidad ideal de comunicación virtual se caracteriza por:
a)      Todos los integrantes pueden ejercer indistintamente como emisores o receptores.
b)      Se produce una ilimitada cantidad y variedad de informaciones sin mayores restricciones que las que se autoimpongan sus emisores.
c)      Pueden darse formas de conexión colectivas en tiempo real, y, por tanto, la formación de flujos discursivos.
Como todo nuevo proceso emergente, tiene sus riesgos y peligros para la misma democracia participativa, deliberativa y de consenso. Hay que reflexionar sobre las nuevas formas en que el poder toma fuerza, hablamos del poder que ejerce aquel grupo o persona que posee o domina las fuentes de donde emana una determinada información que luego puede convertirse o ser considerado conocimiento único e infalible, y como éste puede utilizarse para fines totalmente ajenos a unas buenas prácticas de socialización y difusión.
La democracia deliberativa requiere de una intensa labor del educador social para guiar los procesos de comunicación grupal.
b) Las nuevas tecnologías
Nos permiten abrir un espacio emergente tanto para la formación electrónica (e-learning) como para el trabajo electrónico o teletrabajo (e-working). Estas dos modalidades crean una concepción de enseñanza y trabajo que modifican en gran parte costumbres, prácticas, usos del tiempo, espacios y comportamientos en la interacción humana.
Es una oportunidad para colectivos como los jóvenes, mujeres, parados de larga duración y discapacitados dispongan de un medio eficaz para realizarse.
c) La comunidad virtual
Ofrece al educador social un espacio de aprendizaje, debate y reflexión colectivo descentralizado, sin fronteras, de comunidades multiculturales e interdisciplinares.
Los ensayos y errores para constituir una comunidad mediante el uso efectivo de una combinación de medios presenciales y virtuales, han permitido sistematizar la experiencia para conocer cuál es el proceso idóneo y pertinente a seguir para la consecución de las mismas.
Salmon y Gilbert Benzon nos describen un modelo de cinco etapas:
1Etapa: Acceso y motivación:
Objetivo= Reconocer la utilidad práctica y efectiva que una comunidad virtual de aprendizaje puede proporcionar al grupo.
Función y tareas del educador como facilitador virtual= crear y mantener los espacios y procesos necesarios para lograr el objetivo de la comunidad.
2a Etapa: Socialización en línea:
Objetivo:establecer identidades virtuales y relaciones entre participantes. Función y tareas del educador= Facilitar la creación de una visión compartida.
3a Etapa: Intercambio de información:
Objetivo:conseguir compartir la información relevante a las necesidades propias, de otros y de la comunidad, y valorar la eficiencia y los beneficios del nuevo proceso.
Función y tareas del educador=facilita, modera y coordina.
4a Etapa: Construcción del conocimiento:
Objetivo: Lograr la construcción coparticipativa de nuevos conocimientos y realidades.
Función del educador ésfacilitar, monitorear y retroalimentar procesos sinérgicos interpersonales para un efectivo trabajo en equipo virtual.
5Etapa: Desarrollo:

Objetivo: Usar el proceso para lograr metas personales, integrar en proceso con otras formas de aprendizaje y extender y multiplicar la comunidad, creando una red de redes. Los participantes han de ser responsables de su propio aprendizaje, comenzando a cuestionar y mejorar el mismo proceso. Función del educador és asesorar.

www.matilde-llop.es/.../EP%20tema%2014.rtf

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