PERFIL Y FUNCIONES DEL EDUCADOR SOCIAL.
1. Marco
conceptual del perfil del educador social
El ámbito
profesional del educador social queda definido no sólo por las funciones que
históricamente han sido de su competencia, sino también por aquellas que en
respuesta a las necesidades sociales le han sido paulatinamente atribuidas.
El campo de
trabajo del educador social está condicionado por su propia historia, pero hoy
nadie cuestiona que su espacio de intervención sea la realidad sociocomunitaria,
sin que ello suponga renunciar al tratamiento individual. Actualmente vivimos
el auge de este campo profesional.
1.1.
ELEMENTOS ESPECÍFICOS
Según Petrus Rotger, “lo específico del perfil profesional del educador
social es el carácter pedagógico de su intervención, orientada ésta desde
una perspectiva crítica y transformadora de la sociedad”
sea cual fuere el enfoque desde el cual contemplemos la actividad del educador
social, ésta viene determinada por dos ejes: a) el ámbito social de su
trabajo, y b) el carácter educativo de su intervención.
Esta profesión debe tener un doble fundamento: el teórico y el práctico,
entendido como dos dimensiones de una única realidad.
“la acción
educativa en el ámbito social precisa de continuos análisis teórico-prácticos
de cómo es y cómo debe ser la realidad, pero
nunca concebir la teoría y la práctica a manera de autonomía, como es
habitual en determinados discursos o escritos”.
1.2.
DIVERSIDAD DE ENFOQUES DE LA EDUCACIÓN SOCIAL
Petrus constata la importancia que tiene “definir la educación social como
el marco conceptual del educador social”. Desde la perspectiva teórica se afirma
que “la única vía de acceso válida para conocer lo que hoy entendemos por
educación social es, por un lado, el análisis de la realidad existente, y por
otro, la reflexión sistemática de lo que esa realidad es y debe ser”.
Según Petrus
los principales enfoques que de la educación social percibimos en nuestro
contexto cultural son:
Como
socialización: Sería el proceso de transformación
del individuo biológico en individuo social, a través de la transmisión y aprendizaje de la cultura de la
sociedad. La educación social sería un aprendizaje social a través de la enculturación o aculturación.
En el contacto con los grupos primarios se produciría el aprendizaje
afectivo, con grupos más generales y menos afectivos, interiorización de
los valores, socialización secundaria y la socialización terciaria
denominada también resocialización, reeducación social, educación correccional,
etc.
Es el proceso de intervención educativa mediante el cual el individuo deja
sus conductas antisociales, asociales o disociales y se reincorpora a la sociedad.
Acción
profesional cualificada: En la
sociedad postmoderna surgen problemas en relación con la normal y anormal
adaptación social. La educación social será una acción consciente,
reflexiva y planificada, fundamentada en la técnica y
la metodología para incidir positivamente en un sistema social por
medios adecuados y destinados al cambio.
Acción
cerca de la inadaptación: La
educación social trata de resolver problemas de convivencia, desarrollar y
promover la calidad de vida de todos los ciudadanos y aplicar
estrategias de “prevención de causas” de los desequilibrios sociales.
Adquisición
de competencias sociales: Es
la acción que conduce al logro de virtudes o capacidades sociales que un grupo
o sociedad considera correctas para alcanzar el éxito social.
Requiere pertenencia y actuación en un grupo, supone que la persona es valorada
y digna de ser tenida en cuenta y que tiene la oportunidad de contribuir al desarrollo del grupo. La
competencia social exige dos condiciones: que el sujeto satisfaga las expectativas sociales que sobre él
recaigan y que sea consciente de su progreso personal como ser humano,
lo cual supone un grado de satisfacción en su actuación.
Didáctica
de lo social:
La educación social es un conjunto de estrategias e intervenciones sociocomunitarias
en el medio social-marginal o no. Es un enfoque praxiológico.
Como
formación política del ciudadano: La educación política forma parte de la educación
en su sentido más amplio, por lo que está fuertemente ligada a la educación
social. La política es la ciencia que nos dice lo que hay que regularizar aquí
y ahora para poder disponer de un modelo de convivencia.
Como
control social: Todo proceso educativo va en paralelo a
una cierta acción de control mediante el cual las tendencias desviadas pueden ser previstas o contrarrestadas, lográndose
así el deseado equilibrio adaptativo. Las
sociedades más avanzadas utilizan un conjunto de procedimientos para que todos
sus miembros observen las normas de conducta consensuadas y catalogadas
como necesarias para conseguir el orden social.
Como
trabajo social: Es un trabajo social, programada y realizado, entendido desde la
perspectiva educativa y no meramente asistencial. Es una actividad más
comprometida con el cambio de la realidad social injusta y con una mayor
incidencia sobre las causas que generan esas desigualdades.
Como
paidocenosis: Sería una acción educadora de la
sociedad. La educación social entendida como instrumento para la socialización
y correcta inserción social; debe entenderse también como un recurso para
mejorar la propia sociedad; está principalmente cerca de aquellos sectores de
la sociedad que presentan problemáticas específicas.
Como
educación extraescolar: Abarcaría toda intervención educativa estrtucturada que
no fuera estrictamente escolar y que no formara parte del sistema educativo
reglado, que tiene la institución escolar como referente. La educación social
ha de ser capaz de crear un ambiente de libertad según la edad del educando y
según el ámbito concreto en que ejerza su función. Se trata de una acción
pedagógica intencional y reglada, aunque sólo muy accidentalmente escolar.
Generadora
de demandas sociales: La educación social tiene mucha relación con la vida
cotidiana de las personas marginadas pero también es competencia suya
intervenir cerca del sujeto “normalizado”. Así es como será posible que genere nuevas necesidades sociales y nuevas
demandas para evitar que surjan desequilibrios precisamente en detrimento de unos y en beneficio de otros. En palabras
de M. Marchioni diremos que “la
educación social es una acción para la comunidad, en la comunidad
y con la comunidad”.
Como
prevención de causas: Debe actuar sobre las causas que generan los desajustes
sociales. Esta intervención socioeducativa ha de realizarse desde los supuestos
de la pedagogía y no de ciertas estrategias políticas, principalmente cuando éstas no coinciden con los principios de una
correcta teoría de la educación social.
1.3. CONCEPTUALIZACIÓN
INTEGRADORA
La
síntesis descriptiva que hemos realizado de los principales enfoques de la
educación social en la actualidad nos ayuda a comprender la difícil precisión técnica y práctica
del término.
La conceptualización
tiende a variar según la ideología, la filosofía y la visión antropológica
desde la que se aborda su conocimiento científico.
La mayoría de autores, entre ellos Petrus Rotger, tienden a establecer
enfoques y definiciones de la educación social desde una perspectiva abierta e
integradora, ya que en su conceptualización intervienen
diversos factores como el contexto social, la concepción política, la cultura predominante,
la situación económica y la realidad educativa del momento.
Es necesario el conocimiento científico de esta realidad social
polifacética cambiante para así poder incidir de manera más racional
sobre ella para mejorarla. La educación social es un ámbito educativo que estará
siempre en proceso de construcción. Su conocimiento científico ha de ser
congruente con las características de esta realidad socioeducativa.
2. La profesión del
educador social
La definición, el perfil y las funciones del educador social han sido
objeto de estudio a lo largo de la última década. La Federación Estatal
de Asociaciones Profesionales de Educadores Sociales (FEAPES)
presentó un documento base que sirviera para el análisis, reflexión y debate en
el marco del I Congreso Estatal del Educador Social “Presente y futuro en la
Educación Social” celebrado en Murcia en 1995. Parte de la idea de que la realidad
social y profesional constituye la base del desarrollo futuro de la profesión.
La aparición
de la Diplomatura en Educación Social en 1991, ha constituido un nuevo modelo profesional y académico. Ha sido un elemento muy
importante para la configuración y perspectivas de desarrollo de esta
profesión. A ello a contribuido el movimiento asociativo de profesionales
anterior incluso al nacimiento de la Diplomatura.
2.1. ANTECEDENTES
La actividad existió mucho antes de que se produjera la formación del plan
de estudios universitarios, el cual
viene a responder a la necesaria regularización en el ámbito formativo de una realidad profesional que
se configura desde la síntesis de varias figuras (educador especializado,
animador sociocultural, educador de adultos,...) que estaban atendiendo
diversas demandas planteadas por la sociedad
(desarrollo comunitario, atención educativa a las problemáticas sociales, desarrollo
personal, etc.).
Dentro de
esta realidad profesional, una parte muy importante, históricamente, se ha
agrupado bajo la identidad del educador especializado y precisamente desde ahí
se configuró el movimiento asociativo.
El I Congreso Estatal de Asociaciones Profesionales de Educadores Sociales
planteó la definición, perfil y funciones del educador social, teniendo en cuenta todos sus
antecedentes profesionales y para poder dar respuesta a las demandas sociales
presentes y aquéllas que en el futuro vayan apareciendo en sus ámbitos de
intervención.
La historia de la figura del educador social va pareja a la historia y
evolución de las sociedades en las que aparece, según el encargo
social que aquél recibe y los diferentes modos de entender la sociedad y la educación.
Tradicionalmente, el
movimiento profesional ha considerado el perfil de la figura profesional del Educador
Social se podía enmarcar en estos ejes fundamentales:
– Es un trabajador social.
– Es un profesional de la
educación.
– Es una profesión de las
que se denominan “de ayuda”.
– El marco conceptual de
referencia es la pedagogía social.
2.2. DEFINICIÓN PROFESIONAL
DEL EDUCADOR SOCIAL
Tomando en cuenta la definición que se formula en las “Directrices
Generales propias de los planes de estudios conducentes a la
obtención del título oficial de Diplomado en Educación Social”: “Las enseñanzas
conducentes a la obtención del título deberán orientarse a la formación de un educador
en los
campos de la educación no formal, educación de adultos (incluidos los de la
tercera edad), inserción social de personas
desadaptadas y minusválidas, así como en la acción socioeducativa”.
El movimiento asociativo ha considerado esa definición como referencia
necesaria pero no suficiente, y que debe ir articulándose una
definición propia más acorde con la realidad profesional.
En
el documento base denominado “Definición, perfil y funciones del educador
social” (I Congreso Estatal del educador social) se afirma lo siguiente:
“ El educador social es el
profesional de la educación que, en el ámbito de la educación no formal,
trabaja en el diseño, gestión e intervención directa en los recursos y
mediaciones tendentes al logro de una adecuada socialización y/o plena
integración social de los individuos. Su intervención se puede situar tanto en
el ámbito individual, grupal y/o comunitario”.
En el mismo documento, se afirma que, en muchas ocasiones, el educador
social se configura como
“ un profesional de la
educación, de atención directa, que trabaja en el marco de la vida cotidiana,
con el objetivo de potenciar el desarrollo de los recursos del sujeto y
facilitar su circulación en un entorno comunitario más amplio, de modo que
logre su inserción social activa”.
Esta definición de carácter profesional, tiene un componente integrador y
otro orientador, debe complementarse con un análisis concreto de la realidad profesional, de la
demanda social existente y así se podrá perfilar mejor los retos concretos que
se plantean a esta figura profesional.
2.3.ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN:
EVOLUCIÓN Y COMPLEJIDAD
Partimos de
la idea de cierta confluencia entre los ámbitos de intervención del educador
social con los de las figuras profesionales preexistentes.
2.3.1. Aportaciones desde la
educación especializada
El educador
especializado en un principio intervenía casi exclusivamente en el campo de la
infancia y juventud con problemas de inadaptación. Posteriormente se fue
extendiendo este campo hacia ámbitos de intervención normalizados y hacia otros
grupos de población inadaptada.
En los últimos años, las transformaciones sociales y políticas han influido
en la atención a los sectores de la población sobre los que interviene el educador. Ha ido
surgiendo la necesidad de respuestas educativas ya sean de carácter preventivo,
asistencial o de control. En el campo de las minusvalías, el trabajo orientado
no a la discriminación sino a la integración en ámbitos normalizados; atención
especializada a las drogodependencias; demanda de atención por parte de colectivos numerosos (adultos mayores, mujer,
salud mental); la intervención comunitaria intentando implicar a la
sociedad en el proceso de integración de dichos sujetos, y la creación y
dinamización de nuevos recursos normalizados.
El estado del
bienestar y los avances pedagógicos están produciendo un cambio significativo
produciéndose el paso del asistencialismo y la beneficencia a la atención
profesional que potencia la autonomía, la
prevención, el desarrollo comunitario y, en definitiva, hacia un enfoque
educativo.
El educador especializado
ha tenido que ir cambiando sus modelos y principios de actuación desde el
ámbito más marginal hacia la prevención, para evitar que se llegue a esas
situaciones de marginación y, finalmente realizar una prevención más global,
entendiéndola como promoción genérica del bienestar social.
2.3.2 Aportaciones desde
la animación sociocultural
El animador
sociocultural (ASC) es también otra figura profesional concurrente en la
identidad de educador social. La evolución
del profesional de la ASC ha tenido un sentido inverso al del educador especializado. Desde planteamientos y
ámbitos claramente comunitarios, hasta encontrarse
con problemáticas más individuales, los ámbitos de la marginación e
inadaptación social, estas personas o grupos les planteaban nuevos retos
para su modelo de intervención.
Dentro del contexto de la ASC existe otra figura que ha gozado de
contrataciones profesionales en el ámbito de las Administraciones públicas; el gestor
cultural, profesional que realiza tareas de gestión técnica, de recursos
culturales y artísticos, y a los que los municipios les encomiendan la gestión
técnica de su política cultural y de participación social.
Pero
no es conveniente incluirlos en el perfil y funciones propias del educador
social. Es cierto que los educadores sociales tienen que gestionar directamente recursos sociales
y culturales, pero esa función no debe ser la seña de identidad principal.
2.3.3. Aportaciones desde
la educación de adultos
Buena parte
del colectivo dedicado a la educación de adultos se adscribían genéricamente
más al enfoque de la animación sociocultural
que propiamente a la educación de adultos como específico. Otra parte del colectivo han sido educadores de
adultos, formados como profesores de EGB. La práctica profesional muy pronto planteó a estos profesionales las limitaciones
que el enfoque escolar originaba.
2.3.4. Síntesis de
ámbitos y campos de intervención
La
identificación de los ámbitos del educador social va desde lo individual a la
complejidad que es posible alcanzar dentro de diversas realidades sociales, que
van emergiendo junto a su puesto:
– Individuo concreto.
– Grupo
determinado que puede estar identificado dentro de : un espacio familiar; un
espacio de la educación formal, no formal e informal; en el barrio; en un centro laboral..
.etc.
– En función de lo
cultural.
– En función de lo
económico.
– En función de lo
político.
– En función del sector de
intervención especializada.
El educador
social es un profesional clave que interviene para modificar determinadas
conductas y hábitos personales, que a su vez han de incidir en un cambio y
transformación personal-social, a través de
estrategias socioeducativas. Se le concibe como un agente social, como un
dinamizador de grupos sociales a través de la acción educativa. Y su identidad
está marcada por la intencionalidad educativa de sus acciones.
Su campo de
acción está delimitado por todos aquellos procesos educativos que comparten,
como mínimo, dos de los tres atributos siguientes:
a) Se dirigen
prioritariamente al desarrollo de la sensibilidad de los sujetos.
b) Tienen como destinatarios
privilegiados a individuos o colectivos en situación de déficits o de conflicto
social.
c) Tienen lugar en contextos
o por medios educativos no formales.
La función
principal del educador es crear y diseñar planes, programas y proyectos donde
la intervención socioeducativa tenga una
incidencia real y efectiva. Estas funciones y tareas emanan directamente de las necesidades concretas para la
normal convivencia democrática de los ciudadanos.
Diversas nomenclaturas
que corresponden a los campos de acción:
Educación especializada, Educación de adultos, Animación sociocultural,
Formación ocupacional, Drogodependencias, Servicios Sociales, Desarrollo
comunitario, Inadaptación y marginación social, Reinserción social, Minusvalías,
Tercera Edad, Infancia y adolescencia, Medios de comunicación social, Educación
para el desarrollo, Agente de comunidades virtuales.
Todas estas denominaciones tienen
como punto de partida el marco sociopolítico del que nace y se desarrolla, y a
la vez, llevan implícito los destinatarios a los que la intervención se dirige.
3. La identidad del
educador social
Al tratar de caracterizar su identidad, se afirma que cuando se hace
hincapié en lo social, la identidad se encuentra en la socialización de grupos o
personas con dificultad; y cuando se hace hincapié en lo cultural, la identidad
se encuentra en la participación en la comunidad.
La profesión de educador social está todavía no del todo definida ni bien
definida en muchos lugares de trabajo. La manera más eficaz para reforzar la identidad es
ejercerla desde la acción educativa rigurosa, incluso en los campos más nuevos.
Con respecto a la
práctica profesional, el trabajo en equipo, el trabajo interdisciplinario con
una visión amplia ha de permitir a los
educadores la atención educativa, la gestión de recursos humanos y económicos,
la planificación de los recursos y
servicios, así como la función puente entre las necesidades sociales y la
responsabilidad pública.
4. Competencias de los
educadores sociales a la luz de las directrices de la unión europea
La Asociación Internacional de Educadores Sociales (AIEJI), a través de su
oficina europea, inició en 2003 un proceso para elaborar un documento en el que
constaran las competencias necesarias para
ejercer esta profesión, que hiciera posible que cualquier educador social pudiera
ejercer como tal en un país que no sea el suyo, sin necesidad de
realizar medidas compensatorias.
En el I
Simposio Europeo de Asociaciones Profesionales de Educadoras y Educadores
Sociales (Barcelona, 2003) las asociaciones
participantes acordaron elaborar un borrador de propuesta para una
Plataforma Común de las Educadoras y Educadores Sociales.
En el
II Simposio (2004), se presentó ya el texto que contiene el conjunto de
criterios para las cualificaciones profesionales que garanticen un nivel suficiente de
competencia.
Las ideas fundamentales
del documento son diversas:
La educación
social es una acción intencional, un proceso de acciones socioeducativas,
planificado y orientado a la consecución de objetivos. La profesión se basa
también en un conjunto de valores éticos. Los métodos son multidimensionales. Su
finalidad es la socialización y la ciudadanía plena para todo el mundo.
La educación social está basada en la Declaración de los Derechos Humanos
de la ONU y presupone un entendimiento fundamental de la integridad y
del valor de cualquier ser humano, sin excepción alguna. La educación social es una
profesión con gran dinámica, adaptabilidad y una perspectiva integradora.
Las
competencias de los educadores sociales pueden caracterizarse como una síntesis
de conocimientos, habilidades y actitudes.
El educador social tiene que apoyar a la persona individual en
su desarrollo para que ellas mismas puedan resolver sus problemas individuales,
o compartidos; potenciar la habilidad personal para decidir por
sí mismo, adaptarse y desarrollarse. El ideal es el de la persona con poderes,
es decir, capaz de entender y actuar dentro de la comunidad, a través de sus propias perspectivas,
conocimientos y habilidades.
Su herramienta principal
es el proceso interpersonal, su cuerpo y su mente, lo que supone que deben ser
capaces de definir contenidos, relaciones, dinámicas y métodos.
La educación social es una profesión constituida por una combinación de
conocimientos teóricos, habilidades prácticas y compromiso; para poder trabajar
en la integración de grupos marginados e individuos, los educadores sociales
están obligados a identificar y a oponerse a los mecanismos de exclusión de la sociedad.
4.1. COMPETENCIAS
PROFESIONALES DE LA ACCIÓN SOCIOEDUCATIVA
Competencias---es el potencial de acción del educador con respecto a una
tarea, situación o contexto del trabajo socioeducativo, que abarca el
conocimiento y las aptitudes intelectuales, manuales y sociales, así como las
actitudes y la motivación.
Competencias
fundamentales, son las que indican diferentes niveles sobre como deberían poder actuar, intervenir y reflexionar en diversos
contextos de la práctica profesional, los educadores sociales.
Competencias centrales, son aquéllas que
proporcionan las herramientas metodológicas para el trabajo.
4.2. COMPETENCIAS
FUNDAMENTALES
4.2.1.
Competencias para intervenir
El educador
debe actuar directamente en la situación y dar respuesta a las necesidades de
los destinatarios, de una forma adecuada, y
generalmente sin demasiado tiempo de reflexión. La acción puede basarse
en la intuición o en la comunicación no verbal, y también en conocimientos
teóricos y en la experiencia.
4.2.2.
Competencias para evaluar
Debe saber
planificar, organizar y reflexionar en relación con sus acciones e
intervenciones futuras y cualificar estas acciones incorporando sus
conocimientos teóricos y prácticos y la reflexión sobre su propia práctica; asimismo, debe saber evaluar la relación entre la
intención, la acción y el resultado.
4.2.3.
Competencias para reflexionar
Sobre
los problemas de su ámbito profesional, el educador debe reflexionar junto a
otros colegas o profesionales y difundir sus reflexiones, cuando
así proceda, también entre los profesionales y en el sector público.
4.3. COMPETENCIAS CENTRALES
4.3.1.
Competencias relacionales y personales
La relación
entre el educador social y el destinatario es esencial en el trabajo
socioeducativo. Actualmente se da gran
importancia al aspecto personal, a competencias personales tales como el compromiso,
la motivación, las actitudes y el espíritu.
Se requiere
trabajar con rigor las relaciones con el usuario pero esta relación no es
simétrica. El educador debe ser capaz de
relacionarse personal y profesionalmente con el usuario, mientras que el usuario no está obligado a relacionarse con el
educador. La relación podría convertirse en destructiva si no se gestiona correctamente.
Ello requiere un alto nivel de empatía, de conciencia, de reflexión ética, de ser capaz
de separar las relaciones profesionales de las relaciones privadas y de
centrarse en las necesidades del usuario, así como sentido de la
responsabilidad y mucha perspicacia profesional.
4.3.2.
Competencias sociales y comunicativas
Tienen que ver con la Administración, la gestión y el desarrollo del puesto
de trabajo socioeducativo y con su funcionamiento planificado y sistematizado.
El trabajo de la educación social en gran parte depende de la colaboración
de las partes implicadas. Los educadores sociales llevan a cabo su trabajo en
equipos interdisciplinarios, multidisciplinarios o en grupo, lo que implica ser capaces de colaborar y participar en
trabajos en equipo, que incluye la capacidad de actuar en ámbitos de los
cuales puede haber disparidad de criterios. Ser capaces de resolver y gestionar
los conflictos.
En relación
con los usuarios, los educadores deben poseer competencias de comunicación
teóricas, prácticas y metodológicas para poder intercambiar mensajes con ayuda
de sus códigos sociales y su lenguaje. Deben
ser capaces de colaborar con las autoridades, la Administración y los
familiares, y de guiar y aconsejar, lo que incluye el conocimiento sobre
el uso de técnicas para aconsejar.
4.3.3.
Competencias organizativas
Tienen
que ver con la Administración, la gestión y el desarrollo del puesto de trabajo
socioeducativo
y con su funcionamiento planificado y sistematizado.
4.3.4.
Competencias del sistema
El trabajo socioeducativo es una labor social y se desarrolla junto con el sistema
privado y el público de los que forma parte y que establecen el marco de dicho trabajo.
Los educadores sociales deben ser capaces de crear diálogo y negociar
decisiones con las autoridades.
4.3.5
Competencias de aprendizaje y desarrollo
El educador
social debe estar preparado para el cambio y poseer instrumentos de desarrollo
que le permitan mejorar sus competencias profesionales y la base teórica a
través de la formación continua y complementaria.
4.3.6.
Competencias generadas por el ejercicio profesional
Se refieren a la manera
en que los educadores sociales deben efectuar y administrar su profesión.
a) Competencias teóricas y metodológicas:
El educador social tiene que ser capaz de
incorporar elementos educativos, psicológicos, sociológicos, antropológicos,
adecuados a la generación de conocimientos a partir de la reflexión sobre la
experiencia profesional.
b) Competencias conductuales:
Hacen referencia a los métodos de autocomprensión,
las normas, la ética y la moral de la profesión, que
“son esenciales para la profesionalidad del trabajo socioeducativo”.
c) Competencias culturales: Conocimientos sobre
puntos de vista de diferentes culturas y valores culturales.
d) Competencias creativas:
En forma de expresión, música, movimientos.
5. Exigencia ética
El trabajo
profesional de los educadores sociales “se basa en valores humanistas y
democráticos. Promueve la igualdad y el respeto, una atención a las
necesidades. Privacidad, fomenta la autonomía y la calidad de vida de los
usuarios
La Plataforma
Común ha fijado unos Objetivos y unos Principios de la Guía Ética, que
constituyen las bases prácticas de su código
ético profesional, al cual los educadores sociales se adherirán, y al principio
de responsabilidad personal.
Desde los
inicios de la profesión, la ética profesional era ya un tema de debate y
preocupación para el colectivo. A partir del
III Congreso Estatal del Educador Social (XV Congreso Mundial de la AIEJI)
celebrado en Barcelona, donde se asientan las bases para la elaboración de un
código deontológico.
La Asociación Estatal de Educación Social (ASEDES) concretó el compromiso y
con las aportaciones de distintas comisiones de los colegios y
asociaciones profesionales, fue aprobado en Toledo, el 28 de febrero de 2004.
6. Ámbitos emergentes
para el educador social
I.
ÁREA MOTIVACIONAL
La resiliencia
Es la
capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose al futuro a pesar de
acontecimientos desestabilizadores, condiciones de vida difíciles y traumas. Es
un fenómeno común que surge a partir de funciones y procesos adaptativos
normales del ser humano.
El desarrollo de las capacidades resilientes se da a edades tempranas de
ahí la importancia de que todo individuo esté inserto en contextos relacionales que
le ofrezcan las siguientes experiencias:
– Experiencia de buenos
tratos, que se sienta digno de ser estimado.
– Participar
en procesos continuos de comunicación que le haya permitido conocer su realidad
familiar y
social.
– Vivir experiencias de
apoyo social y muestras afectivas.
– Haber participado en
procesos sociales para luchar contra las injusticias.
– Haber aprovechado
procesos educativos que potencien el respeto a los derechos humanos.
– Haber participado en
movimientos sociales.
Los elementos
constitutivos de la resiliencia consisten en la presencia de factores
protectores que surgen de la interacción de
elementos tales como naturaleza-educación y personasituación/contexto. La resiliencia no está
considerada como una capacidad fija, sino que puede variar a través del
tiempo y las circunstancias.
La resiliencia es un campo emergente de nuevas funciones para el educador
social, cobra importancia ya que demanda centrarnos en la observación, análisis
y estudio para ver cómo se vertebran los recursos personales y
colectivos, más que fijarnos en las carencias de ambos.
El enfoque metodológico de las redes sociales considera al individuo y al
grupo en interacción continua con el entorno.
El desarrollo y/o evolución de la red social varía según las variables
socioeconómicas (como la fuente de origen, nivel de
educación, etc.) y las variables personales (tipo de empleo, estilo de vida, etc.).
Las
habilidades socio-afectivas nos llevan a formar capacidades para el
conocimiento y autoconocimiento personal. Han de ayudarnos a cultivar esas
capacidades:
La autoestima, la
creatividad y el buen humor junto con el desarrollo de estrategias de
comunicación en relación a la capacidad para:
- La negociación.
- La resolución de
conflictos.
- La mediación
- El asesoramiento,
mentorización
- La facilitación.
La interculturalidad es una apuesta por el
respeto a la pluralidad de nacionalidades y la heterogeneidad de formas de
vida.
II. ÁREA DE LIDERAZGO FACILITADOR
a)
Organización y cultura del tercer sector
La estructura
y cultura organizacional de la sociedad civil la constituye el tercer sector.
Existe un tercer sector de actividades económicas diferentes de las de los
sectores privado-mercantil y público-tradicionales, formando tres grandes
componentes: las empresas cooperativas, las organizaciones mutualistas y las
asociaciones.
La idea del tercer sector se basa en la capacidad de emprender,
formalizando un modelo empresarial con finalidad social que se oponga al de asistencia y al
de control social. El tejido social que conforma
este sector preserva y propaga las nociones de iniciativa, de voluntariado, de
participación y de pluralismo, defendiendo la igualdad de derechos y de
oportunidades para todos, la necesidad de satisfacer las carencias de los
débiles y de trabajar en pro de la cooperación al desarrollo a favor de los
pueblos más desfavorecidos.
En suma,
crear, capitalizar y defender una sociedad civil más solidaria.
El trabajo que ha de emprender el educador social está dirigido tanto a la
persona aislada como a los colectivos, para que se conviertan
en miembros activos de la sociedad y asuman responsabilidades con respecto a sí mismos
y con respecto a la comunidad en la que viven.
El objetivo de las funciones del educador social en este campo es empoderar
a las personas o grupos para que tomen decisiones que
influyan en el orden a ganar una autonomía laboral y que tengan un rol activo en la toma de
decisiones políticas que les atañen como ciudadanos. Y cómo hacer uso responsable de los beneficios que el trabajo
provee hacia la mejora de la calidad de vida personal y comunitaria.
b) La Gestión
de procesos
Procesos que tengan una
incidencia real y efectiva basados en lo siguiente:
– Confianza en los actores
sociales.
– Participación de todos
los sectores sociales implicados en la realidad educativa.
– Diálogo para la igualdad
de oportunidades.
– Solidaridad
– La optimización del
aprendizaje.
La gestión de procesos ha de basarse en conjugar estratégicamente
procedimientos tanto cualitativos como cuantitativos, para las siguientes funciones que
el educador ha de desarrollar y poner en práctica dentro del campo emergente de
la educación permanente:
Áreas de: información,
comunicación presencial, comunicación virtual, de orientación, de motivación,
de participación ciudadana, de toma de decisiones en grupo, de formación, de marketing
social.
c)
Sistematización de experiencias
La sistematización es aquella interpretación crítica de una o varias
experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o
explica la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido
en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de
ese modo.
La sistematización es un proceso de conocimiento, sin ser investigación en
sentido estricto, es una modalidad de ésta, que procura realizar una
conceptualización a partir de las prácticas. Permite la ubicación de las
experiencias en un sistema de abstracción al cual denominamos teoría, es la
concepción explícita o la que subyace a toda práctica.
La
sistematización facilita una recuperación ordenada de los procesos que se
generan en la práctica.
Las características del
proceso de sistematización son:
– Proceso de interlocución
entre personas.
– Interesa tanto el proceso
como el producto y la estrategia a seguir.
– Proceso abierto a las aportaciones
y el desarrollo del grupo.
– Proceso que permite ver
cómo se llevó a cabo la experiencia, descubriendo la lógica interna de los
elementos que la componen.
Hay dos requisitos
básicos para la sistematización de experiencias:
– Requiere
orden: registro ordenado de hechos, orden y reconstrucción del proceso vivido y
orden de los
conocimientos desordenados que surgen en el transcurso de la experiencia.
– Requiere una memoria
histórica: esfuerzo de recuperación de la memoria histórica, la recupera,
revisa críticamente las prácticas y permite entender las prácticas concretas
como procesos históricos y dinámicos.
Los supuestos básicos
para llevar adelante la sistematización se basan en:
– Considerar a toda persona
como sujeto de conocimiento.
– Convertir la propia
experiencia en objeto de estudio.
– Implica reflexión sobre
la práctica.
– Implica considerarla en
un determinado contexto.
– Analiza procesos de
desarrollo a través de espacios concretos.
– Prestar
atención a la experiencia y a las interpretaciones de quienes participan en
dicho proceso.
– Mantener un equilibrio
entre aspectos teóricos y prácticos.
El
interés que tiene la sistematización para el educador social se basa en los
aprendizajes que son internalizados por los propios ciudadanos. De ahí el interés por promover
esta práctica que permite tomar conciencia y generar conocimientos, acción y
reflexión desde las experiencias relacionadas con la cotidianeidad humana y
democrática.
Estos aprendizajes nos
sirven para compartir, difundir y reforzar:
– La
experiencia a otras organizaciones y/o personas para que puedan aprovecharlas
en un futuro.
– Su propósito es compartir
y contrastar un aprendizaje.
III. ÁREA E-DEMOCRÁTICA
a) Democracia
electrónica
Una ciudadanía cada vez más autónoma, instruida y reflexiva dentro de un
mundo globalizado hace uso de las nuevas tecnologías.
Las comunicaciones digitales se conciben como una herramienta práctica que
otorga la sociedad civil, como actores políticos, un protagonismo para recuperar y recrear un
espacio dialógico y de denuncias, de deliberación en relación con sus intereses
y necesidades.
Habermas define la democracia como la forma política derivada de un libre
proceso comunicativo dirigido a lograr acuerdos consensuados en la toma de
decisiones colectivas. Una comunidad ideal de comunicación.
Esta
comunidad ideal de comunicación virtual se caracteriza por:
a)
Todos los integrantes pueden ejercer indistintamente como
emisores o receptores.
b)
Se produce una ilimitada cantidad y variedad de
informaciones sin mayores restricciones que las que se autoimpongan sus
emisores.
c)
Pueden darse formas de conexión colectivas en tiempo
real, y, por tanto, la formación de flujos discursivos.
Como todo
nuevo proceso emergente, tiene sus riesgos y peligros para la misma democracia
participativa, deliberativa y de consenso. Hay que reflexionar sobre las nuevas
formas en que el poder toma fuerza, hablamos del poder que ejerce aquel grupo o
persona que posee o domina las fuentes de
donde emana una determinada información que luego puede convertirse o ser considerado conocimiento único e infalible, y como
éste puede utilizarse para fines totalmente ajenos a unas buenas
prácticas de socialización y difusión.
La democracia deliberativa requiere de una intensa labor del educador
social para guiar los procesos de comunicación grupal.
b) Las nuevas tecnologías
Nos permiten abrir un espacio emergente tanto para la formación electrónica
(e-learning) como para el trabajo electrónico o teletrabajo (e-working). Estas dos modalidades
crean una concepción de enseñanza y trabajo
que modifican en gran parte costumbres, prácticas, usos del tiempo, espacios y comportamientos
en la interacción humana.
Es
una oportunidad para colectivos como los jóvenes, mujeres, parados de larga
duración y discapacitados dispongan de un medio eficaz para realizarse.
c) La comunidad virtual
Ofrece al educador social
un espacio de aprendizaje, debate y reflexión colectivo descentralizado, sin
fronteras, de comunidades multiculturales e interdisciplinares.
Los ensayos y errores
para constituir una comunidad mediante el uso efectivo de una combinación de medios presenciales y virtuales, han permitido
sistematizar la experiencia para conocer cuál es el proceso idóneo y
pertinente a seguir para la consecución de las mismas.
Salmon y Gilbert Benzon nos describen un modelo de
cinco etapas:
1a Etapa: Acceso y motivación:
Objetivo= Reconocer la
utilidad práctica y efectiva que una comunidad virtual de aprendizaje puede
proporcionar al grupo.
Función y tareas del
educador como facilitador virtual= crear y mantener los espacios y procesos
necesarios para lograr el objetivo de la comunidad.
2a Etapa: Socialización en línea:
Objetivo:establecer
identidades virtuales y relaciones entre participantes. Función y
tareas del educador= Facilitar la creación de una visión compartida.
3a Etapa: Intercambio de información:
Objetivo:conseguir
compartir la información relevante a las necesidades propias, de otros y de la
comunidad, y valorar la eficiencia y los beneficios del nuevo proceso.
Función y tareas del
educador=facilita, modera y coordina.
4a Etapa: Construcción del
conocimiento:
Objetivo: Lograr la construcción
coparticipativa de nuevos conocimientos y realidades.
Función
del educador ésfacilitar, monitorear y retroalimentar procesos sinérgicos
interpersonales para un efectivo trabajo en equipo virtual.
5a Etapa: Desarrollo:
Objetivo: Usar
el proceso para lograr metas personales, integrar en proceso con otras formas
de aprendizaje y extender y multiplicar la comunidad, creando una red de redes.
Los participantes han de ser responsables de
su propio aprendizaje, comenzando a cuestionar y mejorar el mismo proceso. Función
del educador és asesorar.
www.matilde-llop.es/.../EP%20tema%2014.rtf
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